𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍 𝐄𝐘𝐄𝐒ᵗʰᵉ ʰᵘⁿᵍᵉʳ ᵍᵃᵐᵉˢ

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ESCUCHABA CON ATENCIÓN LAS PALABRAS DE FINNICK DEBIDO A QUE ESA NOCHE era la entrevista con Caesar el último intento para obtener patrocinadores o bueno en el caso de ellos más debido a que ambos obtuvieron un diez, cosa que sorprendió a varios debido a su apariencia fue cuando le vino a la mente sobre que las apariencias engañan y ella era la viva imagen de ello.

Su vestido era por completo azul, del mismo color que sus ojos con pequeños detalles de flores a su al rededor de color blanco y tenía el cabello suelto tenía puesto una corona de oro rosa que formaba flores, se veía bonita, muy bonita de hecho se sentía como aquellas princesas de los cuentos que le inventaba su hermana Annie.

Mientras tanto Eliot estaba vestido también de azul y blanco, ambos hiban combinados de hecho él parecía uno de esos príncipes ya que en las mangas de su traje tenía las mismas flores que ella en su vestido.

- Ambos luces encantadores - dice Lady al verlos

- Ni se te ocurra besarlos, el labial que traes puesto no es mate - dice Artemisa hacia la rubia

- Lo que digas querida - dice con cierta indignación la mujer

Mags se veía muy emocionada por ambos eso se podía ver claramente por su sonrisa y una mirada que reflejaba cuan orgulloso estaban de ellos.

Finnick, él no podía quitar la mirada de Luna, tenia toda su atención puesta en ella ni siquiera cuando Artemisa y Lady empezaron a discutir pudo quitar la mirada de la joven así que no fue una sorpresa que la abrazara o besara su cabeza con cariño en cuanto estuvo cerca de ella.

- Te vez... Creo que no hay palabra para describir lo que hermosa que estas - dijo viéndola con amor

- Quizás la palabra Beldad funcione - responde con un ligero sonrojo

Paso su tiempo libre leyendo distintos libros, le gustaba leer ya que a crecido con ellos así que no dudo ni un segundo en poder estar pegada a ellos aprendiendo varias cosas entre ellas nuevas palabras debido a que estuvo leyendo un diccionario.

- No se que sea eso, pero si, nos vemos muy Beldad - dijo Eliot levantando el dedo gordo de su mano derecha

Varios de ahí rieron ante las palabras del chico, excepto Finnick quien estaba concentrado en la joven quien estaba entre sus brazos con una bella sonrisa que calentaba su corazón y producía mariposa en su estómago

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SONRIÓ CUANDO VIO A CHARLES QUIEN ESTABA VESTIDO DE UNA MANERA BASTANTE elegante y le brindo una cálida sonrisa cuando se acerco a él.

- ¿Nerviosa? - pregunto el rubio

- Algo, pero Finnick dijo que lo haré genial - dice con una ligera sonrisa

- Hola soy Eliot Bennett, compañero de esta belleza - dijo su compañero metiéndose en la conversación

- Charles Johnson, distrito tres - se presenta el rubio

- Asi que somos vecinos, un placer - dijo sonriente el chico de lunares

La joven sonríe ante la interacción de ambos quienes al parecer tenían varias cosas en común mientras hablaban en susurros observando como pasaban los primeros tributos a su entrevista con Caesar.

- Ahora desde el distrito tres un chico apuesto les presento ¡Charles Johnson! -

Fue cuando el rubio salió algo nervioso saludando al público, los jóvenes del distrito cuatro se quedaron observando como Jonnson a pesar de sus nervios estaba bromeado y presumiendo su inteligencia.

- Me imagino que tienes a varias chicas detrás tuyo - dice Caesar

- Quizás si, no estoy muy seguro, pero se que estoy seguro de que yo estoy detrás de alguien muy especial - contesta el rubio

Todo el público grita emocionado.

- ¿A si? - dijo curioso Caesar - ¿Y podrías decirnos quien seria? -

- Temo que no Caesar, solo puedo decir que tiene unos precioso ojos -

El público grita emocionada, ella aplaudió ligeramente cuando el chico se retiro se sentía orgullosa de que su amigo haya conseguido encantar al público.

- Ahora con ustedes una jovencita encantadora damas y caballeros ¡Luna Cresta! - anuncia Caesar

Y con esa presentación ella sale dejándose ver ante el público saludando a todos con una pequeña sonrisa para luego sentarse.

- Pero solo mirate querida te vez fantástica - alaga el hombre

- Gracias Caesar, pero debo decir que tu también te vez fantástico -

El nombrado ríe encantado.

- Bueno pues muchas gracias ahora cuéntame un poco de ti -

- Bueno, tengo dieciséis años, vivo con mi madre y mi hermana mayor Annie, me gusta el color azul como el océano ¿Qué otra cosa? Bueno amo los libros por eso me encantó el capitolio por sus libros y... Quisiera tener un gato o un perro, quizás ambos - 

Todos rieron ante la ternura de la joven debido a sus expresiones faciales.

- Todo eso suena maravilloso Luna, pero ahora dime ¿Cuales son tus habilidades? -

- Bueno... Soy muy buena nadando, de hecho supe nadar antes que caminar y soy bastante rápida siempre que terminaba la escuela solíamos hacer carreras para saber quien llegaba primero a la playa y hasta ahora estoy invicta en esa carrera -

- Fantástico una jovencita fuerte, pero a la vez rápido ahora quiero preguntarte algo un tanto serio querida - dijo con seriedad - Nos mencionaste que vives con tu madre y hermana, pero ¿Y tu padre? -

La sonrisa suave de la joven desapareció ante la pregunta y miró hacia el público esperando ver a Finnick o alguien más hasta que se topo con Lady y Artemisa quienes le hacían señales de calma y que siga hablando así que soltó un pequeño suspiro para luego mirar sus manos.

- Yo... tenia once años cuando mi padre enfermó, creí que en poco tiempo se recuperaría y volvería a hacer castillos de arena conmigo, pero a los meses todo empeoró - tomo una pausa al sentir como su voz se volvía frágil - Al final terminó muriendo en su cama, después de que nos hayamos despedido de él -

Unas pequeñas lágrimas salieron de sus ojos, no le gustaba hablas de su padre, no porque fuere alguien malo si no porque sabía que si hablaba de él terminaría llorando como ahora y solo se atrevió a ver al público por un momento notando como conmovió a todos.

- Bueno mi quería Luna, yo solo quiero desearte la más grande de las suertes en estos juegos y que puedas volver a tu casa así que damas y caballeros Luna Cresta nuestra nueva joya - dice Caesar tomando la mano de la joven