Capitulo 1

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NICO

¿Como pudo pasarme esto a mi? ¿Justo hoy? ¿No podía ser en otro momento? Bajo la escalera saltándome escalones. Estoy atrasado. ¡Voy tarde a mi entrevista de trabajo! Está claro que daré una primera asquerosa impresión.

¿Porque tengo que llegar tarde a todo?

Ah, ya sé. Mi cerebro piensa que lograre llegar siempre a la hora si salgo quince o veinte minutos después de la hora acordada. ¿Es que acaso soy tonto? No, no lo soy. Simplemente me da flojera hacer todo antes de tiempo.

Mi tía me detiene antes de tomar las llaves del auto.

—¿A donde crees que vas? —dice cruzándose de brazos.

—A mi entrevista de trabaja, a la cual, voy tardísimo.

—Eso es obvio. Me refería, ¿acaso quieres ir en auto?

Me muevo inquieto. Cada segundo aquí es un segundo que llegaré más tarde.

—¡Por favor, tía! —junto mis manos en forma de súplica.

—No. La última vez casi atropellas a la vecina.

—Es que me cae mal. Siempre está chismeando sobre nuestras vidas, ¿que le importa si otro chico mete su lengua a mi garganta?

—¡Nico! —chilla—. No quiero saber eso.

—Ay, ajá, como si tu no hubieras hecho lo mismo a mi edad.

Se ríe.

—Como sea, jovencito. No irás en auto —estoy por quejarme cuando me corta—. Puedes utilizar mis patines. Así haces algo de ejercicio.

Toco mi pecho indignado.

—¡Eres un monstruo!

—El peor de todos. —se va con las llaves en manos.

Suspiro, salgo de la casa y tomo los patines de la entrada. Mi tía suele usarlos para ir a casi todas partes, una vez puestos me apresuro.

La mejor amiga de mi tía es quien va a entrevistarme, dijo que solo era protocolo y le emocionaba la idea de comportarse como una adulta responsable y no solo contratar a quien sea que llegue con su currículum en mano. Lo hizo antes y no funcionó muy bien. Sus últimos cuatro empleados solo querían obtener cosas gratis y atendían con el culo, literalmente.

Cuando le comenté que estaba buscando un trabajo para estas vacaciones, me ofreció el puesto. Lo acepté y bueno, aquí estamos.

Tenía el puesto asegurado... hasta esta mañana en qué Celia me llamo diciendo que su sobrino sería quien iba a entrevistarme y debía dar una buena impresión.

Muy tarde, Celia.

Iba tan concentrado en mis pensamientos, que, por unos cinco segundos, no doble a la izquierda y seguí por una calle algo empinada. ¿Ya les dije que no se frenar? Bueno... ¡No tengo idea de cómo hacerlo!

Cierro los ojos con fuerza y dejo que pase lo que tenga que pasar.

Hola, ¿Santa Taylor? Soy yo de nuevo. Si pudieras usar tus superpoderes de cantante empoderada y hacerme desaparecer, sería mucha ayuda. Gracias.

La teoría de cómo amar. #pgp2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora