El viaje fue divertido, Megan y Adeline se pasaron más de treinta minutos cantando a todo pulmón. Luego se les agregaron Marc y Andrew.
Derek y yo nos quedamos callados por un rato, pero finalmente nos rendimos y nos agregamos al estúpido coro -que por cierto, se escuchaba horrible-. Reímos a carcajadas por cada canción que cantábamos.
Tomamos un descanso en una estación de servicio para luego seguir con el viaje. Finalmente, después de tomar unas cervezas y charlar sobre lo que haríamos al llegar -apartando a Derek, quien era el que manejaba-, los demás se quedaron dormidos. Los ojos del pelinegro me miraban a través del retrovisor de la Jeep, sonreí sin mostrar los dientes y él me devolvió la sonrisa.
-¿Quieres qué maneje por ti? -Le ofrecí.
-No te preocupes, no estoy cansado.
-No te vi beber con nosotros, ¿por qué?
Derek enarco una ceja y al instante me sentí estúpida por tal pregunta.
-Ah... Es verdad.
-Soy un conductor responsable, Anya -Musito engreidamente.
Rodee los ojos.
-Oye, yo... quería disculparme por lo de tu... cigarrillo.
-Dudo que estés verdaderamente arrepentida, sino sabes de qué hablar pues solo quedate callada.
-Maldito engreído -Bromee, él me sonrió y volvió a mirarme por el retrovisor-. Mira al frente, ¿o es qué acaso quieres que terminemos todos muertos?
Derek volvió la vista al frente.
-No hay ni una sola alma, dramática.
-No soy una dramática.
-Si, si lo eres.
-¡Que no!
-¡Que si!
-¡No!
-¡Si!
-Chis -La voz de Andrew se hizo notar, nos echó una mirada asesina y se volvió a dormir sobre el hombro de Megan.
Ellos, Adeline y yo íbamos en la parte trasera, mientras que Derek y Marc iban adelante. En ese momento agradecía que la Jeep fuera espaciosa. Los seis habíamos juntado dinero para comprarla, compartíamos los gastos entre todos para que sean más llevaderos. Cada semana poníamos cierta cantidad de dinero para poder llegar al siguiente mes a hacer nuestro paseo de costumbre. Siempre íbamos a lugares diferentes, pero para poder lograrlo todos debían aportar su granito de arena para el combustible, la comida y las cosas que necesitaramos.
Los seis éramos muy cercanos unos a otros, nos conocimos en la preparatoria y desde entonces nunca nos separamos. Nos encantaban las aventuras, conocer lugares y cosas nuevas. Nuestros padres no eran muy cercanos a nosotros pero siempre estaban cuando los necesitábamos, Megan y yo vivíamos juntas en un pequeño departamento. Mientras que Andrew, Adeline y Marc vivían en un piso que los padres de Derek le habían regalado a este. Él también vivía con ellos aunque a veces se la pasaba más afuera que ahí.
El transcurso del viaje fue tranquilo, disfrutamos del silencio que había reinado luego de todo ese espectáculo músical y la charla con cervezas.
-Anya.
-¿Si? -Despegue la mirada de la ventana que daba afuera. Mire a mí costado y Megan se estaba despertando, Derek le echo una mirada rápida y volvió la vista a mí.
-Nada, ¿Puedes conducir tú? Me duele el culo.
Lo mire extrañada.
-Claro, aparca.
Lo poco que quedó del viaje me la pasé conduciendo en silencio mientras escuchaba a los demás hablar, pase por otra estación de servicio rápidamente y seguí el camino, habían sido las siete horas más largas de mí vida. Una sonrisa se formó en mí al ver el denso arboleado, la profundidad del bosque se veía a simple vista. Nos adentramos lo que más pudimos con la Jeep y cuando comenzamos a ver los caminos rocosos, quedamos de acuerdo en dejar el auto allí.
-No creo que alguien quiera robar un coche en medio de la nada -Musito Andrew rascándose la parte de atrás de la cabeza.
-No creo que haya alguien más aquí -Marc paso a nuestro lado y empezó a bajar las cosas del auto.
-Deberíamos poner algo que cubra el coche, solo por las dudas -Propuse, como todos estuvieron de acuerdo, junto a Adeline pasamos un nylon transparente y luego otro de color negro dejando el auto totalmente cubierto.
-Okey, ¿todos tienen sus mochilas preparadas? -Andrew era el más responsable de todos, siempre nos hacía recordar cosas que posiblemente estuviésemos olvidando-. Una vez que nos adentremos al bosque no vamos a poder salir por cualquier cosa, es un camino largo como para volver, así que tomen bien lo que van a necesitar. Agua, comida, las tiendas, las bolsas de dormir, las véngalas, las cuerdas...
Andrew empezó a nombrar un millón de cosas, y dude de que enrealidad llevase todo así que revise nuevamente mí mochila y al parecer la tenía completa, siempre rezaba de que no me olvidará nada porque era la más distraída de los seis, Derek se encontraba nuevamente apoyado en el auto y entre sus labios reposaba un cigarrillo, me le quede mirando por un buen rato.
-¿Qué pasa? ¿Soy demasiado bello para tus ojos de simple mortal? -Sonrio con arrogancia.
-Callate, eres un egocéntrico. Yo no te estaba viendo a ti, estaba viendo tu estúpido cigarrillo.
-Ah, admites que estabas viendo mis labios -Afirmo.
-¿Qué? ¡Claro que no! -Mis mejillas se reguborizaron al instante.
-Estabas admirandome, admítelo.
-¡Que no!
-Claro que si, algún día lo admitirás.
Andrew al darse cuenta que no lo escuchábamos, alzó la voz.
-Y recuerden, lo más importante es estar juntos en todo momento. Ah y también no olviden llevar el botiquín de emergencia y los encendedores, especialmente ustedes dos -Hablo señalandonos.
-¡Si, Señor! -El pelinegro le dirigió un saludo militar y este puso los ojos en blanco.
-Bien, adelante.
Empezamos a adentrarnos rápidamente por el bosque, dejando marcas para no perder el lugar de vuelta. Dejábamos moños rojos sobre algunas ramas y otras veces llama angeles de cristales, para que el ruido nos guiará si no veíamos los moños. Luego los recogiamos una vez que los pasábamos en la vuelta y todo volvía a la normalidad.
-Mierda.
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The Forest
Mystery / ThrillerUn grupo de amigos excursionistas se adentran a un bosque sin estar preparados para lo que les espera. Alguien los acecha, esperando poder tomar cada cosa de ellos. Un misterio. Un juego macabro. No lo olvides, solo eres su presa...