Derek:
Mis pasos resonaban en el silencio del bosque, cada vez más desesperados. Habían pasado horas desde que desperté de mi caída, y el dolor de mi cuerpo era solo un eco de la angustia que sentía.
Me levanté, obligándome a moverme a pesar del malestar. Tenía que encontrar a Marc y Anya. La ansiedad me consumía con cada paso.
En el camino encontré un campamento, usmee rápidamente por este y encontré un walkie-talkie, una linterna y otras cosas que supuse que le pertenecían a Adler. Deje todo como estaba, y salí de ahí aún en busca de mis amigos.
Finalmente, encontré a Marc. Su cuerpo yacía inmóvil, helado. Mi corazón se hundió. Había pasado demasiado tiempo, era demasiado tarde. La realidad me golpeó con fuerza.
Pero ¿dónde estaba Anya? No había rastro de ella, no había señal alguna. Era como si se hubiera evaporado. Mi desesperación crecía con cada paso.
-¡Anya! -Grité, mi voz sonaba desgarrada por la angustia.
Bajé la vista hacia el cuerpo de Marc, me acluquille a su lado, su rostro se encontraba sereno y pálido. Los rizos que siempre habían sido su característica distintiva ahora yacían quietos y apagados.
Mi mente se desplazó hacia su hermana menor, Emma. ¿Habría sacrificado su vida por Anya, abandonando la idea de ver a Emma otra vez? La idea me golpeó con fuerza.
-Prometo salir de aquí y cuidar a Emma como tú cuidaste de Anya, amigo.
El silencio del bosque fue la única respuesta que obtuve.
Me levanté, sin más que decir. Debía encontrar a Anya, y asegurarme que la pequeña Emma se encontrará bien.
Seguí buscando, mi mirada escudriñaba cada rincón. Tenía que encontrar a Anya.
De repente, entre la desesperación, escuché un grito ahogado y un forcejeo. Corrí hacia el sonido rápidamente. Al acercarme, vi a Adler sujetando a Anya contra el suelo, su cuchillo apretaba la garganta de ella.
La rabia y el terror se apoderaron de mí. Sin pensarlo, me lancé sobre Adler, golpeándolo con fuerza. Los dos rodamos por el suelo, gruñendo y forcejeando.
Mi única meta era proteger a la pelinegra. La desesperación de Adler lo hacía peligroso, pero mi determinación era mayor. Logré inmovilizar su brazo, alejando el cuchillo de Anya.
Mientras luchábamos, vi a Anya paralizada, arrastrándose lejos de la pelea con terror en sus ojos. Debía asegurarme de que estuviera a salvo, una idea que antes no se me había ocurrido paso por mí cabeza.
-¡Corre, Anya! -Grité, jadeando- ¡Corre montaña arriba, ahí está su campamento y tiene un walkie-talkie! ¡Úsalo y escapa de aquí!
Con una mirada, le indiqué que confiara en mí. Anya se puso en pie y corrió, desapareciendo en la densa vegetación.
La furia me consumía mientras luchaba contra Adler. Nuestros cuerpos rodaban por el suelo, golpeando y pateando. Su cuchillo brillaba en la luz tenue del bosque, buscando mi garganta.
Lo agarré del brazo, inmovilizándolo temporalmente. Pero Adler era despiadado, y su fuerza era igual a la mía. Se zafó y me asestó un golpe en el estómago.
Me doblé, jadeando, pero no me rendí. Lo golpeé en la mandíbula, y él retrocedió. Aproveché la oportunidad para levantarme y lanzarlo contra un árbol.
Adler se recuperó rápidamente, su rostro distorsionado por la rabia. Me embistió, con cuchillo en mano. Esquivé el ataque y contraataqué con un puñetazo en su costado.
El bosque resonaba con nuestros gruñidos y jadeos. La lucha era intensa, pero sabía que debía escapar, mí fuerza no era la misma que siempre con las heridas que tenía ocasionadas desde antes.
En un momento de confusión, aproveché para empujar a Adler hacia un matorral. Me lancé hacia la espesura, desapareciendo en la oscuridad.
-¡Hijo de puta! -Gritó Adler, enfurecido.
Sabía que no había ganado, solo había postergado la confrontación. Pero por ahora, había protegido a Anya. Eso era suficiente.
Corrí apresuradamente detrás de los pasos que había dado la pelinegra. Me sentía aliviado de haberla encontrado entre todo el caos.
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The Forest
Mystery / ThrillerUn grupo de amigos excursionistas se adentran a un bosque sin estar preparados para lo que les espera. Alguien los acecha, esperando poder tomar cada cosa de ellos. Un misterio. Un juego macabro. No lo olvides, solo eres su presa...