Tanya se quedó todo el mes de septiembre con nosotros. Cada tanto mi don hacia aparición y esos días íbamos a la reserva donde ella hablaba con los ancianos y la manada sobre los vampiros. Aunque al principio para reacia al tema de revelar sus secretos con sus enemigos, logre convencerla que era para mí protección y la de Bella, hasta que nos convirtiera. Ya que no sabíamos si podía suceder algo como lo de James. Aunque yo sí sabía sobre Victoria que estaba dando vueltas por acá queriendo matar a mi hermana. Pero no podía decirle eso.
Cuando estábamos a solas Tanya aprovechaba para darme más clases sexuales y eso si que lo disfrute y agarre más confianza para dejarme llevar por mi mente pervertida. La verdad es que es toda una experta en el tema y nuestros momentos íntimos nos unían más en confianza el uno con el otro. En octubre tuvo que irse para ver como estaba todo por casa, pero antes de irse Irina llegó para quedarse con nosotros y así también cuidarnos.
Irina era un poco más seria que Tanya, también se llevaba bien con papá, y me ayudó para que Bella no estuviera triste y deprimida. Cuando mi don apareció en ella por primera vez, la tuve horas llorando en mis brazos hasta que se quedó dormida. Al despertar irradiaba una viveza nunca antes vista. Pero al igual que su hermana lo aprovecho al máximo. También tuve relaciones con ella. Y aunque es mucho más dominante en la cama, me cedió el dominio a mi para que aprendiera a conocer su cuerpo y sus gustos. Me tenía paciencia por que según ella era un idiota, pero era su idiota. También nos ayudaba con los deberes del colegio y congenio bien con Leah. Ambas tenían una personalidad parecida. Además salíamos a cazar juntos y también a pescar. Los paseos eran divertidos, hablamos mucho sobre historia, filosofía y arte. Ella tenía mucho conocimiento sobre el mundo y a mi eso me fascinaba. Hablábamos sobre las posibles carreras que podría estudiar al terminar al colegio y así ver cuáles eran las mejores universidades para estudiarlas. Era simplemente magnífica. Su inteligencia y elegancia me hizo acordar a Hurrem la sultana de Suleiman el magnífico, así que la apode sultana. A Tanya le puse Tsunade, ya que me recordaba a ella con ese carácter fuerte y decidido, pero de gran corazón, una lider nata.
Con noviembre llegó Kate, y todo fue un desmadre. Con Kate hicimos de todo, carreras de motos, leer todos los comics y mangas que tenía. Ver todas las series, películas y animes que existían. Lastima que para shingeki no kyojin faltaba todavía. Escalamos, hicimos campamentos, cazamos, hasta me enseño a pelear y a usar una espada, eso fue genial, además cantábamos juntos, su voz era maravillosa, hasta le enseñé a rapear y solíamos cantar en las fogatas que armamos con los chicos en la push. Cuando mi don se activó en ella fue increíble también, por primera vez la vi y wow. Ya estaba enamorado de la actriz que la que interpretó, como con Irina y fue un vuelco para mi corazón sus ojos verdes me flecharon más de lo ya estaba. Lo que si fue una sorpresa para mí, es que después de dos semanas de tenerla detrás mío haciéndose rogar, para tener relaciones, ella fuera muy sumisa. Era coqueta y provocativa, pero al momento del acto se entregaba por completo a mí control. En diciembre volvió a Denali, pero para el 24 las teníamos a las tres en casa y pasaron las fiestas con nosotros. Por suerte mi felicidad era tanta que durante ese semana mi don se activó y pudieron comer en ambas fiestas. Fue grandioso. Después de reyes volvieron para su casa.
En ningún momento estando Bella presente se habló sobre los Cullen. Las chicas me dijieron que solo estaban con ellas, Carlise, Esme, Alice y Jasper. Mientras Rosalie y Emmett se fueron a África a otra luna de miel. Extraña mucho a Rosalie, a pesar de su frialdad y ella era mi mejor amiga, siempre me mimaba mucho y yo realmente la amaba. Alice era un faro de luz en mi vida, siempre con tanta energía y vitalidad, también la amaba, pero Rosalie, ella era mi Rosa y yo su principito. Sin que nadie lo supiera yo lloraba su falta, aveces me encontraba buscándola, hasta que recordaba que se fueron, y mi corazón se rompía. Lo peor era que yo lo sabía, sabía que se irían, y aún así no duele menos por ya saberlo.