Después de pasar horas caminando, decidimos parar para descansar. El sol estaba bajando, así que optamos por pasar la noche en ese lugar.
El camino, por el momento, no difería mucho del que habíamos planeado; la vegetación crecía por todas partes. Afortunadamente, no nos habíamos encontrado con el asesino.
Lo que había pasado con Derek no salía de mis pensamientos, me encontraba en una encrucijada emocional. Por un lado, el coraje de él al confesar sus sentimientos hacia mí, me habia conmovido profundamente, y en lo más profundo de mí corazón, también albergaba sentimientos por él. Sin embargo, la sombra de la incertidumbre se cernía sobre mí.
El temor a perder al pelinegro en el peligroso transcurso de salir con vida del bosque me atormentaba. Me debatía entre el deseo de corresponder los sentimientos de Derek y el temor a las posibles consecuencias devastadoras que podrían surgir si permitía que el amor que sentía florecierá.
Me acerqué a él, quien se encontraba alistandose para ir a dormir. Al encontrarme al frente de él, me repaso atentamente en silencio.
-¿Podemos hablar? -Inquirí nerviosa.
-Claro, Ann -Me hizo un lugar a su lado y me senté junto a él.
Baje la mirada sin ser capaz de mirarlo a los ojos.
-Quiero disculparme contigo por lo de anoche.
El chico miró hacia otro lado, sonrojado.
-Ya te dije que no tienes porque preocuparte, Anya.
-Lo se, pero de todos modos quería disculparme contigo.
Derek guardo silencio y asintió con la cabeza.
-Tú... también me gustas, Derek. No te lo dije... por miedo.
Él giro su cabeza a mí dirección rápidamente, me miraba sorprendido.
-¿Miedo a qué?
-Miedo a perderte.
-Yo... también temo a perderte, Anya -Tomo aire y continuo:-. Y por esa misma razón decidí decírtelo, no quiero arrepentirme de haber guardardado mis sentimientos por ti sabiendo que podría perderte en cualquier momento.
Sonreí de lado y le abracé.
Me sentía abrumada por la ansiedad y el miedo. A pesar de la amenaza inminente, el abrazo me brindó un sentimiento de protección y calidez, permitiéndome encontrar consuelo en medio de la incertidumbre. Aunque el temor a perder a Derek, Marc y Adeline me era palpable, su abrazo había calmado mis pensamientos.
Por un breve instante, entre los brazos del pelinegro, logré apartar de mi mente todas las preocupaciones y tensiones que me habían estado afectando. El abrazo me proporcionó un momento de paz y serenidad, permitiéndome desconectar de todo lo que me atormentaba.
Estuvimos así por unos minutos hasta que decidí separarme y levantarme de mí lugar.
-Gracias por todo.
-A ti, Anya -El chico miró hacia otro lado, una leve sonrisa adornaba sus labios-. Buenas noches.
-Que descanses -Me despedí alejándome de dónde él se encontraba.
Luego de organizar nuestras bolsas de dormir, observé cómo Adeline intentaba encender una pequeña fogata.
-Oye, Adeline -Musite acercándome a ella-, ¿crees que es buena idea prender una fogata? ¿no llamaría la atención?
La pelirroja me miró aterrorizada, y asintió con la cabeza.
-Tienes razón, Anya. Gracias por avisarme -Dijo con la voz temblorosa, marchandose inmediatamente. Le seguí con la mirada, extrañada.
-Ha de tener frío...
Me volteé sobresaltada y me encontré con el rubio, quien mantenía su rostro serio y una ceja enarcada. Lo observé detenidamente; sus ojos desprendían una mezcla de agotamiento y temor, y debajo de ellos se marcaban unas ligeras ojeras.
Le sonreí y asentí con la cabeza, mostrando mi acuerdo con lo dicho.
-Seguro que si, ¿tú cómo te encuentras...? -Inquirí sintiéndome como una idiota.
-Estoy bien, Anya -Respondio dando a entender que había comprendido mí pregunta-. ¿Tú como te encuentras?
-Igual, un poco cansada.
-¿Por qué no vas a dormir? Adeline y Derek ya se han ido a descansar.
-Si, tienes razón. ¿Y tú qué harás? ¿Acaso no puedes dormir?
-Ultimamente no -Le mire sorprendida, él simplemente se encogió de hombros restándole importancia-. Aprovecharé eso para hacer guardia mientras ustedes duermen.
-¿Estás seguro? -Marc asintió con la cabeza-. Puedo quedarme contigo si quieres.
-No te preocupes por mí, Anya. Debes descansar, te ves agotada.
-Tu te ves igual de cansado, pero si así lo deseas... que tengas buenas noches, Marc.
-Buenas noches, preciosa.
La luz de la luna se filtraba entre las ramas de los árboles, creando un suave resplandor en el claro del bosque. Me acomodé en mi bolsa de dormir, junto a las de mis amigos, y cerré los ojos, dejándome llevar por los sonidos nocturnos del bosque.
De repente, percibí unas pisadas suaves y regulares alejándose. Al principio, pensé que era Marc que había decidido pasear un poco antes de acostarse, o tal vez ir al baño. No le di mucha importancia y me concentré en relajarme para conciliar el sueño.
Sin embargo, las pisadas continuaron alejándose, y pronto me di cuenta de que ninguno de mis amigos se había movido. Una sensación de inquietud se apoderó de mí mientras el sonido se desvanecía en la distancia. Me pregunté si debería llamar a Derek y Adeline o simplemente esperar a que el rubio regresará.
Opté por la segunda opción, pero luego de unos minutos mis ojos se cerraron llevándome a la oscuridad de mis sueños.
ESTÁS LEYENDO
The Forest
Mystery / ThrillerUn grupo de amigos excursionistas se adentran a un bosque sin estar preparados para lo que les espera. Alguien los acecha, esperando poder tomar cada cosa de ellos. Un misterio. Un juego macabro. No lo olvides, solo eres su presa...