Cap 10

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Cuando por fin Park  le puso pestillo a su puerta, se abalanzó sobre Jungkook  y lo besó con todas sus fuerzas.

Mientras tanto, sus manos exploraban el cuerpo del otro, se metían por debajo de sus ropas. Se separaron para desnudarse mutuamente.

Se fueron a la cama a seguir besándose, pero ahora ya sin la barrera de la ropa. Sus intimidades  se entrelazaban. Se separaron y Jungkook empezó a besarle el cuello, seguía por su clavícula Park  gimió, así que siguió  por un rato.

Después continuó con sus pezones, a los que chupó con verdadera devoción. Fue bajando hasta su estómago, besó su ombligo. Llegó a su pubis cubierto de vello, pero en vez de seguir a lo más lógico, besó sus muslos y fué besando sus piernas hasta llegar a sus pies. Park  lo miró sorprendido y al mismo tiempo dio un gemido, así que era obvio que le estaba gustando.

Haciendo caso a sus instintos, el musculoso Jeon  acomodó un brazo rodeando el delicado cuello de Park  y el otro tras su cabeza, su pecho en su espalda y se puso en posición, listo para comenzar una faena esperada. Comenzó a embestir pero sin penetrar. En ningún momento podían mantenerse en silencio, los gemidos eran cada ves más fuertes y eso a Jungkook  le encantaba.  

Terminó por introducirse lento y cariñosamente, el rubio  no podía hacer nada más que gemir del gusto al sentir dentro a su enamorado, eso le hacía sentir completamente satisfecho.

Estaban  follando lento, Jeon le sujetaba de un hombro y con la otra mano de la cintura, siempre cuidandose de ejercer bastante presión, lo que a Park  lo tenía delirando de placer.

Comenzó a acelerar sus movimientos, ya sabía que su orgasmo estaba próximo. Alcanzó con su mano la intimidad del rubio  y comenzó a masturbar, el ritmo de la follada no bajaba, al contrario cada vez lo hacía más y más fuerte.

No tardaron mucho en correrse lo que provocó  contracciones en sus cuerpos, ambos gritában de placer hasta que Jeon cayó sobre Park exhausto, sus cuerpos estaban bañados en sudor.  Ambos durmieron de inmediato  por el agotamiento que esa follada de más de una hora les había dejado. 

Abrazados como una pareja consumada, jamás se dieron cuenta del alboroto qué algunos inquilinos hacían en el piso cuatro.

Dos mujeres se insultaban sin dejar de hablar las dos a la vez.

Seguridad tuvo que intervenir y hacer que guardarán silencio, tuvieron que amenazarlas con sacarlas a la calle si no iban cada una a su habitación.

Algo bueno sucedió al menos esa noche. Una genuina amistad nació en el bar. Jeon y Park resultaron tener muchas similitudes, ambos amaban el arte, amaban a sus hijos y querían verlos felices, pero las esposas comenzaban a sacarlos de sus casillas.

La noche entera se la pasaron bebiendo y platicando, y entre ellos hicieron un nuevo plan. Lo pondrían en marcha al día siguiente.

Por la mañana, los Park fueron a la delegación de policía. Tenían que encontrar a su hija, y por supuesto que el niño debía aparecer también.

Los Jeon fueron a la recepción a exigir les abrieran la habitación de su hijo. Seguramente algo le había sucedido, o seguramente el cazafortunas lo tenía preso en algún lugar.

Su petición fue acatada de inmediato, fueron y abrieron la habitación asignada a Jeon Jungkook, pero estaba vacía y no había señales de que hubiera dormido ahí.

-Iremos a la policía, deben buscarlo y de inmediato debemos llevarlo a Seúl, ese niño desobediente se casará lo quiera o no - la mujer de negra cabellera dijo a su esposo.

-Iré a desayunar mujer, tu puedes hacer el ridículo que quieras por un hijo que se cuida solo, que tiene edad para hacer lo que le venga en gana - el esposo dijo calmado, caminando hasta el restaurante del hotel.

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