La noche era fresca. El viento acariciaba su rostro conforme avanzaba a grandes zancadas por el circuito ubicado alrededor del inmenso parque cercano a su casa. Alejandro solía ir allí cada vez que necesitaba descargar tensiones y no estaba de humor para el gimnasio. De alguna manera, sentía que correr en un ambiente natural renovaba por completo su energía, permitiéndole al mismo tiempo librarse de los oscuros y negativos pensamientos que en el último tiempo lo hostigaban con frecuencia.
"I was made for lovin' you" de Kiss sonaba alto a través de los auriculares mientras sus pies golpeaban el asfalto al ritmo de la batería con cada paso que daba. Para él no había mejor música que la de los ochenta, en especial el rock, y todas sus listas contenían diversas canciones de esos años. Con su coro de voces, los integrantes de la banda dieron comienzo a la melodía que lo transportó en el acto a una época en la que su mayor preocupación era reunirse con sus amigos para pasar el rato.
Le fue imposible no pensar en Martina. La letra básicamente recitaba lo que él tenía guardado en su corazón desde hacía años. Al igual que el cantante, quien le repetía a la mujer de su inspiración una y otra vez que estaba hecho para amarla y deseaba poner el mundo a sus pies solo para ver en sus ojos la magia del amor, él también quería hacerlo. Más que quererlo, lo necesitaba. ¡Dios, lo anhelaba con todo su ser!
Ella era el gran amor de su vida, la chica de sus sueños, lo que siempre había añorado en una compañera. Sin embargo, nunca tuvo el valor para confesarle lo que sentía porque además de todo eso, también era su mejor amiga. Y justamente esa hermosa e incondicional amistad que los unía fue lo que le impidió reunir el coraje suficiente para decírselo. Por el contrario, su miedo a perderla fue más poderoso y lo llevó a guardar silencio. Era preferible reprimir sus sentimientos que arriesgar lo que ya tenían.
Si bien en un principio creyó que estaba confundido —después de todo, él era un adolescente hormonal y ella no solo una mujer hermosa, sino la única en el grupo— con el correr de los años, a la par de ellos creció también su amor, así como un fuerte y devastador deseo que fue imposible de saciar con ninguna otra. Porque sí, lo había intentado más de una vez, pero el resultado fue desastroso. Por consiguiente, decidió que lo mejor era estar solo. Si no podía compartir la vida con la única que en verdad amaba, no le interesaba hacerlo con nadie más.
Frustrado como siempre ante aquel recuerdo, se secó el sudor de la frente con un brazo y aumentó el ritmo. Necesitaba dejar de pensar en ella y por lo visto, el ejercicio no lo estaba ayudando demasiado. ¡Nada lo hacía últimamente! Aparte de su madre, Martina era la persona más importante para él y la distancia que ella había impuesto entre ambos lo estaba matando. ¡Mierda! No tenía idea de por qué lo alejaba de ese modo, pero intuía que tenía que ver con la maldita misión. Algo había pasado entonces, algo que por algún motivo la avergonzaba, la hacía sentirse mal, pero se negaba a contárselo y eso lo desesperaba aún más.
La imagen de ella desnuda en la cama con el empresario se filtró de pronto en su cabeza forzándolo a detenerse. De inmediato, se inclinó hacia adelante, apoyó las manos en sus rodillas y trató de regular la agitada respiración. El corazón golpeaba con fuerza dentro de su pecho, acelerado más por la furia que siempre experimentaba al pensar en eso que por el ejercicio en sí mismo. Aunque nunca los había visto en verdad —lo cual agradecía porque la investigación se habría ido a la mierda en ese instante—, tenía claro que el sexo había sido una parte inevitable del proceso.
"Paranoid" de Black Sabbath sonaba ahora en sus oídos. El ritmo rápido e intenso se elevaba por encima de su caos mental mientras que su letra parecía burlarse de él. "All day long I think of things, but nothing seems to satisfy. Think I'll lose my mind if I don't find something to pacify. Can you help me occupy my brain? Oh yeah" —"Todo el día pienso en cosas, pero nada parece satisfacerme. Creo que voy a perder la cabeza si no encuentro algo que me mantenga en paz. ¿Me ayudás a ocupar mi mente? Oh sí"—.
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Línea de fuego
RomanceLibro 4 Serie Peligro. ♡ Martina es una valiente agente encubierta de la Policía Federal. Siendo la única mujer en su unidad, se asegura siempre de mostrarse fuerte e inalcanzable frente a los otros y, por esa razón, acepta sin dudarlo una arriesgad...