Imagina que un día, tú deseo, el que crees que nunca se hará posible, por azar o capricho del destino se hiciera realidad. Eso és lo que le pasa a la protagonista de está historía. Todo empieza con la llegada de una persona inesperada.
Se centrará...
~ Trunks ~ dice Mai sentada en el sofá del despacho de su novio ~ Acabaríamos antes si me dejaras ayudarte.
~ No hace falta ~ metiendo la mano en uno de los cajones del escritorio ~ ya la tengo.
Hace unos dies minutos que llegaron a Capsule Corp. al despacho ubicado en la planta baja, la zona de trabajo, donde también se encontraba los laboratorios, talleres de mecánica, la habitación de gravedad de Vegeta y en la entrada de la casa, el punto de información donde siempre, en días laborables, hay una persona para atender. La segunda planta hacia arriba es la vivienda familiar, pero hay no acaba todo, en el sótano hay otro laboratorio y taller mucho más grandes, solo para las investigaciones, máquinas y otras cosas que deben mantenerse en secreto, solo la familia y los más allegados conocían y tenían permitido su paso.
Habían ido en busca de una cápsula que contenía su coche favorito o eso es lo que le dijo Trunks a Mai. En principio no iba a ir con ella porque lo que quería coger no es la cápsula sino algo más preciado, por eso estaba tardando tanto, no quería que se diera cuenta de lo que en realidad habían venido a buscar, pero ella insistió tanto que no le quedó otra opción.
Cogió una caja roja que destacaba entre todos los papeles que hay en el cajón, la abrió con mucho cuidado para que Mai no se diera cuenta, queriendo estar seguro de que siguiera en su sitio y ahí estaba un anillo de oro, engastado con 46 diamantes. Una joya familiar de compromiso, que pertenecía a la familia Brief desde el principio de los tiempos.
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Bulma le dio el anillo a Trunks el día que se fue a vivir con Mai y lo guardó en el despacho para que ella no lo encontrara, además, en ese tiempo todavía no había pensado en pedirle matrimonio.
Guardó la caja en el bolsillo interior de la chaqueta de su traje gris, se levantó abrochandosela y se dirigió hacia Mai.
~ No entiendo por qué hemos tenido que venir teniendo más coches.
~ Ya te lo he dicho. ~ extendiendo su mano hacia ella para ayudarla a levantarse. ~ Es mi favorito.
Mai cogió la mano de Trunks y se levantó dejando ver lo bien que le queda el vestido largo ajustado azul marino con muslo dividido, llevaba el cabello en un medio recogido, pendientes de oro a juego con el collar que eran casi imperceptibles a la vista y zapatos de aguja del color del vestido que le dejaba a la misma altura que Trunks.
Él la miró de arriba a bajo, deleitandose con esa visión. Pocas veces la podía ver de esa manera, solo en eventos y bodas se vestía tan elegante, pero hoy sí o sí tenía que hacerlo porque sería un día especial, aunque él se lo tuvo que pedir, sino, ella hubiera ido informal, le gustaba ir cómoda aunque fuera una cita. Eso no quería decir que no le gustara su forma de vestir, pero ¿a qué hombre no le gusta ver a su amada vestida con un vestido elegante y seductor? Hoy sería la envidia de todo los hombres cuando entraran por la puerta del restaurante.
Cogiendola de la cintura la acerca a él, ella le pone sus manos en los hombros y él la besa. El beso era tierno pero poco a poco empezó a ser más profundo. Mai rodeó el cuello de Trunks con los brazos profundizando el beso mientras él alza una mano hasta la nuca de ella y la otra la baja hasta llegar al muslo metiendo la mano por la abertura del vestido haciéndo gemir a la mujer. Al escucharla, él se encendió más de lo que hubiera querido, olvidando todos los planes que tenía para hoy.
