Un plan casi perfecto

6. La familia del coach

Capítulo seis

Julie

El resto de la semana pasó tranquilo, tuve que faltar al entrenamiento de los jueves porque mi cabeza no daba más de la migraña. El golpe que me había dado y el desmayo me dejaron secuelas, secuelas que tuvo que soportar mi pobre compañera de habitación.

Hoy es sábado, esta semana no hay partido. Generalmente cuando en una semana no había partido éste se reemplaza con un entrenamiento pero el entrenador Clinton tiene una reunión familiar y le parecía muy precipitado dejarme a cargo de los quince chicos yo sola, así que simplemente nos dio el día libre a todos.

Estoy muy tranquila en mi cama cuando mi teléfono vibra.

Gruño dándome vuelta para coger mi celular.

Son las diez de la mañana de un sábado, no sé quién interrumpe mi sueño pero no la pasará bien.

Prendo la pantalla y es un mensaje del coach.

Vale, tal vez debería mantener la compostura.

Coach Clinton

¡Buen día Julie!

Realmente soy la única persona a la que trata con amabilidad y eso me encanta, me da un poder extra en los entrenamientos.

Lamento molestarte pero me olvidé de traer unos papeles muy importantes de mi despacho.

Es el cumpleaños de mi sobrina y no puedo pirarme, ¿podrías pasar a buscarlos por la pista?

Yo

¡No hay problema!

Sí, sí que lo había.

Ya mismo paso a buscarlo coach, no se preocupe :)

Me cambio el pijama por unos vaqueros y un jersey gris, todo esto sin luz pues no quiero prenderla y despertar a Lucy, créanme, no queremos despertarla.

Por último tomo mi bolso y emprendo camino hacía la pista.

Casi llorando de la tristeza voy a la estación de buses. Iría con mi precioso auto, Ralph (sí, le puse nombre), pero está en el taller así que no me queda otra opción que ir en transporte público.

En tan solo quince minutos llego a la pista, no se encuentra muy lejos del campus así fomenta que más alumnos vayan a ver los juegos, aunque últimamente creo que aunque la pista estuviese a dos horas la gente iría igual a verlos.

Entro al establecimiento y prendo las luces que se prenden una por una y hacen ruido al hacerlo.

Me dirijo hacía el despacho del señor Clinton, tengo la llave porque él insistió en que ahora ambos somos entrenadores y que deberíamos de compartir despacho.

Me llamó hace un rato para decirme que son unos papeles en una carpeta azul.

Instantáneamente la veo, se encuentra debajo de otra pila de papeles.

Tengo que hacer un poco de fuerza para poder sacarla por lo que cuando logro hacerlo se me cae y se abre.

No soy una persona metiche, lo juro que no lo soy, pero cuando veo las palabras "Trámite de traslado" de título y en negrita no puedo evitar sentir curiosidad.

¿Alguien iba a dejar el equipo?

Quiero seguir leyendo pero una voz detrás mío hace que pegue un salto en el lugar del susto.

— ¿Qué haces? —Volteo a ver al dueño de la voz y no me sorprende en nada que sea Chase— ¿Estabas revisando los papeles del entrenador? —pregunta achicando sus ojos acusándome.