Capítulo 2: La residencial

166 25 5
                                    

El auto iba en silencio, Claire iba en la parte trasera contemplando las calles de la ciudad, mientras Leon conducía mirándola en ocasiones por el retrovisor. Parecía que ninguno se atrevía a hablar, hasta que Leon río leve sin explicación alguna, causando confusión en la pelirroja.

<<¿Que le parece tan divertido?>>se preguntó internamente.

El agente pareció leer su disgusto, por lo que negó con una sonrisa.

—Solo me parece divertido el hecho de que desde que te conozco, cuidas y proteges a niños y ahora, debo ser yo quien te cuide.

—¿Cuidar?

—A decir verdad, siempre te cuide—se corrigió.

Aguantó sus insultos y regresó su vista a la ventana,viendo que la lluvia de ayer parecía nunca haber existido, mientras el sol iluminaba y alegraba a todas las personas, incluso logró "calmarla" momentáneamente, ya que se estaba hartando del simple hecho de convivir con Leon. Aunque nunca lo admitiría, le alegraba saber que esta bien. El mundo era peligroso y ellos lo sabían más que nadie, por lo que sus preguntas que surgían en ocasiones de cómo se encontraría el rubio, habían sido respuestas.

—Cuéntame como has estado—sugirió Leon—¿aún sigues usando esa chaqueta roja?

Pensó bien sus palabras, aunque más pensó si responderle o no. No tenía nada que perder, si ahora viviría con él, no podía aparentar ser muda y sorda de la nada. Recordó que su mítica chaqueta compartida con su hermano había sido consumida en el incendio.

—Fue hecha polvo—respondio sonando apenada.

—Me gustaba, te hacía parecer motociclista rebelde.

¿Acaso todo le parecía un chiste?. Tal vez su intención era hacerla reír, inclusive volver a hablar como los amigos que eran, pero iba por un mal camino, la corta conversación acabo en ese momento. Poco después, el auto cambio de ruta, específicamente por una residencial privada. Las casas eran grandes, modernas y separadas entre sí, pero una captó la atención de Claire casi al instante.

La fachada contaba con grandes ventanales, resaltando en las paredes exteriores de colores grises y blancas. El jardín era muy verde y se encontraba bien cuidado, el césped parecía haberse cortado hace poco, y en su mente, apareció la imagen de León
podándolo, curiosamente, sin camisa, ¿que mierda había pensado?. Entre las diferentes plantas, resaltaban unas flores rojas y azules, asumía que un jardinero las cuidaba, ya que estaban bien cuidadas a pesar de ser casi invierno, probablemente crecían en otoño.

—Bienvenida a la casa Kennedy—anunció Leon.

—¿Está es tu casa?—pregunto sorprendida.

—¿Algún problema si lo es?

—Solo me llama la atención que sea tuya y esté muy bien cuidada, se supone que viajas demasiado—explicó sonando más agradable de lo que le gustaría ser.

—Eso no es un impedimento.

La casa por dentro era incluso más bonita, sobre todo la sala de estar, amueblada de una forma sencilla y agradable para la vista. Leon subió las escaleras, pidiéndole con un gesto a Claire que lo siguiera. Tal como una casa familiar, las paredes contaban con fotografías, la mayoría eran de la juventud de Leon, asumió que él era el niño con uniforme de beisbol en una de ellas, en la cual era acompañado por una mujer de cabellos dorados y ojos verdes, ambos eran muy parecidos.

—¿Ella es tu madre?

—Así es—respondió cortante, como si no le gustara hablar del tema.

Se ahorró sus demás preguntas y pensó dentro suyo la razón de su tono, tal vez había sido una mala tutora o simplemente no tenían la mejor relación. Leon se detuvo frente a una de las tantas puertas, dejando ver una gran cama con mesas de noche a sus costados, un armario de gran tamaño donde podría meter un tigre si así lo quisiera, y junto a este mismo, otra puerta llevaba al baño. Algo dentro de Claire se alegro pensando "Ey, tal vez no sea tan malo vivir aquí", pero no se dejaría dominar por su lindo hogar y aspecto atractivo.

Haunt: Sangre y sacrificio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora