¿Qué hay de malo en un trabajo?
Donde Draco termina enamorandose de la persona a quien menos imaginaba y donde Emma termina enfrentando su pasado con dolor.
¿Será mas fuerte su amor que una guerra mágica?
• 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚�...
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PODÍA SENTIR LOS LATIDOS DE MI CORAZÓN POR TODO MI CUERPO. Lo que era desagradable, siempre fue desagradable sentirme de esa manera. Draco se quedo en silencio con la cabeza abajo, en silencio, lo único que podía escuchar era su respiración pesada.
Quizá fui dura con mis palabras y no haya sido la manera de decirlo. Pero tenía que alejarlo, y hacerle saber de que yo también lo haría. Y era cierto, todo lo que le dije era cierto. Me gustaba, no sabía hasta que punto lo hacía o si llegaba a estar enamorada de él, lo que esperaría no fuera así. Dejaría que las cosas pasaran y que pudiera olvidar todo lo sucedido con el tiempo, aunque estaba segura de que sería demasiado difícil.
—Ha pesar de todo lo que te he dicho... tienes razón, Emma— levantó los hombros noy muy decidido —Pensé que te estaba protegiendo, pero lo único que hice fue hacerte más daño— tragó saliva con la mirada perdida —Lo siento, Emma. Siento todo lo que haya pasado entre nosotros, debí ser siempre el chico detestable para ti para evitar que pasara esto. Pero no puedo disculparme por lo que yo siento, porque no me arrepiento— dejó salir un gran suspiro antes de seguir hablando —Sigue usando el collar y el anillo, es lo único que te pido. Al menos así puedo quedarme tranquilo sabiendo que fui parte de tu vida en algún momento.
Sentí que en cualquier momento volvería a soltarme a llorar, como la chica débil que siempre trataba de ocultar todo el tiempo. No dije ni una palabra mas, tomó mi silencio como una respuesta y no quiso agregar nada mas. Los estudiantes no tardaron en llegar algunos minutos después, lo que nos obligo a separarnos para buscar nuestros lugares y esperar a que la clase empezara.
—¿Estás bien?— Harry llamo mi atención poniendo la palma de su mano cerca de mi cara —Te ves mas desanimada que otros días.
—Estoy bien— force una sonrisa en cuanto me di cuenta que tenía la mirada fija en un lugar especifico —¿Dónde esta Hermione?
—Quiero suponer que sigue con Ron, quizás ya no tarde tanto— se encogió de hombros —¿Cual es tu poción?
—¿Qué? Ah... es esa— señalé los frascos rosados que estaban en una esquina del escritorio —Al parecer no fuimos los únicos que han hecho Amortentia...
—No, hay varios que también lo hicieron, pero ninguno como el de ustedes, a quedado increíble, tengo que admitirlo.
—Oh, Harry. ¿Con quién crees que estas hablando?— sonreí.
—Con la chica Anderson, por supuesto.
El salón se quedo en silencio en cuanto escuchamos que entraba el profesor. Volvió a saludarnos con una sonrisa como cada clase, mientras le hacía señas a Hermione, quien había entrado junto a él, para que tomara asiento en su respectivo lugar. Le mostré una sonrisa en cuanto cruzamos miradas.
