Nico
El timbre de la casa no ha dejado de sonar.
Creí que mi tía abriría, pero tarde recordé que esta noche estaría sola en casa y me aseguro que mamá no vendría a molestarme. Manteniendo mis ojos cerrados, espero que el molesto ruido se acabe. Mi cuerpo se siente pesado y cuando intento abrir mis ojos, estos arden. ¿Cuánto tiempo dormí?
Me acomodo, para volver a dormir, pero el timbre suena como loco, si sigue así tendré a la vieja chismosa gritando que atienda rápido o peor aún, preguntando quien viene a visitarme a estas horas de la noche, para luego darle un par de teorías muy, muy, muy hormonales a mi tía. Rezongo, abriendo los ojos despacio, la habitación está completamente a oscuras. Me levanto, quejándome, por un instante había olvidado todo: la "ruptura" con Isaac, mi resfriado, el llanto, el desgaste emocional, su cita con Paula.
Todo sería más fácil si pudiera olvidar todo eso despierta.
Antes de salir, mi celular vibra sobre el velador. Parezco un zombie de lo somnoliento que estoy, cuando llego este a dejado de vibrar y tengo que cerrar los ojos por el brillo. Mierda. Olvide que lo deje al máximo. Le bajo el brillo y veo que tengo varias llamadas perdidas. ¿Que mierda? ¿Tan pesado tengo el sueño? Dios mío, con razón nunca me despertaba cuando mi tía aspiraba o colocaba la música casi a todo volumen.
Latinoamérica check.
Bajo la mirada hacia los mensajes y llamadas perdidas, ignorando las notificaciones de publicidad o que algún famoso que sigo subió algo, voy directamente a los mensajes, algunos son de mi tía y otros de Josefina diciéndome que esta noche deberíamos salir a beber. Eso fue hace más de dos horas. Me fijo en la hora y ¿cuatro de la mañana? ¿Quien está jodiendo a esta hora?
Ay, cierto, el timbre.
Me doy cuenta que el silencio reina en mi habitación, ¿quien diablos era? Como sea, me voy a las llamadas y tengo unas cuantas de Isaac... espera, un momento, ¡¿Isaac estaba llamándome?! ¿Porque? ¿Para que? Reviso una y otra vez que sea real. Sigo con algo de sueño y soñé que seguíamos juntos, así que esto puede ser mi cerebro jugándome una muy mala pasada, pero no es así. Si me ha estado llamando.
El sueño desaparece como por arte de magia. La curiosidad se instala tan rápido que quiero golpearme.
¿Que debería hacer? ¿Devolverle la llamada? No, no, eso no. ¿Que le diría? Primero que nada, ¿quién en su sano juicio llama a alguien tan tarde? Además, no hemos hablado en más de dos semanas, en el trabajo ha evitado hacer contacto conmigo tanto como puede y ¿ahora está llamándome? ¿Luego de tener la mejor cita con Paula? No, eso si que no.
Y una mierda, no pienso llamarlo.
Si quiere hablar, tendrá que venir y solo si es que yo quiero escucharlo. A la primera que sienta que está para decirme que intentará algo con Paula, lo echaré a la calle y renunciaré. Seré masoquista por querer verlo sin importar cuanto duela, pero no tanto como para verlo coquetear con alguien más.
Estoy a punto de bloquear el celular cuando vuelve a vibrar y su nombre brilla en la pantalla.
Muerdo mi labio, resoplando. Me muevo por la habitación decidiendo que hacer, algunos mechones caen por mi frente haciéndome cosquillas y recordándome que ya es hora de cortarme el cabello. Nunca me ha gustado tenerlo tan largo y es turno de elegir otro color. Este ya dejo de tener un lindo significado.
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La teoría de cómo amar. #pgp2024
Novela JuvenilCuando un accidente trunca las oportunidades de Isaac de convertirse en una de las mayores estrellas de la natación y le quita toda esperanza, su vida se viene cuesta abajo, siente que, con cada terapia, le arrancan un trozo de su alma, arrebatándol...