Una hiena entre las flores.

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Un camino frondoso muestra las proezas del hombre, cuando los obstáculos se asemejan a un todo en su vida, dejando en el ayer aquellas esperanzas que en su momento bifurcaron sus más temibles decisiones.

• Dia de celebraciones.

Hoy es un día especial en la vida de los recién casados, oficialmente Tin y Can son ahora un matrimonio ante la ley.

¡Un brindis! ─ Se les escuchó a los invitados pedir efusivamente a los novios, y cómo no hacerlo, cuando hay razones de sobra para ello.

Sostenía una copa entre sus manos y le miraba con total asombro, su admiración hacia la fuerza que encontró en él, le incitó a buscar respuestas sobre su propósito en esta vida, le enseñó amarse más de lo que pudo imaginar, hasta el punto de identificarse con cada proyecto de trabajo, Can era un escalón más a su auto realización personal, y todo se lo debía a él. ─ Tin tiene ante sus ojos a la persona que resultó ser su pilar, y ahora es su compañero incondicional.

Su rostro se trasluce a través del cristal, Tin se mantiene ajeno a todo excepto a la percepción de solo creer que Can, es lo único importante y real para él. Ante tantas emociones se acerca sosteniendo ambas copas, y su voz se hizo notar al hablarle.

─ Tú eres la luz que iluminó mi camino ante tanta oscuridad, decir cuánto te amo ya no es necesario, porque cada día, cada momento, y en cada segundo de mis pensamientos tú estás en mí, por ello estoy más que agradecido por haberte conocido.

... Bebé, ¡eres mi todo!. ─ ¡Gracias por amarme!

Escuchándole hablar, el rostro de Can empezó a emitir una sensación de tristeza, no por no sentir la fuerza de aquellas hermosas palabras, todo lo contrario, ─ recordó su diagnosticó y le aterraba la simple idea de no tener suficiente tiempo, para recordar su bello rostro.

Sus destellos habían amenorado las pocas posibilidades de recuperar la visión, porque su último intento, ya se había pronunciado. En fracción de segundos él reaccionó, le tomó por el cuello, suavizó su beso, le sonrió y el cruce de copas se hizo, segundos seguidos Can lo besó con la fuerza que solo los amantes cautivos de su amor, saben profesarse.

Pero no era la única sorpresa de la noche, alguien más seria premiado por su tenacidad, entrega y constancia, al decidir arriesgarlo todo por la persona que ama.

Ae, ─ Le llamó Can al acercarse a él.

¿Recuerdas aquellos anillos que empezaste a pagar con tu trabajo de medio tiempo? ─ Pero que tuviste que suspender cuando fuiste raptado con mi familia.

─ Si, los recuerdo. ¿Por qué? ...

Tin ─ Pronunció su nombre y él se acercó ante ellos, puso una cajita cuadrada y transparente sobre las manos de Can, quien a la vez la depositó nuevamente sobre las manos de Ae.

─ ¿Y esto?... preguntó sorprendido Ae.

¡Son tuyos!... respondió Can.

Ae se mostró confundido, más Tin se acercó y dijo: ─ El último pago lo tomé de tu primer sueldo, así que no pienses que es un obsequio. Sintiendo que era algo in objetable, él emitió una sonrisa. y luego Can terminó explicándole:

─ Recuerdas aquella vez que pasamos por una joyería y viste unos anillos que te gustaron mucho por ser raros, pero no por su forma o valor, si no por la sencillez que se mostraba en el tallado, sobre todo al resaltar la estrella dentro de la luna, motivo por el cual la novia no los quiso, ya que estos cubrían las iniciales de ellos.

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⏰ Última actualización: May 24 ⏰

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