Capitulo 9: La calma atrae la tormenta

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Era el momento ideal para preguntarle.

Jill cocinaba con ayuda de una entusiasmada Sherry, la cual le preguntaba sobre el bebé y posibles nombres para este. Chris miraba atento el televisor, puesto que su equipo de fútbol estaba apunto de ser empatado por el equipo contrario. Solo se levanto cuando su esposa lo llamo por tercera vez para que colocara los cubiertos, y aún así, seguía atento al relato del partido.

Su objetivo, Leon, se había retirado a su oficina momentos atrás. Debía preguntarle qué le estaba pasando, específicamente saber por qué no se veía totalmente bien. Esa mirada que había recibido durante el abrazo la preocupó, y luego de ella, la personalidad sarcástica, bromista y incluso charlatana de Leon se esfumó. Conocía varios lados del rubio, pero siempre había una razón de su humor.

Con la misma barata excusa de que iba al baño, se adentró por el pasillo hasta llegar a la oficina. Llamo a la puerta con un golpe suave, sin querer generar tanto ruido, tuvo que esperar hasta que Leon se dignara a abrir. La vio serio, como si de la nada fueran enemigos o peor, extraños. Se corrió a un lado para darle paso, y cuando entró, cerró la puerta tras ella. Claire estaba aún más confundida, pero supuso que era por algo del trabajo. Aún debía agradecerle traer a Sherry, y en lo posible, hablar sobre la noche anterior.

—Yo... quería agradecerte— dijo sonriendo leve, manteniendo su mirada en él —aún me pregunto como te permitieron traerla y...

—Claire —la interrumpió —no debes dar gracias por nada —sonrió leve, cautivando a la pelirroja y dándole esperanzas de que todo estaba bien.

—Claro que debo, estás haciendo demasiado por mí.

—Lo hago por que es mi deber, no me gustaría verte herida o algo peor.

Se acerco de apoco a Claire, quedando a escasos centímetros que la volvían loca. Por un momento, ella creyó que la noche que recordaba con aprecio se repetiría. Grande fue su decepción cuando su sonrisa fue pasada por alto, y recibió una cara seria de Leon.

<<¿Que le ocurre?, tal vez hice algo>>

—Por eso, creo que lo mejor es que olvidemos lo de esa noche, ya sabes a lo que me refiero.

Todo era muy perfecto para ser real. Se sintió tonta, usada para un momento de placer y luego desechada. Lo podría esperar de varios hombres, incluso lo hubiera esperado del mismo Leon que no le quiso dar aquel chip, pero ahora, se sentía decepcionada. En ese instante se percató de la realidad. Se estaba enamorando de él, y por eso le dolía tanto.

Tomó su orgullo y se limitó a asentir, con una expresión seria en su rostro. Camino más lento de lo que le gustaría a la salida, siendo detenida cuando tomó el perrillo. Leon la había detenido tomando su mano, suspiro agotado y pensó esta vez sus palabras, soltándola solo cuando Claire se alejó de la puerta.

—Escúchame, te están intentando matar. Mi deber es protegerte, no cojerte o....tener algo contigo —explicó.

—¿Y lo dices ahora? —preguntó sería, ocultando su tristeza.

—Esa noche estaba ebrio, no podía controlarme, entiende —la tomó por el rostro para que lo viera.

—Yo también, y no me arrepiento.

Se alejó de él, aguantando las ganas de llorar. Abrió la puerta y salió rápidamente, para dar un portazo y encaminarse a su habitación. Sintió las miradas curiosas y preocupas, y entonces sintió sus ojos cristalizados.

—¿Claire?, ¿te encuentras bien? — preguntó su hermano, levantándose del sofá y prestando atención a su entorno por primera vez desde que comenzó el partido.

Haunt: Sangre y sacrificio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora