Capítulo 7: Lo que necesitaba

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La noche transcurría en una atmósfera serena mientras Claire y Leon compartían una cena apacible. La conversación fluía tranquilamente, centrada en el embarazo de Jill y la sorpresa que Chris estaba a punto de descubrir. Entre risas y anécdotas, la activista se levantó para encargarse de los platos, mientras que el agente, con una mezcla de elegancia y entusiasmo, seleccionó un vino notoriamente costoso de su colección.

Leon, con destreza, descorchó la botella y sirvió dos copas, observando el rico color del vino mientras hablaba sobre su procedencia. Al entregarle la copa a Claire, le dirigió una sonrisa cálida y divertida.

—¿Bebes, pelirroja?

—Una copa no me hará daño—respondió aceptando la bebida.

Bebió un poco, disfrutando y sintiendo su buen sabor gracias a sus años en reposo los cuales había mencionado el rubio, al cual miro y noto que aguardaba con una expectación serena, esperando su opinión. Claire elevó la copa en un gesto de aprobación, dejando que el brillo en sus ojos hablara por sí mismo.

—Tienes buen gusto a decir verdad.

Entre risas, él aceptó el elogio con una mezcla de modestia y una pizca de fingida superioridad.

—No es necesario que lo digas. Solo elijo lo mejor—dijo para beber nuevamente de su copa—y digamos que mi padre sabía sobre el vino.

—¿Era catador acaso?—pregunto curiosa.

—Algo así, solo que no ganaba ni un puto centavo por eso, al contrario, era un alcohólico que desperdiciaba el dinero.

Su tono de voz era raramente igual de relajado. Claire se sorprendió al conocer el pasado de su amigo, uno el cual no sonaba para nada amigable. Él volvió a beber, y pronto su copa se encontró vacía, por lo que procedió a servirse un poco más.

—Lo lamento, no sabía eso.

—Nadie lo sabía, hasta ahora—le confesó, recostándose en la isla de la cocina.

—¿Aun sigues en contacto con el?—se atrevió a preguntarle, sin querer entrometerse en su pasado.

—No—respondió sin expresión—creo que la última vez que lo vi y hablé con él fue cuando tenía 16, luego me hecho de la casa—recordó con molestia.

—Suena como un hijo de puta, sin ofender.

—Lo era, y no, no me ofendes.

—¿Y que hay de tu madre?

Ante la pregunta, por primera ves se mostró apenado, se podía leer en sus ojos. Casi al instante, Claire se arrepintió por preguntarle, agachando la cabeza levemente para volver a mirarlo.

—No es necesario que respon...

—Ella lo eligió a él—la interrumpió serio—Scott me hecho por mi supuesta rebeldía—su brazo se tensó, el recuerdo lo enojaba—el solo me golpeaba a mi, pero una noche, el estuvo por hacerle lo mismo a mi madre, y no me controle. Lo tiré al suelo y empeze a golpearlo, recuerdo bien mis puños cubiertos en sangre, aunque recuerdo mejor a mi madre implorándome que parara—se tomó un momento para suspirar—lo hice y...Scott en el suelo me grito que me fuera, y ella solo lo ayudó a levantarse, sin decir nada.

Mientras escuchaba, la pelirroja conectó las piezas, comprendiendo la seriedad con la que Leon había respondido a su pregunta sobre la fotografía junto a la mujer. La tristeza invadió sus ojos, pero también se sintió afortunada al recordar que sus padres nunca la habrían dejado sola por razones similares.

Sintiendo la necesidad de ofrecer apoyo, Claire se acercó, mostrándole una sonrisa comprensiva.

—Tal vez... podrías llamarla algún día—sugirió.

Haunt: Sangre y sacrificio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora