O7

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este último mes estuvo bastante tranquilo, había entrado a los tres meses y las náuseas, por suerte, se habían calmado.

tanto lautaro, como mi hermana y mi abuela están súper atentos a mi y a mi bebé, tanto que ya me enoja, pero bueno.

—con nonna vamos a hacer las compras, ¿querías algo?— preguntó Agustina. Negué. — bueno, Lauti en cualquier momento llega, así que no te duermas, por fa.

asentí y salimos de mi pieza, así me alejaba de la tentación, mi cama.

me senté en el sillón y prendí la tele.

—chau sis.— besó mi mejilla y se fueron.

puse Netflix y me dispuse a seguir viendo Lucifer.

escuché un ruido en la puerta de atrás y suspiré, me levanté y caminé hacia la cocina.

ahí estaba lautaro, peleando con unas bolsas, para que no se le caigan.

—déjame que te ayude. — agarré dos bolsas.

—no, no hace falta, no podés hacer fuerza.— se apresuró a dejar las bolsas en la mesa y agarrar las que tenía yo.

—como no voy a hacer fuerza para levantar dos bolsas, lautaro, por favor.— me quejé.

—me vivís cagando a pedo.— contraataca.— pero bueno, estás embarazada y si eso te hace feliz está bien.

rodé los ojos y me senté en la mesada de mármol.

—te cago a pedos porque me tratas como si fuera una inválida inútil, y solo estoy embarazada. — me cruzo de brazos.

—si, bueno, lo que vos digas. Mira lo que te traje.— dice y de una de las bolsas saca una coquita de seiscientos, junto a un alfajor de chocolate, mi perdición.

últimamente estuve antojadísima de eso, pero no me lo querían comprar.

—que rico, gracias. — lo agarro y le sonrío.

— ahora me tratas bien. — se ríe mientras guarda las cosas que compró.

abrí la gaseosa y él me pasó un sorbete, lautaro se acerca a mi y se acomoda entre mis piernas.

—¿qué haces?— alzo una ceja y tomo de la bombilla.

—quiero decirte algo.— traga saliva.

—¿qué?

—¿pensaste lo que te propuso agus?— agarra mi botella.

suspiré aliviada y asentí, pensé que me iba a decir otra cosa.

—por ahí acepte. — me encogí de hombros.

—mira que es la semana que viene. — me devuelve la botella.

volví a asentir.

—otra cosa, ¿a qué mes te enteras del sexo del bebé?— me mira.

—al quinto mes, creo.— lo miro también. — faltan dos meses, te lo digo así no pensas mucho.

lautaro ríe y se acerca más a mi.

—ojalá sea varón.— digo.

—digo lo mismo, así sale futbolista como el padre.— toca mi panza.

—como el padre-tío.— reímos.

—me aterra la idea de que se enteren de otro lado y no de nosotros.

— a mi también, pero no me siento preparada para hablarlo, Agustina me va a odiar.— instantáneamente mis ojos se llenan de lágrimas.

— lo va a entender, vos no sabias nada de eso, yo tengo la culpa.— lleva sus manos a mi cara y seca mis lágrimas con sus pulgares.

lo miro a los ojos y asiento. aunque se que no va a ser así.

—va a estar todo bien, gab.— me alienta.

y no aguanté más, lo acerqué más a mi y le di un beso, corto, pero era lo que quería.

—¿que haces?—me mira divertido.

niego.

—nada.

saca sus manos de mi cara y las posa sobre mí cintura, o lo que queda de ella, y me acerca hacia él.

junta su frente con la mía, nuestras narices rozan y me besa, lento.

y mentiría si dijera que no estoy sintiendo nada en este momento.

⚽️⚽️⚽️

¿qué dicen? ¿nene o nena?

❝child❞ lautaro martínezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora