𝐕𝓲𝓸𝓵𝓮𝓽 𝐄𝓿𝓮𝓻𝓰𝓪𝓻𝓭𝓮𝓷 ━━━ 𝐓𝚑𝚎 𝐒𝚎𝚌𝚛𝚎𝚝 𝐋𝚘𝚟𝚎

Capítulo 22: La Expedición

-"El viaje hacia el planeta fue bastante tardío y cansador, pero por suerte logramos hallar una entrada segura para cruceros Venator y Acclamator por los distintos cuerpos de asteroides, ahora estamos a unos 14 kilómetros de distancia de la base militar Threa según los datos dados por el comando Drop, ahora estamos preparándonos para dar marcha hacia ese sector, pero antes esperamos sus órdenes General"-, informo la comandante Jedi a su maestro atravez de una comunicador mientras se encontraba sobre una colina cubierta por árboles y maleza de una altura considerable para taparlos con solo agacharse mientras a lo lejos veían la base militar con diversas naves y maquinaria de guerra Separatista, pero sobre todo Droides de batalla. Mientras que a su derecha podían divisar columnas de humo negro y hasta oír con tan solo afinar el oído disparos de blasters y cañones de artillería provenientes de la capital o lo que quedará de ella.
-"Deben ser partes del ejército de autodefensa que están luchando hasta las últimas"-, dijo el comando líder del escuadrón Delta entre susurros a uno de sus compañeros, no contado con que su comandante Jedi lo escucharía y le diría. -"Si...lo mejor sería abstenerse de ir a lugares como la capital...ahora prepárense las órdenes son ir a la base de Threa y destruir gran parte del material bélico Separatista, pero además de eso hay que obtener datos sobre la ubicación del enemigo, sus tácticas de defensa y ataque y todo lo que le pueda ser útil a la 612 para lanzar su ataque, infórmenme cuando estén listos"-, y el comando Warlord le respondió con firmeza, pero respetando su rango en el ejército de la república. -"Siempre estamos listos comandante, cuando usted diga"-, Violet asintió con la cabeza y así, el escuadrón Delta junto a la comandante Violet Evergarden partieron rumbo hacia Threa teniendo cuidado de no ser avistados por el enemigo.

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En Coruscant.

El ambiente dentro de la base militar del gran ejército de la república galáctica era uno frío y casi cavernoso a pesar del brillante sol que había en el resto del planeta capital de la galaxia; soldados clon iban y venían de un lado al otro emitiendo pequeños golpeteos metálicos debido a sus pasos sobre el metal de algunas partes de la base. Mientras que dentro de la sala de comunicaciones de aquella base militar se encontraba en completa soledad el más alto mando de la legión 612, el General Gilbert no podía dejar de pensar en las palabras que le había dicho su alumna, a este recuerdo se le sumo una charla que tuvo con el maestro jedi Al'Fradóh rememorando a la perfección dicha conversación...

-"Me sorprende lo mucho que haz cambiado Gilbert, te haz convertido en un gran hombre y en un gran maestro para Violet...aunque me sorprende mucho que durante 10 años te abstuviste de llamarla Padawan"-, decía el Jedi de cabello marrón quien obtuvo la respuesta de Gilbert casi al instante. -"Lo hago porque ese es su nombre, Violet, pero también...siento que no me corresponde llamarla «mi Padawan», no me corresponde porque...no siento que ella sea mi padawan del todo, digo, soy solo su remplazo de su maestro original, Maestro que le puedo asegurar habría hecho un mejor que yo...ella tiene sus dudas sobre si misma y eso...eso me hace dudar sobre si fui y soy un buen maestro para ella"-, antes de que pudiera continuar el maestro Fradóh le respondió rápidamente. -"Ella tiene sus dudas y como maestro debes responderlas o ayudarla a que pueda llegar a una respuesta, escúchame Gilb, se lo mucho que te afecta la muerte de tu maestro, pero el mismo me dijo más de una vez que si pudiera te daría a Violet como tú aprendiz, ustedes dos tiene una conexión especial, casi mística...eres un gran maestro muchacho y un gran amigo y mentor con ella y estoy seguro de que te agradece infinitamente que seas alguien tan atento y haberte preocupado por ella todo este tiempo, sino entonces no te habrías arrancado el brazo para salvarla"-, el muchacho miró a su brazo derecho cuyo remplazo era una prótesis metálica cubierta por un grueso guante de cuero negro quedándose en silencio pensando en aquellas palabras.
-"Piensa en lo que te digo muchacho"-.