Capítulo 5: Un suspiro

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Al abrir sus ojos se encontraba sola, buscó a su alrededor a Leon, pero ni siquiera se veía un indicio de que él había pasado la noche en la habitación. Se incorporó con cuidado, su cuerpo seguía doliendo y tal vez más que ayer, aunque se sentía calmada, hasta que empezó a navegar en sus miedos nuevamente. ¿Y si lo habían secuestrado?, o peor, ¿y si lo habían matado?

No se quedaría esperando, salió por la puerta aún con la camiseta puesta de Leon. De igual forma, no debió buscar mucho, ya que al final del pasillo se encontraban dialogando Jill, Chris y el rubio que buscaba. Su sonrisa se iluminó radiantemente y se acercó al grupo rápidamente, abrazando al matrimonio fuertemente.

—Que bueno verlos.

—Lo mismo digo, pero me gustaría saber el por qué de tu atuendo—dijo Chris, dejando salir su lado sobre protector.

—Ay Chris, ya déjala—pidió su esposa—que bueno verlos bien, ¿como fue su convivencia?

—Bueno...—miró a Leon—supongo que bien.

—Es muy buena compañía—agregó el rubio, sonriendo leve—de todas formas, se queja mucho.

—Me corrijo, la convivencia fue una mierda.

Todos rieron, incluso Chris. Pronto el grupo se encaminó a la habitación para tomar sus cosas y marcharse, aunque Claire y Leon casi se mueren de un infarto cuando la lencería a plena vista fue tomada por Chris, quien mostraba su gran descontento y sorpresa.

—¿Que mierda es esto?—pregunto serio.

—Amor, ¿no te das cuenta?, es una lencería—le respondió Jill, robándosela de sus manos—deja que disfruten y metete en lo tuyo.

—¡No la use!—exclamo una Claire hecha tomate—digo...no la usamos por que no es mía, es una broma de Hunnigan.

—Exacto, no le toque un pelo a tu hermana—le explicó directamente al Redfield mayor, quien parecía querer acabarlo en ese instante.

—Como sea, vamos—la pelirroja dio por terminada la charla.

Mientras regresaban a la casa, Leon y Claire iban adelante, aún sonrojados y avergonzados por la confusión, sobre todo ella. Pensaba seriamente si en los últimos cinco días, sus sentimientos por su nuevamente amigo habían cambiado. No creía que le gustaba, después de todo era algo ilógico para su cerebro, pero no negaba que algo se sentía diferente. Al entrar por el vecindario, notaron que tenía más seguridad. En las puertas se encontraban agentes conversando, y por las ventanas se veía a más gente, esperaba que se marcharan antes del anochecer.

—¿Que pasó con los sujetos?—pregunto curiosa Jill.

—Mate a uno de ellos—admitió sin ningún orgullo en sus palabras—los otros dos se encontraban inconscientes, supongo que están siendo interrogados.

—Supones bien—acotó Leon, deteniendo el auto—me preguntaron esta mañana si te gustaría verlos antes de ser trasladados a la cárcel—la miró momentáneamente—es tu decisión, te acompañare si aceptas.

—De acuerdo, iré—accedió.

Todos bajaron para toparse con Bruce, quien saludo primero a Claire con un abrazo. Pudo notar nuevamente la mirada más seria de lo normal de Leon.

—¿Como va todo?—pregunto la pelirroja.

—Estuvimos casi toda la noche así que ya pueden regresar, gracias a las huellas descubrimos que el que murió se llamaba Vance Thomson, se sabe que tenía un antepasado con Umbrella, al igual que los otros—explicó—¿tú cómo estás?

—Mejor, gracias por preocuparte—dijo con una sonrisa amable.

—No hay de que, enserio me alegra que estes bien.

Haunt: Sangre y sacrificio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora