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¿Y este que hace aquí? ¿Me habrá seguido? Pero... no sentí que nadie me siguiera, ¿y quién es esta mujer? ¿Será su madre? Se parece mucho a él, parece que ya me reconoció, no me deja de ver, que acosador.

Esos y más eran los pensamientos que inundaban la mente de Izuku al tener al joven que no hace ni dos semanas fue secuestrado por su padre y hermano. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la mujer que estaba al lado del peli cenizo hablo.

—Perdón si interrumpimos algo importante, soy Mitsuki Bakugou y él es mi hijo Katsuki Bakugou. Nos enteramos de que hace poco se mudaron a esta casa y quisimos venir a presentarnos, vivimos a tres casas de aquí.

Ok, esto ya era obra del destino o de Dios que le estaba dando un castigo divino por todos sus pecados cometidos, Izuku solo paso saliva nervioso tratando de articular palabra alguna, pero no podía, aún se sentía nervioso a que reconocieran su voz luego de la tontería que había hecho.

—S-si, sí.—Respiro hondo antes de continuar.—No se preocupe señora Bakugou, no interrumpió nada, mi nombre es Izuku Midoriya, un gusto. ¡Ah! Mi madre y yo estábamos a punto de cenar ¿gustan acompañarnos?—Pese a que no quisiera era de mala educación mandarlos a la mierda cuando ellos tuvieron la educación de presentarse con ellos.

—Si no es mucha molestia.—El peli cenizo solo chasqueo la lengua ganándose una mala mirada de su madre. Izuku les abrió paso y fue a avisarle a su madre rapidamente sobre las visitas.

—Madre, visitas...

—¿Qué cosa acabas de decir Izuku?

Sonrío nerviosamente.—Unos vecinos tuvieron la amabilidad de venir a presentarse y como agradecimiento los invite a comer.

—Oh bueno, eso no es un problema, serviré más platos, mientras ve a dejar lo que ya esta a la mesa por favor.

—Es que hay otro problema...—La mujer lo miró con confusión.

—¿Cuál?

—Mejor miralo con tus propios ojos.—Aún con duda asintió sabiendo que no podían decir mucho si había visitas en casa, mientras que el peli verde se dirigió al comedor del lugar encontrándose con los dos peli cenizos.

—Pueden ir tomando asiento, mi madre solo termina de servir los platos de comida y viene.

Mitsuki asintió y se sentó junto con su hijo en el comedor, Izuku por su parte siguió ayudando a dejar las cosas en la mesa, volvió a la cocina y regreso con su madre, ambos con dos platos de comida en las manos.

—Perdonen la tardanza, soy Inko Midoriya, un gusto.

—El gusto es mío, señora Midoriya.—Mitsuki respondió con una sonrisa levantándose de su asiento.

—Digame Inko por favor, me hace sentir vieja.—Tal comentario hizo voltear a Izuku hacia otro lado, quería reírse, realmente quería, al final no pudo controlarse y termino por reír mientras dejaba los platos de comida en la mesa.—Izu... cierra el pico.—Lo último lo dijo en un susurro cerca de él, al voltear de nuevo hacia sus visitantes, noto al adolescente que estaba sentado aún, supo de inmediato de quien se trataba, pero supo guardar la calma.

—Pff... perdón mamá.

Los dos peli verdes se sentaron en la mesa siendo observados por los dos peli cenizos algo extrañados, esa convivencia les resultaba extraña por la que ellos siempre habían tenido. Comieron y al finalizar decidieron que era preferible que Izuku y Katsuki fueran a la habitación del peliverde mientras sus madres se quedaban en la sala a conversar, y ahí estaban los dos adolescentes en la habitación del ojiverde.

—Entonces... Bakugou-san, ¿desea hacer algo en específico? Tengo videojuegos si le gustan, o podemos ver algo, o simplemente conversar...

—Solo dime Bakugou, es demasiada formalidad a la que te diriges hacia mi, tks.—Bakugou no estaba molesto por eso, estaba molesto porque la voz de ese chico le resultaba extrañamente familiar y no podía recordar el por qué.

—Lo siento, es la costumbre.—Rasco su cuello nerviosamente.—Entonces... ¿qué prefieres hacer?

—Los videojuegos estan bien.

El peli verde asintió y se dirigió a donde tenía la consola para encenderla, pero una notificación de su celular lo interrumpió sabiendo quien era el único que tenía ese tono rápidamente lo checo y de inmediato cambio su semblante a uno serio, esto no fue ignorado por Bakugou pero prefirió no decir nada. Duraron todo el tiempo jugando videojuegos, algunas veces ganaba el Izuku y otras veces las ganaba Katsuki, fue hasta que su mamá fue a por los dos porque los invitados ya debían irse que pararon, despidiéndose cordialmente termino por irse a dormir con el mensaje que recibio aún en mente.

«Hay dos infiltrados en la clase en la que vas a estar.»


Los hijos de AFODonde viven las historias. Descúbrelo ahora