one

4.1K 235 525
                                    

— ¡OH, DIOS MÍO! ¿¡QUÉ ERES, BILL!? — suspiré subiendo los boxers y luego los jeans. Miré a mi enamorado con un rostro serio. El suyo era de desconcierto, asombro, susto, después de ver lo que le mostré entre los pantalones.

— ¿Quieres meter tu pene ahí o no? — le pregunté una segunda vez. Zadiel negó con la cabeza. Volteó para salir corriendo del baño. Posiblemente a divulgar lo que vió. — Idiota.

Rodé los ojos y me miré en el espejo. No hay nada de malo en mí.

Entonces, ¿por qué no quieren hacer lo que les pido?

Bufé mientras salía del baño del colegio. La hora de receso estaba por terminar y no había metido nada en mi estómago. Fui hasta el bar para comprar una gelatina con pastel. Me quedé comiendo en una de las bancas que daba el frente a la cancha de futbol. Como siempre estaban los idiotas de último curso armando relajo y entre ellos, Tom Kaulitz al que odiaba con mi vida entera.

Yo sabía de su existencia pero él no de la mía.

Me caía mal por como viste, por como se ve, como se ríe, como come, cuando juega, cuando me mira y hace como si no me hubiera visto, por su fama de andar con todas y porque sí.

— ¡Cuidado! — sentí como la pelota me dió en la cabeza e hizo que regara mi comida al suelo. Me levanté encabronado con su mierda de pelota hacia él y le di en el pecho.

— ¡Idiota! ¡Devuelveme el dinero que gasté en la puta comida que estropeaste!

— Hey, pequeño. — sonrió de lado tomando la pelota. — No es mi culpa que no sepas escuchar cuando te grité. Mejor ve y recoge la comida del suelo, chanchito.

— Oink.

— Oink.

— Oink. — y reían toda la bola de estúpidos de sus amigos mientras se iban dejandome ahí. La furia recorrió mi cuerpo. Corrí hasta Tom Kaulitz y le di un empujón con todas mis fuerzas provocando que cayera e igual sus amigos se rieran de él.

Lo vi con intenciones de levantarse a mí. Iba a salir corriendo pero me detuvieron sus amigos tomandome de los brazos. Me llevaron hacia la parte trasera del colegio donde no había nada ~ni siquiera cámaras~ para que él pudiera golpearme.

— ¡Tom Kaulitz! — me sentí demasiado aliviado al escuchar a la maestra. Los perros de Tom me soltaron y caí en el césped tranquilo. — A tu aula, ¡ahora!

— Como diga. — iban riendose de ella a sus espaldas.

— Tú también, Bill. Ve a tu clase. — asentí levantandome con su ayuda. Limpié los pantalones mientras caminaba a mi clase. Al entrar pude ver unicamente a mi enamorado con la cabeza baja. Estaba haciendo el que no me conoce y mejor.

Ojalá encuentre a alguien para hacer lo que tanto deseo.

El comenzar mi sexualidad con un hombre de verdad y no con alguien que apenas me mire me haga sentir mal, como Zadiel porque él hizo eso. De seguro es un niño inexperto y todo lo que me decía era de boca afuera.

Las horas de clase restantes hasta la salida pasé pensando en como sería mi primer encuentro pero el único primer encuentro que se hizo realidad fue con el imbécil de Tom Kaulitz

Nuevamente dos de sus amigos me tomaron de los brazos. Tom sonreía con total malicia, estaba tronando sus dedos listo para dar el primer golpe en mi abdomen.

— ¿No vas a suplicarme perdón? — arqueó una ceja. Negué confundido. Las unicas formas en las que me gustaría suplicar es en la cama a cuatro patas con alguien encima.

Hasta con él podría llegar a hacerlo como última opción.

— ¿En serio?

— Sí.

•.¸♡ 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝑩𝒐𝒏𝒊𝒕𝒐. ♡¸.• "𝟏-𝟐"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora