𝐕𝓲𝓸𝓵𝓮𝓽 𝐄𝓿𝓮𝓻𝓰𝓪𝓻𝓭𝓮𝓷 ━━━ 𝐓𝚑𝚎 𝐒𝚎𝚌𝚛𝚎𝚝 𝐋𝚘𝚟𝚎

Capítulo 28: Barro manchado de rojo.

El ejército aliado conformado por el Gran Ejército de la República Galáctica y el Gran Ejército de Leidenlich se habían dividido en varios perímetros y posiciones en un terreno de casi 15 millas alrededor del Rio Zomm, el único que llevaba directamente hacia la ciudad capital del planeta y mientras aquel combate principal se estaba llevando acabo para diezmar el control de las fuerzas aliadas invasoras, en otros sectores del planeta se llevaron acabo despliegues de tropas republicanas para recuperar el control del resto del planeta, eso era una buena señal para los habitantes del planeta quienes comenzaron a apoyar fervientemente a la república galáctica en su campaña de liberación.

En el río Zomm, se habían establecido y tomado varias posiciones y territorio antes controlado por las fuerzas invasoras las cuales cedieron ante la maquinaria de guerra aliada quienes atacaban desde el sur hacia el norte y controlaban parte del oeste rodeando a sus enemigos entre dos paredes de soldados y una enorme pared de montañas y tan solo separándoles de su objetivo, la capital, por uno enorme muro que se extendía de este a oeste mientras enormes líneas de trincheras detenían el paso antes incesante de Leiden y la república; ya habían pasado 8 días de combate entre ambos bandos, días en los cuales el suelo del planeta se manchaba de sangre y de cadáveres de soldados mientras sus campos, antes verdes y llenos de vegetación, eran arrasados y destruidos por la guerra que allí se libraba, aquel combate se había extendido y ambos bandos querían acabar con aquel conflicto de una vez por todas, pero ninguno estaba dispuesto a ceder todo el terreno controlado si el otro no lo hacia primero.

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-"Ya es de noche y no han avisado de ningún contraataque o algo parecido por parte de los Separatistas...es hora de ponernos en marcha, si destruimos aquel muro de bloqueo más cerca estaremos de terminar la campaña"-, dijo la capitana Albirck montando en la cañonera LAAT junto a su comandante y un total de 14 soldados de la tropa de paracaidistas y 4 más del escuadrón de bombas listos para llevar acabo su asalto en el muro de bloqueo Separatista que les impedía llegar hacia la capital del planeta. Desde el cielo podían ver el enorme campo de batalla arrasado por el combate además de las distintas líneas de trincheras destruidas por los ataques de artillería de hace días, ese escenario tan desolador le generaba una cierta preocupación y angustia a la comandante Jedi que dirigía el ataque, no solo por la vida de soldados a los cuales alguien los estuviera esperando fuera de aquella masacre, sino también porque allí estaba alguien muy importante para ella, alguien a que esperaba volver a ver si sobrevivía a esa misión.

"Espero y el maestro este bien...", pensó una preocupada Violet.

Los pensamientos de la chica se vieron interrumpidos abruptamente por el sonido de estallidos y de negras nubes de humo con un fuerte olor a azufre las cuales se multiplicaban más y más en ensordecedores estallidos, no hacia falta que nadie dijera nada, pues ya todos sabían que el enemigo los había visto y sus sospechas solo fueron confirmadas gracias a los enormes pilares de luz blanca que podían ver tanto cerca como a lo lejos.
-"Lo que nos faltaba, nos descubrieron, bueno ahora lo mejor sería prepararse para volar a esos bastardos por los aires, sean droides o no"-, dijo un soldado del escuadrón de bombas bastante emocionado por entrar en combate con el enemigo, a dicha emoción la capitana le replicó. -"Tranquilo Rampage trate de no ser tan excesivo con el enemigo por favor, solo si la situación lo amerita hágalo"-, y Rampage respondió. -"Creo que eso podría valer, pero como ordene capitana"-, todos los que iban transportados en la LAAT tomaron la decisión de lanzarse al vacío aun sin saber en dónde caerían gracias a las enormes nubes grises que cubrían su campo de visión, pero nadie quería arriesgarse a morir desintegrados en una enorme bola de fuego que se desintegraría en el cielo antes de tocar el suelo.
Los paracaídas que todos llevaban consigo se abrieron dejando ver varios globos de tela en el cielo los cuales fueron notados por los soldados Separatistas quienes no dudaron en continuar su ataque contra los invasores llegando a derribar a 4 de los 18 soldados de la república que bajaban del cielo, 20 si se contaban a la jedi y la capitana. Esto no fue impedimento suficiente para que aquel pelotón de soldados lograra llevar acabo su despliegue en tierra, cayendo a una gran lejanía de su objetivo y viendo a lo lejos a la capital del planeta dándose cuenta de que habían sobre pasado al muro de bloqueo.
-"Al menos no estamos muertos, ahora debemos ir hacia el sur de regreso, no estamos tan lejos así que andando"-, informo Meinix y siendo ella la primera en ponerse en marcha con un pequeño trote volviendo entre sus pasos, los demás imitaron está acción comenzando así la marcha del pelotón hacia su objetivo el cual se encontraba a unos 500 metros de distancia pasando la paradera y la seguidilla de colinas empinadas.