sixteen

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No estaba concentrandome en las clases.
Estaba volando y el motivo es Tom. En mi cuaderno tengo una lista de cosas que me gustaría comprar para proponerle que esta vez sea mi novio.

Tengo la idea de ir con él al supermercado a comprar cositas para hacer galletas y al momento de decorarlas yo le escriba en una que si me aceptaba pero ahora me parecía muy básica.

— ¿Qué haces? — cuestiona Mara a mi lado curioseando. Volteo a verla mientras hago una expresión triste.

— No sé que hacerle a Tom para ser su novio.

— ¿Y la canción?

— ¡Claro! — susurré/grité emocionado. La carta que le había hecho, la letra de la canción la cual había olvidado darle los detalles finales.

¡Sí!

— A los niños también se les regala flores, Bill. No solo a las niñas. — asiento demasiado feliz con la cabeza.

— Gracias, Mara. Te amo.

— Por cierto. — de su mochila saco algunas fundas de regalitos pequeños, unos chocolates, flores de papel, hojas dobladas como cartitas.

— ¿Quién te las dió?

— A mi ¿quién me va a dar todo esto? — suspira. — Todo es tuyo, lo dejaron en tu puesto y lo guardé apenas lo vi porque sabes como es la gentecita de aquí. — frunzo el ceño mientras me pongo a ver con detalle cada uno de los regalos. Todos tienen un: "De: ?", "Para: Bill". — Dudo que sean de Tom porque les hubiera puesto su nombre. — dejo que Mara coma los chocolates mientras me dedico a ver.

La mayoría de cartas están declarándome su amor y las ganas que tienen de ponerme en la cama. Me parecen bastante groseras y divertidas. Las guardaré para reirme con Tom.
Esta vez abro los regalitos: balsamos de labios, una paleta de sombras como la que me regaló Tom, una peinilla tipo plancha de pelo y mas chucherias.

No tienen ideas propias.

— Los recibiré solo porque son anónimos y no voy a sentirme tan mal, a parte van a adornar muy bonito en mi habitación.

— Entonces los rumores son ciertos, ¡esos tipos quieren contigo!

— Nada más para un ratito. — rodeo los ojos guardando los regalos. — Me dan un poco de pena. — reimos por lo bajo chocando los puño.

Ya el resto de las clases fueron muy rápidas.

Andaba con Tom de la mano en el receso en dirección al bar para comprar algo de comer pero no me daba ganas de nada. El menú se veía muy repetitivo.

— ¿Quieres pizza? — cuestiona Tom luego de volver a leer la pizarra colgada en el gran ventanal del lugar. Yo volteo a ver el precio. Estaba a tres euros y me daba dolor porque sabían dar unas porciones demasiado pequeñas. Desperdiciaba mucho mi plata en ese poquito.

— No.

— ¿Yogurt?

— No.

— ¿Entonces, niño bonito? — sonrie divertido por mi cara de frustración. Acaricia mi mejilla con delicadeza sin dejar de verme. Estaba claro que se moría por darme un beso pero no podía, habían muchos licenciados aquí.

— A este paso no se me va a antojar nada.

— Te compraré unas galletas de vainilla con yogurt y para mi una creps de pollo. — asiento conforme con su elección. Busco en mi bolsillo el dinero para darle pero se niega. — Te invito yo, no hay problema. — lo miro sonrojado. Hago un puño en la mano que tengo el dinero y sonrio luego de verlo irse.

•.¸♡ 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝑩𝒐𝒏𝒊𝒕𝒐. ♡¸.• "𝟏-𝟐"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora