Mi adorable Kwon Hyuk Woo (Loco AOMG)

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¿El principio o el fin?

–Si, lo entiendo –Loco respondió con expresión fría.

–Es complicado hacer una relación pública –intervino SamD–. Estoy de acuerdo en eso, haremos un comunicado como la agencia de Loco pidiendo que se respete su vida privada y lo dejaremos para cuando ellos lo quieran revelar. HyukWoo nos vemos en la oficina. Vamos –tomó del brazo a Jay.

SamD se llevó a Jay y Loco parecía algo pensativo tras escuchar lo que su novia dijo.

–Amor, lo lamento, intenta comprender. Es solo que estoy empezando una carrera en este medio, no quiero ser criticada: "Zorra astuta" lo liste también, muchos pensaran eso de mí. Que solamente me acerqué a ti para colgarme de tu fama.

–¡Pero no es cierto!

–Tú y yo lo sabemos, pero los demás no. Dame tiempo ¿Sí? ¿Eh? ¿Por favor?

–¿Tiempo?

–Si, solo un par de meses. Tengo un proyecto por llegar, una vez que lo logre, les diremos a todo el mundo que nos amamos.

–Te entiendo –él la abrazó y suspiró–. Lo platicaré con los hyungs.

–Está bien, debes ir a la oficina.

–Te voy a extrañar –musitó sin soltarla.

–También tengo algunas cosas que hacer hoy. Tú ve a la oficina y calma a Jay, te llamo más tarde ¿de acuerdo?

–Necesitas un abrigo, hace mucho frío.

–No importa, iré en taxi.

–Ven –él la llevó de la mano a su habitación.

Abrió la puerta que quedaba junto al baño, era su ropero, tenía tantas cosas, ropa, accesorios, zapatos, etc. Al fondo de la habitación tenía unas cajas y ropa apiladas.

–¿Que buscas...? –cuestionó ella siguiéndolo curiosa.

–Puedo darte uno de mis abrigos o suéters, pero si alguien te ve, lo comparará con alguna foto de cuando yo lo use. Así que... este te quedará perfecto –sacó una sudadera gris con capucha.

–¿Es nueva?

–No...

–Tiene la etiqueta puesta.

–Soy diferente de los oppas estadounidenses que son populares estos días
tengo el olor de kimchi en mí. La ropa todavía con etiquetas se está apilando en mi casa, puedes usarla por la noche. Ahora tu y yo, soy tuyo. Todo lo que quieras hacer, solo dímelo cómodamente.

–Es tu parte de la canción –ella rio.

–Si –él sonrió.

–Me gusta más esa versión de la canción, porque estás tú.

–¿Le prestas atención a mis letras? Pensaba que no.

–Por supuesto que le presto atención a tus letras, me las sé, pero –ella hizo una mueca- ¿A quién se lo dedicaste?

–Lo escribí pensando en ti, buscaba el momento para decírtelo.

–¿Lo dices en serio? –ella se sorprendió.

–Si nena, cuando aún éramos tan solo amigos... deseaba tanto poder ser más... y verte usar mi ropa.

–No me quiero ir –ella lo abrazó.

–Ven conmigo, nena –susurró él abrazándola.

–No puedo, tengo cosas que hacer. Pero nos veremos más tarde, ¿Sí?