Estando ya en la habitación y acostado, las trillizas de oro se sientan en un sillón y me miran.
- ¿Se van a quedar toda la noche mirándome como acosadora? ¿O me van a violar a penas cierre los ojos?
Les pregunto.
- No te vamos a violar.
Dice Irina soltando un suspiro de fastidio.
- Lo siento, si. Me tomaron desprevenido y decir idioteces es mi autodefensa en este tipo de situaciones.
Les digo.
- Esta bien Charlie. Supongo que no estamos acostumbradas a esto y vos también debes estar sorprendido. Esme nos advirtió de que podías tomarlo mal.
Me dice Tanya.
- Oigan, pueden sentarce al lado mío. Si mantiene las manos lejos de mi amigo.
Digo mirando seriamente a Kate. Ella levanta las manos en forma de rendición pero me mira sonriendo en forma coqueta.
- ¿Como podés coquetear con los demás, incluso con Carlise. Pero con nosotras no?
Me pregunta Kate una vez se sienta a mi lado.
- Tengo confianza con ellos. Apenas nos conocimos no les hablaba así. Con el tiempo fuimos formando lazos de amistad con todos. Y por eso es más fácil para mí jugar así con ellos. Si ustedes no fueran mis esposas, y yo les hablara así. Sonaría como un pendejo pajero.
Les explicó
- No estamos casados todavia. No somos tus esposas.
Me dice Irina.
- En la antigüedad se les decía compañero o compañera al esposo o esposa. Así que si lo son. ¿O no es ese el sentido de compañeros que le dan ustedes? ¿Su pareja destina para toda la eternidad? ¿Su alma gemela?
Le pregunto alzando una ceja.
- En eso tenes razón. Si un compañero significa eso para nosotros, nuestra pareja destinada a pasar la eternidad juntos. Pero aún así debemos casarnos para que llames esposas.
Me réplica
- Más trabajo para mí todavia.
Digo cerrado la ojos
- ¿Y eso porque?
Pregunta Kate.
- Tengo que comprar tres anillos de compromiso, tres pares de alianzas, preparar tres bodas, tres lunas de miel. Y legalmente no puedo tener tres esposas. La poligamia no es legal en Estados Unidos.
Le explicó.
- Eso es verdad. Bueno nada de bodas.
Me dice.
- Podemos hacer la ceremonia y que nos casé Carlise, pero no sería legal. Estaríamos en la misma a eso voy. Decirles esposas ahora o después da igual. Es lo mismo.
Les digo con los cerrados todavía. Puedo sentir una mano fría pasar por debajo de mi camiseta en mi bajo vientre e ir subiendo causándome un escalofrío.
- ¿Como terminaste con estas heridas?
Pregunta Irina.
- Un lobo me las hizo.
Le contesto.
- Los mismos que hablabas con Alice.
Pregunta Tanya.
- Los mismos.
Respondo.
- No deberías acertar a ellos.
Dice Irina de nuevo.
- Algunos de ellos son mi familia. El que me atacó no. No me voy a alejar de mi familia por un imbecil.
Le digo en seco.
- Son peligrosos.
Me réplica enojada.
- Ustedes también.
Le contesto en el mismo tono, sacando la mano que se encuentra en mi torso.
- Ahora quiero dormir, mañana tengo que ir al colegio.
Termino la conversación.
Siento como se levantan de la cama y escucho que salen de la habitación, suspiro pesadamente, y decido dormirme de una vez.
A la mañana despierto bien temprano como siempre, Rosalie entra a la habitación con una bandeja con el desayuno.
