eight

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— Uhm. — hizo una mueca de disgusto y un poco de tristeza. — Algún día debo quitarme las rastas para dar una buena apariencia en los juzgados, niño bonito, pero si me encantaría verte con unas, te verás precioso.

— No importa. — sonreí de lado para demostrarle que eso era lo de menos. — Estoy loco por hacerme unas...

— Estuvo rico. — recogí el plato para lavarlo junto con la cuchara. Lo dejé en el escurridor. No pude dar vuelta porque Tom ya me había abrazado por la espalda. Apegué mi trasero lo suficiente a la entrepierna para provocarle. — Nos vamos a parecer.

— Poquito.

— Tom... — justo cuando el momento de iba a poner bueno, Andreas decide llegar. Mi novio se separó de mi para darle de su atención mientras yo me volvía un tomate de la vergüenza.

— ¿Uhm?

— Las chicas tienen hambre, ¿no tienes por ahí algún snack y jugo?

— No, nada... anda a comprar tú, a mi ya me hicieron comidita con mucho amor.

— Tenemos que comprar cositas...

— ¿Te gustaría que vaya a comprar unas croquetas? digo nomás. — Tom no se contuvo la risa al ver la expresión de confusión de su amigo.

— Por Dios, me costó entender.

— Diles que no hay y ya, vinieron a trabajar no a que les den de comer.

— Bueno.

— Niño bonito, voy a seguir trabajando, ¿si? cualquier cosa no dudes en buscarme. — asentí con un pucherito en los labios. — No hagas la boquita así, me da ganas de besarte y no separarme nunca.

— Cuando acabes.

— Maldición.

.
.

Desde que llegué al curso no han dejado de mirar a Tom y claro, ¿cómo no? ¡era el único hombre modelo entre todas esas chicas! ni siquiera la propia Megan podía quitarle la mirada logrando ponerme celoso.

¡Joder!

— ¿También me vas a poner uñas?

— Aún no llegamos a esa parte, mi amor.

— Desde que entré me preparé mentalmente para lidear con ellas, eh, menos mal. — sonreí siguiendo en lo mío. Las uñas le iban a quedar muy bonitas y limpias para que me las pueda meter.

— En el momento que ya toque con ello ¿también vas a acompañarme?

— Obviamente, niño bonito. Me agrada la idea de estar en tus comienzos y apoyarte mucho.

— Oh. — suspiré con una sonrisa al sentir su mano tocar la piel de mi mejilla. — Quiero besarte.

— Aguanta un poco más.

Me sentí conforme con ese besito volado que me lanzó. Atrapé en el aire disimuladamente y lo llevé a mi boca.
Continuaba con mi trabajo de cortarle las uñas y limar para dar por finalizado.

Tom admiraba sus uñas con una sonrisa.

— Que perra me siento.

— Muy bien, voy a pasar revisando el trabajo y después pueden irse. — el rastafari me sonrío con confianza al ver lo nervioso que me puse. La profesora miraba y les decía cosas de que estaban mal echas y que tenían que repetirlo con alguien más o si no no avanzarían. Seguía así hasta que su mirada se clavó en la de Tom y le sonrió mientras le veía las manos. — Excelente, Trümper. Felicidades.

•.¸♡ 𝑵𝒊𝒏̃𝒐 𝑩𝒐𝒏𝒊𝒕𝒐. ♡¸.• "𝟏-𝟐"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora