¿Qué hay de malo en un trabajo?
Donde Draco termina enamorandose de la persona a quien menos imaginaba y donde Emma termina enfrentando su pasado con dolor.
¿Será mas fuerte su amor que una guerra mágica?
• 𝐚 𝐃𝐫𝐚𝐜𝐨 𝐌𝐚�...
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LA BODA SERÍA EN UN PAR DE HORAS. TODOS SE VEÍAN LEVEMENTE NERVIOSOS, y yo seguía sorprendida de que hubieran decidido hacerla durante estos días, donde ya nada era seguro. Lo único que tocaba de cada uno era sonreír y felicitar a la gran pareja que Bill y Fleur hacían, aun cuando su madre no estaba totalmente de acuerdo con ese compromiso.
Debo decir que la noche no fue para nada cómoda, eramos muchas personas, por ende tuvimos que dormir en ciertos lugares como el piso. En este punto, podría dormir donde fuera, pero el dolor en mi espalda no pensaba lo mismo. No logre dormir bien, despertaba cada hora por dolores en mi pierna, ya fuera por estar en una mala poción o porque me hubiera cansado. Sin contar que tuve que levantarme y limpiarme la herida yo sola cuando empezó a sangrar de nuevo. Me preocupe, claro. No sabía si era normal que siguiera sangrando de esa manera, pero tampoco podía hacer demasiado, solo necesitaba esperar.
No iba a confesar que escuche una conversación de mis amigos en la madrugada. Cuando Harry estaba por irse de la madriguera tuve intensiones de seguirlo, pero Ron me gano en hacerlo, y mejor. Tal vez yo no hubiera tenido la misma suerte de lograr que se quedara.
Se levantaron a primera hora para organizar todo lo que conllevaba la fiesta. La verdad es que yo no era buena ordenando ni organizando nada, tampoco podía dar muchas ideas. Durante toda mi vida festejaba mis cumpleaños únicamente con mis padres y un pequeño pastel. Lo comíamos para después abrir los obsequios que me regalaban y jugábamos con ellos. Para mí, eso ya era tener suerte en el año.
—¿Necesitas ayuda?— Hermione se acercó a mí, tomando asiento a mi lado.
—No, puedo hacerlo sola, pero gracias— termine por quitarme la venda, dejándola sobre mi otra pierna mientras me encargaba de revisar el corte —Bueno, quizá si necesite un poco de ayuda— hice una mueca de asco. Hace unas horas estaba a punto de vomitar cuando la vi, no quería esa sensación de nuevo en mi estómago.
—Tranquila, Emma. Estoy segura de que mañana ya estará mejor— tomó un par de gasas y las paso por mi piel dañada. Dolía como un infierno, pero no quería mostrar que lo hacía, así que me mordí la lengua para mantenerme en silencio.
—Estaba... ¡au!— moví mi pierna hacía un lado con rapidez.
—¡Lo siento! Te mueves demasiado, ¡quédate quieta!— presionó su mano contra mi rodilla, estabilizando mi pierna para limpiarla mejor, pero eso parecía seguir doliendo —No has traído nada de ropa, ¿verdad?
—No...— dije entre dientes, apretando con mis manos la piel del sofá. Un poco más y estaba segura de que lo rompía, pero aliviane mis manos en cuando Hermione dejo de limpiarme la herida. Liberé un fuerte suspiro, relajando mi cabeza sobre el respaldo para calmar el leve mareo que se había formado en mi cabeza.
