Prólogo

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Nueva Orleans

Una gran tormenta se cernía sobre la ciudad de Nueva Orleans. Esa noche había luna llena pero las nubes grisáceas la ocultaban y la luz que emitía no podía ser visualizada por los habitantes. Este era un lugar lúgubre y de muerte, de brujería y de maldiciones, donde muchas personas habían sido sacrificadas. Donde además se almacenaba una gran cantidad de poder ancestral en la Ciudad de los Muertos, lugar donde las brujas tenían acceso y desde donde anclaban todo su poder para fortalecerse. Desde la muerte de Klaus Mikaelson las brujas se habían rebelado a reclamar la ciudad y ahora con el poder de los ancestros destruido todo su poder parecía estar decayendo. Ahora, la ciudad era eclipsada por una tormenta que parecía estar dispuesta a destruir todo el barrio francés. Un viento fuerte azotaba el cartel de Rosseauss y la gente corría de calle en calle para resguardarse de la tormenta, mientras sus pies mojados salpicaban las calles inundadas de agua. Por años, los ancestros eran conocidos por ser la fuente de poder que tenían las brujas vivas, era su conexión más cercana con la magia pero Vincent se había visto obligado a destruirlos debido a que estaban dispuestos a arrasar con todo con tal de tener un mundo donde los Originales no estuviesen. Los vampiros eran la principal razón del porqué los ancestros, espíritus de brujas muertas, actuaron de esa forma. Luego, más tarde su poder fue resucitado por la cosecha pero fue destruido nuevamente. Ahora todo parecía indicar que esta tormenta era la forma en la que los ancestros intentaban comunicarse con los vivos, era como si quisiesen alertar de un poder mayor, un poder que estaba empeñado en destruir a los Mikaelson. Las brujas del barrio francés no estaban dispuestas a perder su poder y ahora que Nueva Orleans no tenía un rey era mucho más fácil tomar el poder y eliminar a la familia más antigua de vampiros: los Mikaelson.

En el viejo matadero, donde aún vivían los Mikaelson, se alzaba en la parte delantera la insignia M de "Mikaelson". La casa estaba bajo el dominio oscuro y morboso que la ciudad había adoptado. El viento soplaba y levantaba las cortinas de las habitaciones mientras que en las tinieblas se observaban pinturas de Klaus, Elijah y Rebekah. En el Salón se encontraba Freya alrededor de algunas velas que se apagaban a menudo por el viento que soplaba afuera. Freya estaba sentada frente a una mesa de huesos consagrados mientras esta intentaba canalizar su poder.

"¿No ha habido suerte?" Era Rebekah, que descendía de la oscuridad de la casa mientras un rayo iluminaba la habitación por un instante.

"Bueno, algo es seguro, esta tormenta no es para nada natural, esto es cosa de brujas. Los ancestros no tienen acceso a el barrio francés, no desde que Vincent destruyó su poder. Así que pensé en canalizar el poder de nuestra querida madre Esther ahora que sus huesos son parte de la comunidad de Nueva Orleans puede que sea capaz de averiguar si el poder de los ancestros está tratando de regresar. Nuestra madre era una poderosa hechicera, quizás la más fuerte de todas. Si no hacemos algo al respecto esta magia se llevará consigo a toda la ciudad".

"Estas malditas brujas, vivas o muertas siempre están molestando, buscando una manera de regresar a nuestro plano. ¿Esto nunca acabará, cierto? Nik solía odiar a las brujas. Si dejamos las cosas como están todo se perderá y si hacemos algo al respecto puede que le demos a los ancestros exactamente lo que quieren" Rebekah volteó los ojos, mientras observaba la horrible tormenta que poco a poco se apoderaba de las calles.

"La magia ancestral no se destruye y ya. Es parte de nuestro suelo, está en cada esquina de esta ciudad, es el purgatorio al que van los espíritus de las brujas cuando mueren y hemos sido testigo de ello. Nuestra propia madre regresó y volvió del infierno prácticamente. Davina fue una chica de la cosecha. Celeste Dubois. Todas esas brujas han atormentado esta ciudad. ¿Qué poder estará detrás de todo esto?".

"Supongo que tendremos que averiguarlo, querida Freya".

Freya colocó sus manos en el cráneo de la bruja muerta y entró en trance, canalizando el poder mientras recitaba un hechizo.

El Legado de Hope Mikaelson: Las Crónicas De Los OriginalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora