¿Qué hay de malo en un trabajo?
Donde Draco termina enamorandose de la persona a quien menos imaginaba y donde Emma termina enfrentando su pasado con dolor.
¿Será mas fuerte su amor que una guerra mágica?
• 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚�...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
DESPERTÉ CON DOLORES DE CABEZA Y EL CUERPO ADOLORIDO, es como si el venir a la enfermería me hubiera puesto peor de lo que ya estaba.
Mis amigos no vendrían a verme, al menos no por la mañana, así que pedí el desayuno y me quede de nuevo en la camilla. Me quede hundida en mis pensamientos que no me había dado cuenta que alguien había entrado y caminado hasta dónde yo estaba.
—Te ves tan mal.
Expulse la sopa que tenía en la boca al escuchar su voz, lo que me provocó un ataque de tos. Tomé la servilleta que tenía aun lado y me limpie lo mas rápido que pude.
—Eso fue asqueroso.
—¿Qué haces aquí?— levanté la mirada para verlo cuando termine de limpiarme, él pareció algo nervioso, dudando en contestarme.
—Escuche que estabas enferma, y bueno... seguí el ensayo, entonces quiero que me digas que te parece— se acercó para mostrarme el trabajo adelantado, no era demasiado, pero al menos teníamos una gran parte avanzada.
—Esta era mi parte, no tenías porque.
—Esta bien, igual estaba aburrido— acercó una de las sillas hacía aun lado de la camilla y tomó asiento —¿Qué fue lo que te paso?
—Solo me desmaye, aquí suelen exagerar un poco las cosas— sonreí, alejando el plato de comida —¿Por qué te fuiste ese día?
—¿Qué día?— levantó sus cejas.
—Tu sabes que día. El día en que aquella chica pareció ser poseída por algo...
—Yo no vi nada... no se de que hablas— desvío su mirada de mí, ahora perdiéndose en alguna parte del cuarto.
—Esta bien...— me quede en silencio algunos segundos, pensando en que decir ahora —Quiero... quiero agradecerte.
—¿Por qué harías eso?
—Ese día... me sentía demasiado mal, había pensando en pasarla sola porque normalmente es así como suelo superar las cosas... pero me agrado salir contigo, hiciste que las cosas no parecieran demasiado pesadas para mi, y me hiciste reír aun que yo nunca te lo pedí.
—Realmente parecías querer una compañía... no me agradezcas nada, yo también lo disfrute— sus labios se curvearon muy poco, casi sin querer mostrar lo que quería.
—¿Por qué no vamos mañana a Las Tres Escobas?— llamé su atención —Así podremos tomar algo y pensar en como podríamos acabar este trabajo. Se que aun tenemos tiempo, pero no estaría nada mal que lo adelantemos. Además, ahora no me siento nada bien para leer lo que llevas hecho, la cabeza me esta matando.
