19. TRAUMA.

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Advertencia ⚠️
Este capítulo puede contener temas fuertes, como la violencia infantil y muerte. Se recomienda discreción.

Miguel:

Me sentía sorprendido y en estado de alerta con Miranda, desde el incidente. Me encontraba en la sociedad arácnida investigando a la familia Vázquez y sus conexiones con los mutantes, radiación, experimentos o la magia.

-Actuaste muy bien con ella el sábado- menciona la chica de lentes de corazón, desbloqueando la base de datos.

-Algo me impulsó a hacerlo- respondo leyendo los archivos de Miranda -El haber visto su habilidad me dió desconfianza en un principio por la ilusión de Gabriela, pero al escucharla una parte de mí sentía que hablaba con la verdad- menciono observando una foto de ella.

-Veo que te agrada mucho- Lyla para lo que hace y busca otra foto de Miranda dónde se le ven los ojos amarillos.

-Lyla, ya hemos hablado de esto- Respondo birandole los ojos, minimizando la imagen de la dama.

-No lo digo para molestarte, se nota que te cae bien y te preocupas por ella- menciona la dama de amarillo agrandando un poco la foto de la chica -Me sorprende que hicieras la promesa de mantenerla a salvo-

-...- pienso nuevamente en aquel momento en el que tuve esa conversación con Miranda, recordando todo lo que ella sufrió.

§

- Simplemente un salto de fé...- susurra la chica aún con sus manos en mi rostro.

-Si... Estamos en confianza- susurro sintiendo una rara sensación en mi pecho.

Miranda toma un poco de distancia pero se lo impido, dando a entender que no se aparte.

-Es un Don- Responde Miranda apegándose a mi cuerpo - Uno que nunca pedí- confiesa - Nunca lo usé ya que no le veía necesidad- susurra.

Acaricio su cabello para calmarla, mientras que ella se apega mucho más a mi cuerpo como si buscara más calor o protección.

- Yo tampoco pedí tener este Don- le confieso.

- Sólo te diré que lo heredé de mi madre, ella nunca pensó que lo despertaría hasta que... - toma aire por un momento - Cuando era... Una niña... Me habían secuestrado y... Y.... Me... - a Miranda le estaba costando decir las cosas, estaba temblando.

- Shhh... Ssshhh... Sshhhh- la intentaba calmar, pose una mano en su rostro y sentí una lágrima recorriendo su mejilla - Tranquila... Recuerda que estás conmigo-

Hasta la persona más sonriente y tranquila sufre demasiado, no sé si considerar esto como el típico trauma aunque la idea de que hayan abusado de ella me invade la mente, al ver esas manos negras tocando y rasguñando su cuerpo me causó repulsión.

- Casi me iban a vender...- susurra - Me metieron en una granja con otros niños, los secuestradores decían que nuestros cuerpos eran especiales para la gente de alto poder que quería vivir más tiempo...- me abraza con fuerza a lo que la correspondo - Querían vender mis órganos, debía tener cuidado, siempre estar quieta y nunca llorar, porque si hacía un ruido o intentaba escapar... Ellos venían y me... Golpeaban con un cinturón... Nunca fuí abusada gracias a Dios dado a que ellos tenían prohibido tocar la mercancía-

Respiro profundo y la abrazo con fuerza.

- Yo duré dos semanas ahí... En aquél momento hice una amistad con una niña del grupo, ambas nos cuidabamos aunque a veces nos golpeaban siempre estábamos juntas... Hasta qué... En una tarde nos hicieron exámenes para envíarnos a una subasta... - decía Miranda ahora con la voz temblorosa, mientras que yo la escuchaba con atención sentí unas gotas caer en mi pecho.

Mereces Ser Felíz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora