Capítulo 8

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Intentaba escapar de él. Todo lo que decía era rebatido por su compañero de clase. Cansada de todo eso, empezó acelerar el pasó mientras le mira y le habla a la vez. Solo quedó con él por petición de su padre, el director del instituto, ella ni siquiera tuvo la opción de negarse y lo que más rabia le daba es que, por culpa de él, tuvo que dejar a un lado su entrenamiento y más en un momento tan crítico.

No quería escucharle, no quería seguir más en ese sitio y solo rogaba por una llamada o lo que fuera para poder librarse de él.

Estaba tan absorta en eso pensamiento que cuando se quiso dar cuenta, un muro o pared, pareció interponerse entre ella y su huída haciéndole perder el equilibrio.
Su caída era inminente, entoces sintió un agarre en su brazo izquierdo. ¿Una persona? ¿En serio fue contra un humano? Imposible. Ella no podía perder el equilibrio por un simple humano.

Entonces, alzó su cabeza para descubrir quien era. Su expresión de sorpresa no se hizo esperar. Aunque llevaba una gorra y gafas, no opacaban sus ojos azules. Entonces entendió porque perdió el equilibrio.

~ ¡Tru...Mirai! ~ dijo sorprendida.

~ Perdona, pensé que me verias. ~ dijo él con asombro.

~ No, no te disculpes ~ dijo apenada ~ Soy yo la que se tiene que disculpar por no mirar al frente.  Pero... ¿Qué haces por aquí?¿Acaso ha pasado algo? ¿Están todos bien? ~ preocupada intenta detectar las energías de familiares y amigos.

Mirai vio como cerró los ojos con expresión de concentración, entonces supo lo que intentaba hacer, detectar el ki.

~ Pan, tranquila. Están todos bien ~
le dijo con intención de calmarla ~ He recibido nueva información y vengo a buscarte para la reunión, mientras mi padre y Goku reúnen a los demás.

Pan lo miró y algo dentro de ella le dijo que detrás de esas palabras había algo más. Escondía algo, era una experta detectando esas cosas, la mayoría de adultos le escondían las cosas por tratarla como una niña y esa expresión es lo que le transmitía. Ya no era solo eso, existían móviles que recibían llamadas y mensajes, hasta el correo electrónico hubiera sido también una buena opción. Entonces, ¿por qué desplazarse? ¿Por qué molestarse tanto? Pero el echo de que fuera él quien vino a buscarla... ¿Pero qué estaba pensando? Estaba paranoica. Solo le dijo que venía a buscarla para una reunión y su mente voló más allá. Como bien dijo, Vegeta y su abuelo Goku estaban reuniendo a los demás. Seguro que se repartieron una lista entre los tres de las personas que tenían que avisar para ir más rápidos. Mientras él estaba con ella, su abuelo seguramente utilizaría la técnica del shunkan idō y Vegeta, depués de maldecir y quejarse durante un tiempo seguro que Bulma sería la que acabaría haciéndolo.

No muy lejos de allí, se encontraba Baozi, el compañero de clase de Pan, observando todo lo que pasaba. Vio como Pan fue salvada de su caída, pero estaba tardando mucho en alejarse de ese hombre. No le gustó las pintas que aquel hombre llevaba, era como si con esa gorra se quisiera esconder de alguien, entonces se fijó que todavía tenía el brazo de Pan en su posesión y pensó que a ella le era imposible soltarse de él. Por muy nieta que fuera del señor Satán, contra un hombre como ese no tenía oportunidad ninguna de vencerlo.

Decidido, fue hacía donde se encontraban para poder defenderla y salvarla de su captor. Cuanto más se acercaba más podía notar que su altura era sobrepasada por el de aquel hombre, pero no se acorbadó.
Esta era la mejor oportunidad para acercarse a la menor de los Son, demostrando su valentía. Se puso al lado de Pan sin conseguir que, ninguno de los dos, le prestara atención, entonces se decidió a hablar.

~ Señor, gracias por su ayuda. ~ puso la voz grave para llamar la atención. Su cometido funcionó a la perfección, ahora tenía sus miradas puestas en él.

Antes de que te vayas                                              TrupanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora