Mis piernas ardían de haber corrido tanto.

Caí de rodillas al tropezar con una raíz.

Lágrimas rodaban por mis mejillas, sentí un líquido cálido sobre estás, toque la zona afectada y efectivamente era lo que pensaba.

El olor metálico llego rápidamente a mis fosas nasales hacihacer una mueca de asco.

Escuché pasos acercándose, parecían serenos. Me levanté del suelo rápidamente para comenzar a correr nuevamente.

Mis pulmones ardían, no encontraban aire.

-¿Ann? ¡Anya! ¡Despierta!

Había tenido la misma pesadilla nuevamente, mí respiración se había vuelto irregular y mí corazón latía como loco dentro de mí pecho.

Derek me tomo de los hombros y me sento de un tirón sobre la bolsa de dormir. Un rápido mareo me ataco. Mire al pelinegro algo exaltada.

-Que delicadeza...

Él se rasco la nuca avergonzado.

-Lo... lo siento -Se disculpo.

-No hay problema, Derek. Gracias por despertarme.

-No ha sido nada. Nos esta esperando Marc.

Lo mire confundida, pero guardé silencio y salí al exterior. Después de asearme rápidamente, me dirigí dónde se encontraba todo el grupo.

-Debemos armar las mochilas con lo necesario -Marc, quien estaba nuevamente con una libreta entre sus manos, lanzaba propuestas, ideas y órdenes.

Me coloque al lado de Adeline, ella me sonrió con agotamiento y yo le devolví la sonrisa, adelante de nosotras se hayaban cuatro mochilas. Al parecer, estábamos preparándonos para partir del campamento.

-Deberíamos hacer una lista, para no olvidarnos de nada -Propuse rápidamente para acortar la conversación, necesitábamos ahorrar todo el tiempo posible para depositarlo en el plan.

Todos estuvieron de acuerdo y una vez que finalizamos la lista, nos la quedamos viendo por un momento.

Cuerdas, mantas, botellas de agua, enlatados, linternas, bengalas...

Repartimos la comida en porciones iguales para todos, aún nos quedaba suficiente para no pasar hambre.

-Supongo que está todo -La primera en opinar fue Adeline-, también debemos cambiarnos de ropa.

-Nos encontraremos en veinte minutos aquí mismo -Mascullo el pelinegro-, y partiremos a cumplir el plan. Recuerden no olvidar nada de lo que esté en la lista.

Todos asentimos y nos alejamos a prepararnos rápidamente.

Antes de salir para encontrarnos con los demás, me fijé en las mochilas de la rubia y su novio. Encontré los colgantes que los dos solían usar. Lo más seguro es que al ir al lago, los hayan dejado guardados para no perderlos. Un recuerdo fugaz llegó a mí, y sentí una punzada en mi corazón.

Cuando Andrew quería pedirle por segunda vez a Megan que fuera su novia, quería sorprenderla con un colgante y había venido a mí en busca de ayuda. Nos la habíamos pasado toda la tarde buscando el colgante perfecto para la rubia. Al día siguiente, mi amiga me contó que también quería sorprenderlo a él con un colgante, así que salimos en busca de uno.

Sorprendentemente, Megan había elegido el mismo colgante, y el día del regalo los dos estaban completamente atónitos al ver el mismo colgante.

Tomé ambos colgantes y los guardé. Cuando la ayuda llegará y pueda despedir a mis amigos de la forma correcta, me gustaría que ellos se llevaran consigo aquellos colgantes tan importantes. Los colgantes habían sido una promesa de amor y lealtad entre ellos, y creo que es justo que descansen junto a ellos como un símbolo eterno de su vínculo especial. Espero que puedan encontrar paz llevando consigo ese precioso recuerdo.

Minutos después nos encontrábamos todos ya listos para partir.

-Dibuje un mapa, pero no está del todo completo ya que solo he dibujado por dónde hemos pasado -Dije un poco nerviosa.

Los demás observaron el mapa con curiosidad.

-Esta muy bien, Anya. Nos servirá para trazar el nuevo camino.

Le agradecí a Adeline con la mirada y repase a los dos chicos que tenía al frente. Ellos seguían con la vista clavada en el mapa, hasta que los dos apuntaron un punto en común del mapa.

-Esta es la mejor ruta -Derek arrastró su dedo en un caminillo hasta llegar a la Jeep-, no la conocemos, pero tomando en cuenta todo lo que Anya a dibujado, está parece ser la nuestra mejor opción.

-Estoy de acuerdo contigo -Aprobo Marc-, lo mejor sería ir por allí. Debemos ser rápidos pero a la vez cautelosos, este camino nos tomara mucho tiempo.

-Por la distancia y porque no lo conocemos, ¿verdad? -Inquirí.

-Asi es, preciosa.

-Si ustedes están de acuerdo, podemos partir -Los chicos nos miraron a espera de una respuesta.

-Yo estoy de acuerdo, ¿y tú, Anya? -La pelirroja también me miró en espera de una respuesta.

También estaba de acuerdo, pero algo en mí no me dejaba responder. Las palabras no salian de mí boca. Tenía miedo, muchas posibilidades de perder a mis amigos se me pasaron por la cabeza.

-¿Anya?

Esto también era peligroso, cualquier paso que nosotros diéramos en esta situacion se convertía en una decisión de vida o muerte. Estábamos siendo cazados. El miedo que sentía me paralizaba, mí cuerpo estaba consumido por el reciente pánico.

-¡Anya! ¿Qué pasa?

Vi como Derek se acercaba a mí. Negué con la cabeza.

-Na...nada. Todo está bien, estoy de acuerdo al plan.

Los tres me miraron confundidos pero a la vez preocupados. Para evitar preguntas cargue mí mochila y empezamos a partir fuera del campamento. Habíamos marcado el camino en el mapa, era un camino invisible porque no sabíamos que nos esperaría.

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