—¿ya estás?— preguntó lautaro entrando a mi pieza.
asentí y el morocho me ayudó con las valijas.
hoy nos íbamos a Cancún, fue un viaje súper improvisado, pero bueno creo que necesitamos todos unas vacaciones.
bajamos las escaleras y al cerrar con llave, nos subimos al taxi.
de mi casa al aeropuerto hay como media hora de viaje, y un poco más si el taxista desgraciadamente es argentino y fan del fútbol.
—¿quién diría que me iba a encontrar a lautaro el toro martinez?— acotó con cierta emoción.
cerré los ojos al sentirme mareada, creo que estoy por vomitar.
—¿de cuanto estás, nena?— el taxista me miró por el espejo retrovisor.
—cinco meses...— respiré hondo.
—si tenes ganas de vomitar avísame y paramos en algún lado, no hay problema.
—¡pare! ¡pare!— exclamé.
el señor paró el auto y yo abrí la puerta, para vomitar en la zanja.
—voy a comprar agua.— el conductor se bajó del auto.
—gab nos haces pasar vergüenza.— habló Agustina.
—Agustina no seas así, está embarazada. — la regañó lautaro.
nonna me sobaba la espalda, mientras me decía que ya pasó.
el taxista me dió una botella de agua y volvimos todos a nuestros lugares.
lautaro le quiso dar la plata del agua, pero el de negó, diciendo que no importaba.
al llegar al aeropuerto, lautaro se sacó una foto con Rubén, ese era su nombre y nos fuimos a hacer ese trámite que siempre se hace antes de volar.
al subirnos al avión, en primera clase, obvio, nonna y yo nos sentamos juntas, y lautaro y agus al lado.
le dije a nonna que ella vaya del lado de la ventana, así se me hace más rápido a la hora de vomitar.
[...]
creo que ya me escuché todas las canciones habidas y por haber en Spotify, estoy aburrida y recién faltan diez horas más de viaje.
nonna se había dormido y agus estaba en el baño.
—¿por que elegimos Cancún?— pregunté.
—agus no conocía. — lautaro se encogió de hombros.
—¿un lugar más cerca no había? son quince horas, me voy a morir.— me recosté sobre el asiento.
—permiso, amor— agus se sentó en su lugar, al lado de la ventana. — gab... ¿no vayas a vomitar ahora, si?
negué. se puso su antifaz para dormir y su almohada.
después de unos cinco minutos, Agustina aparentemente se había dormido.
—¿ya pensaste algún nombre?— me miró.
—eehh... no.— negué. — los que que me gustan son pocos originales, o viejos.
—si querés te ayudo.— se encogió de hombros.
asentí y lautaro me extendió su mano, para que yo la agarre. Acepté su gesto y le sonreí
—¿Carla?— preguntó
—va a nacer con veinte años.— negué.
—Josefina.
—puede ser una opción.— asentí
—ya sé, Chiara— sonreí.
—¡si! que hermoso. — acepté — Chiara Solange Gandolfo.
—en un futuro, Martínez. — acotó.
y no pude evitar sentirme mal, siento lo mismo que desde hace cuatro meses, culpa.
[...]
por fin, ya faltaba poco, unas dos horas creo.
me desabrocho el cinturón y me levanto de mi asiento, dirigiéndome al baño, de mi bolsillo saqué mi labial, color claro y mi rímel, antes muerta que sencilla.
la puerta del baño se abrió, dejándome ver a lautaro.
—¿estás bien?— preguntó. — ¿te sentís mal?
—estoy bien.— le sonreí.
el baño era chico, por lo que muy separados no podíamos estar.
—que lindo labial.— miró mis labios.
—gracias.— imité su acción, pero con los suyos.
y de un momento a otro tenía los labios de lautaro sobre los míos, maldita sea, otra vez esa sensación rara en el estómago, y estoy segura que no son las náuseas.
puse mis manos en su nuca y el en mi cintura, o bueno , lo que quedaba de ella.
juntamos nuestras frentes y le sonreí.
—perdón.— susurró.
—no pasa nada.
—te prometo que el resto del embarazo no la vas a pasar sola, yo voy a estar con vos, y no voy a dejar que nada malo te pase.— acotó. — bueno, les pase.
volví a sonreír y lo abracé.
—te quiero lau.
⚽️
que bueno que está lautaro man
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❝child❞ lautaro martínez
Fanfiction❝me dejaste sola y no para siempre porque tu sangre está en mi vientre.❞