two

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Sonreí somniolento. Tom me daba besos por aquí, besos por allá, junto con caricias suaves en mi mejilla. Aún sin abrir los ojos rodeo su cuerpo, pongo la mano sobre el abdomen y mi cabeza en su pecho. No sé en qué momento cambiamos de posición, solo sé que es una de las mejores sensaciones despertar a su lado.

— Tienes el sueño pesado. — susurra besándome la cabellera. — Son las nueve de la mañana y necesito que tomes de urgencia la pastilla, ya fui a comprar.

— Uhm. — abro los ojos, indignado. Tom se preocupa tanto en ello si no acabó dentro, podría hacerlo unas veces más así pero es tan correcto.
Tampoco pienso negarme a tomar la pastilla, aún quiero tener su confianza para motivarle a hacer una próxima vez sin globito, así que, sin protestar agarro la botella que me extiende junto con la pastilla para poder tomar. — ¿Feliz?

— No. — suspira con seriedad. — Te hubiera dado un poco más y después sí te la tomabas.

— Ay. — reí casi escupiendo el agua que tenía en la boca. Tom también se echó a reír a carcajadas pero de mi reacción.

De pronto empieza a mirarme con una atención, como si le encantara mi rostro con emoción y fuera lo más bello del mundo. En sus labios se forma una sonrisa preciosa que no puedo dejar de observar pero con el rostro muy sonrojado.

Le doy un golpe leve en el pecho. Tom me tiene muy consentido y no puedo esperar menos ¡de nadie! es una prueba perfecta de que estoy viviendo mi jodido romance adolescente y es el mejor de todos.

Quizás estoy pensando de manera apresurada pero ¡ya hasta pienso en cómo sería una vida junto a él! mi boda, ¡el bebé...!

Oww, ya me imagino una cosita miniatura saliendo de mi cuerpo mitad mía y mitad de él, ¡dios!

— Todo desaparece a mi alrededor cuando te ríes así, mi corazón pega un brinco, se siente vivo...

— Oh. — acaricio su mandíbula. — Me encantas, Tom Kaulitz. — así le doy varios piquitos mientras hablo. — Eres... el... hombre... perfecto...

— Cielo, no quiero ser aguafiestas pero ponte ropa, me distraen tus tetas.

— ¡Tom! — de inmediato levanto las sábanas para cubrir el pecho plano al cual llamó "tetas" y voy hasta el cajón en dónde hay ropa suya para ponerme una de sus camisas enormes.

— Lo siento es que... cada que te veo todo de mi reacciona, ¿entiendes? te quiero consentir, acomodarte los órganos, darte todo el amor del mundo, niño bonito. Es algo que ni siquiera puedo describir pero si hacerte sentir.

— Ni que tuviera mucho.

— Ouh. — rodea mi cintura con ambas manos para apegarme hacia él. Asciende lentamente hasta posar en ambos pechos y apretar mis pezones. Suspiré con gusto. Ladeo la cabeza con la intención de sentir su cálido aliento. — No digas eso, me hiere. Eres perfecto ante los ojos de la persona correcta, niño bonito.

— A ver los tuyos. — volteo para enlazar mis brazos en el cuello. Tom posa ambas manos en mi trasero, le provoca un suspiro pesado de esos que te hacen humedecer.

— Niños, a comer.

— Ya. — respondo a mi madrastra mientras le obligo a Tom a salir junto conmigo para ir hasta el comedor. Tomamos asiento, babeando por la comida ya servida. Empezamos luego de que Marta también haya tomado asiento con Mateo, mi hermanito menor de un año y medio.

— ¿Cómo amanecen?

— Bien, gracias. — respondí amable.

— Esta mañana mientras Tom ayudaba a cuidar a mi bebé estábamos conversando sobre ti.

•.¸♡ 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝑩𝒐𝒏𝒊𝒕𝒐. ♡¸.• "𝟏-𝟐"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora