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LAUTARO.

— hola nonna.— la saludé al entrar a su casa.—¿come stai?
(¿cómo estás?)

—sto bene.— me sonrió cálidamente.
(estoy bien.)

me dejó sentarme en el sillón, ella me miraba atenta, cómo si supiera que lo que le voy a decir.

— so già tutto.
(ya lo sé todo.)

asentí, era obvio. Agustina le contó todo.

—apprezzo che tu sia venuto a dirmelo.
(agradezco que hayas venido a decírmelo.)

me puse de pié, y ella también.

—per favore, fai le cose per bene.
(por favor, hace bien las cosas.)

extendió sus brazos hacia mi, y le acepté el abrazo.

—¿qué carajos haces acá?– dijo Agustina, quien recién llegaba. — ¿qué haces con nonna?

— vine a hablar con ella.

— ¿hablar de qué? ¿que tenes que hablar con ella? ¿nonna es la otra? no entiendo.— su tono de vez se comenzó a elevar.

— me vine a despedir de ella, Agustina.

le dediqué una sonrisa a Nonna.

—Ciao nonna.
(chau nonna.)

GABRIELA.

llevé la bandeja con la merienda lista hacia el living, donde mi mejor amiga se encontraba.

— Te extrañé mucho.

le sonreí.

— yo también.— agarré una magdalena.

— hace una semana volví al barrio.— contó.

ella se refería al barrio donde vivíamos antes, en el cual éramos vecinas.

Mi mamá y su mamá se llevaban bien, pero la mamá de euge se enfermó y murió, y la mía se volvía cada vez más loca.

—¿por?— le pregunté.

— Papá me dijo si quería volver, y como me separé de Eliana, le dije que si.

— ¿te separaste?

— Amiga... hay tantas cosas que te perdiste en todos estos meses.

me agarré otra magdalena y la miré prestándole toda mi atención.

— Eliana me fue infiel... así que la dejé.— suspiró.— cuando volví al barrio con mi papá, el me contó que esta cuidando a tu mamá.

— ¿a mi mamá? ¿por qué?

— Si, le cocina, a veces le limpia un poco la casa.... Gab, ella está enferma.

— ¿eh? la otra vez me llamó y se la escuchaba de lo mas bien... incluso me dijo las mismas palabras de siempre.

— que esté enferma no quiere decir que deje de ser una bicha.— se encogió de hombros. — ¿por qué no la vas a visitar?

— ¡ni en pedo!

está enferma... mentiría si dijera que no estoy algo preocupada, pero conociendo a mi mamá, su veneno le va a ganar y me va a volver a decir todas esas cosas.

— otra cosa.... Agustina y Lautaro se separaron.

— ¿eh?

— Si, ayer salió la noticia.

que desactualizada estoy con las redes, necesito volver a conectarme.

el resto de la tarde se basó en ponerme al día con euge, porque hablar a través de una pantalla no es lo mismo que hablar en persona.

(...)

me desperté al darme cuenta que había mucha tranquilidad en la casa. Esto es raro.

— ¿pa?— lo llamé.

toqué su puerta, la abrí y no se encontraba nadie.

fui hacia la de valentina, y tampoco.

al entrar a la cocina me di cuenta, se habían ido a hacer las compras. Me abandonaron. Seguro se van a ir a comer a algún lado.

aproveché y puse música en el parlante que valentina me prohibió sacar de su pieza, y me entré a bañar.

necesitaba hacerme una mascarilla en el pelo y también en la cara.

hoy hacía bastante calor, así que opté por un vestido de morley blanco, y mis ojotas, ya que ningún par de zapatillas me entran, mis pies parecen dos empanadas de lo hinchados que están. ¿hasta cuando me voy a sentir una osa?

me dejé el pelo suelto, y opté por dejármelo secar naturalmente.

llevé conmigo el parlante hacia la cocina, donde me hice unas tostadas con mermelada y un té helado.

me senté a desayunar mientras la música me acompañaba, ojalá todos mis días fueran así.

un ruido repetitivo que no era la música me hizo volver a la realidad, bajé el volumen, y ese ruido volvió a aparecer.

era el timbre.

— ¿se olvidaron la llave?

abrí la puerta, esperando encintar a una Valentina con cara de culo, y a mi papá sonriendo como siempre. Pero no fue así.

— hola gab.

— ...Lautaro.

lo hice pasar. Ninguno de los dos dijo nada, yo estaba completamente sorprendida.

y Lautaro nunca sabe que decir en momentos así.

Lo hice entrar a mi pieza, este sé sentó en una silla, y yo en el borde de la cama.

— ¿qué haces acá?

— ¿no es obvio?

negué.

— vine para estar con vos.

rodé los ojos.

— hace dos días te separaste.

— hace dos días salió la noticia.— me corrigió.

ver a Lautaro enfrente mío, me hizo dar cuenta de muchas cosas... una era que lo había extrañado, y otra que por más lejos que esté de él mi corazón siempre va a ser suyo.

Odio la manera en que mi corazón se acelera, y mis manos hormiguean, mis ojos no pueden quedarse quietos, quieren ver cada centímetro de él.

Lautaro se había separado de mi hermana... Lautaro había venido a Argentina.

— Las extrañé.

rompió el silencio.

no puede venir así de la nada y modificar mi estado de ánimo, yo estaba de buen humor.

extendió ambas manos hacia las mías, agarrándolas.

—¡¿Gabriela por qué mi parlante está en la ...!? — Valentina se quedó tiesa viendo la escena.— ¿p-por qué Lautaro Martinez está en tu pieza? ¿por qué te está agarrando de la mano?

❝child❞ lautaro martínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora