9. Una caliente ducha

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Capítulo nueve

Julie

Mierda, mierda y más mierda.

Hoy es día de entrenamiento lo que significa que tengo que ver a Chase por primera vez desde que me admití a mi misma que me gusta. No solo lo admití para mí misma sino que hay dos testigos con respecto a mis sentimientos, mi mejor amiga y su novio. Igualmente no me preocupa porque sé que ellos no dirán nada.

No sé si me gusta sentimentalmente pero si es verdad que me atrae... y mucho.

Tuvimos bastantes momentos de intimidad, más de los que puedo contar con la mano y en la mayoría la tensión sexual era palpable, tanto que se podría cortar con un cuchillo.

Así que ahora me encuentro yendo a la pista y renegando con la idea de tener que verlo.

Miles de preguntas se aproximan en mi cabeza.

¿Le pasará lo mismo que a mí cuando lo tengo cerca?

¿Se dará cuenta de la atracción que siento por él?

¿Seguirá pensando en el beso tal y como lo hago yo?

Agh, me frustra no tener la respuesta a ninguna de esas preguntas.

Soy una chica bastante obsesiva por lo que me gusta tener mi vida bajo control y eso implica mis sentimientos también. Ahora no puedo dejar de pensar en lo que siento por Chase y eso me pone mal, bastante mal.

Llego a la pista y como siempre soy primera, me gusta llegar temprano a los lugares, si lo sé, soy una rara.

Tomo mi librera y comienzo a planificar el entrenamiento de hoy. No me cuesta mucho porque ya tenía una idea de lo que quería que trabajemos hoy.

A los pocos minutos llega Harry y me sorprende. Nunca lo he visto llegar tan temprano. Bueno, en realidad solo diez minutos antes pero creanme cuando les digo que los jugadores de hockey son las personas mas impuntuales del mundo.

— ¡Hola! —lo saludo con emoción y un gesto con la mano.

Harry es el que mejor me cae de los cuatro mosqueteros. Si bien Sean y Alex me agradan también con Harry es diferente. Él es sereno y transmite una sensación de paz de la cual soy fan número uno.
Todo esto dejando de lado mi opinión sobre Chase porque no sería una comparación justa

—Hola.

Su "hola" no me gustó para nada. No solo fue incómodo sino también fue algo... triste. Supongo que le debe estar pasando algo.

— ¿Todo bien? —pregunto. Tal vez simplemente necesite alguien con quién hablar.

—Em, sí. Solamente estoy cansado. Ayer salimos con los chicos, no les digas que te dije. Yo les dije que era mala idea salir un día antes de entrenamiento pero no me hicieron caso. Sabes como son —ríe más relajado.

Hago un mohín con los labios. No soy muy allegada a Harry pero tengo un don para saber cuando me están mintiendo y definitivamente Harry lo estaba haciendo. Pero como dije antes no lo conozco muy bien así que prefiero no entrometerme.

— ¿Qué tenías planeado para el entrenamiento de hoy?

Procedo a explicarle mi plan de entrenamiento. Igualmente necesito la aprobación del señor Clinton para poder llevarlo a cabo.

Hablando del señor Clinton mi teléfono comienza a sonar y su nombre ilumina la pantalla.

Apenas descuelgo escucho gritos del otro lado.

—Maldita sea Sophie ¡deja eso!

— ¿Hola?

— ¡Hola Julie! Tengo malas noticias, muy malas me temo —esa última parte la susurra—. Mi madre sufrió un accidente y debo ir a verla al hospital.

Un plan casi perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora