Capitulo 6: Delirio

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La elegancia se fusionaba con la seriedad de los asuntos oficiales. El vestíbulo exhibía mármol pulido y altos techos, mientras las luces suaves destacaban detalles arquitectónicos imponentes. Un aire de importancia flotaba en el ambiente.

Siguieron un pasillo majestuoso, se dirigieron hacia una serie de puertas de madera maciza. La oficina a la que se dirigían emanaba autoridad, y fuera de esta se encontraba Patrick, quien al ver a los cuatro, les dedicó una sonrisa leve.

—Que bueno verlos, sobre todo a ti Claire.

—Lo mismo digo—dijo, mirando a la puerta—¿están dentro?

—Encadenados y negados a hablar, tal vez contigo lo hagan—explicó—sus nombres son Michael Thomlinson y Sergio Contreras, no tenemos registros de ellos raramente. Estaremos detrás del cristal, ya sabes cómo el de la series policiales. Estarás segura, se que puedes.

—De acuerdo, gracias Patrick.

—Un momento, ¿entrará ella sola?—lo detuvo Leon.

—Es mejor que no sean tantas personas quienes interroguen, y creemos que con Claire serán más sinceros—explicó.

La joven pelirroja tomó suavemente la mano del rubio, dándole a entender que ella podía. Miró por última vez al agente, quien con sus ojos le dio las fuerzas y valentía que le faltaban. Cruzó la puerta hacia la habitación de interrogatorio, donde la tensión flotaba en el aire. Los dos hombres estaban sentados tras una mesa metálica. La luz tenue creaba sombras que acentuaban sus expresiones inquietantes, y por primera vez, Claire vio sus rostros, igual de heridos que el suyo o peor. El más alto y grande tenía el aspecto de un padre de familia, además contaba con un rosario en su cuello, y su aspecto latino indicaba que él era Contreras. El segundo probablemente era nuevo en todo, parecía ser el más joven.

El silencio se rompió cuando uno de los hombres la miró desafiante gruñéndole, pero ella no vaciló. Tomo asiento frente a ellos, decidida a obtener las respuestas que necesitaba.

—No es necesario que diga quien soy—dijo sería, entrelazando sus dedos—por el bien de ustedes será mejor que digan quien los envió.

Como se esperaba, ninguno hablo. Se mantenían cómplices y en silencio, incluso le sonreían burlonamente, enfureciendo más a la pelirroja.

—Su destino es estar de por vida tras las rejas, ¿lo saben?

—Y el tuyo será peor—hablo Contreras, acercándose—bajo tierra, como tú amiguita Burton.

"Intente ayudarla Barry...lo siento"

Había dado en su punto débil. Se formó un nudo en su estómago, la culpa la inundó y el enojo se apoderó de su mente, apretando los puños para no arruinar el interrogatorio que hasta entonces, no iba por un buen camino.

—¿Te dolió?—pregunto él mismo sujeto, divertido.

—A decir verdad, así es, pero creo que le dolerá más a tu esposa saber que estás aquí.

Con su voz desafiante, se alegro internamente al ver que el hombre se sorprendió bastante. Fue un buen plan dejarse llevar por su intuición.

—Ahora, ¿hablaras?

—¿Que sabes de ella?

—Lo suficiente, donde vive y con quien vive.

—Eres una puta zorra...—susurró.

—Y esta puta zorra se encargara de tu familia si no hablas, mal nacido.

Claire sentía la necesidad urgente de saber la verdad, tan así fue que, al no obtener respuesta, lanzó un fuerte puñetazo al único que hablaba. No podía negarlo, el golpe no fue solo para que hablara, también por venganza.

Haunt: Sangre y sacrificio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora