nueve de la mañana y yo ya estaba desayunando, lo que me dijo ayer lautaro me puso mal.
aunque no debería, ya que puedo hacerlo sola. pero de cierta manera me angustió y ahora me encuentro llorando mientras termino mi yogurt con zucaritas.
—vado a fare la spesa.— mi abuela entró a la cocina.— ¿stai bene?
me limpio las lágrimas con la manga de mi remera y asiento.
— immagino sia a causa dei sintomi— me encogí de hombros.
mi abuela asiente, me tira un beso y sale por la puerta de atrás.
cinco minutos después aparece mi hermana, con un humor bastante bueno.
—¿qué haces despierta a esta vos?— me pregunta.
— no podía seguir durmiendo.— respondí.
— ay, perdón ¿te despertamos con los ruidos?— preguntó.
—¿qué ruidos?— hasta que caigo en la realidad. — no me respondas, y no, no fue por eso, gracias al cielo.
—es porque tu bebé se mueve ¿cierto?— me quizo tocar la panza, pero le quité la mano.
—ni siquiera lo siento, Agustina. — acoté. — y no me toques...
—perdón.— me miró raro.
—cambiemos de tema.— traté de sonreírle.
—¿de mi y lauti?— propuso.
asentí.
— estamos bien, muy bien. Nos conocemos hace diez meses, y hace seis nos pusimos de novios. — sonrió enamorada.
y ahora me siento culpable, me siento la peor hermana que pueda existir en el mundo.
— gab...— me llamó. — ¿en serio no te acordas nada del papá de tu hijo?
obvio que si, pero no te lo quiero decir porque es tu novio.
—no es el padre y no, no me acuerdo de él, solo se que no me atiende el teléfono. — hablé. y de más.
—pasame su número y lo llamo yo— sacó su celular.
—no, agus, no hace falta. — negué.
—si, hace falta, ¡ese chico tiene que saber que te dejó embarazada! — exclamó.
—¿por qué haces esto?— alcé un poco mi voz.— me hace mal, no quiero saber nada de ese idiota.
apoyé mis codos en la mesa y tapé mi cara con ambas manos.
—perdón gab... la vivo cagando, ya sé. — se disculpó. — solo te quería ayudar... como vos siempre lo haces conmigo.
—no así, por fa.— hablé sin sacar mis manos de mi cara.
—es que... siento que ahora que yo estoy súper feliz, con un novio espectacular, re lindo, atento, me cuida, me respeta... y vos ahora estás en el peor momento de tu vida.— posó su mano en mi espalda.
y otra vez no pude volver a sentirme culpable al escuchar la descripción de mi hermana hacia lautaro.
él era todo para ella. y yo me entrometí.
me paré de mi asiento y caminé hacia las escaleras, dejando sola a mi hermana.
entré a mi pieza y abrí mi notebook, quería hacer llamada con eugenia, mi mejor amiga de toda la vida.
—amiii— habló del otro lado de la pantalla.— ¿cómo anda porotito o porotita?
—no seas boluda.— rodé los ojos. — estamos bien.
—deciselo a tu cara.— rió.
—¿vos que harías si el chico con el que tuviste relaciones, el padre de tu futuro hijo es el novio de tu hermana?— pregunté.
—me pegó un tiro.— rió. — yo lo pensaría... a vos te gustó lautaro esa noche, y no tengo dudas de que te puede volver a gustar en cualquier momento.
—eso es lo que yo no quiero, Agustina lo ama mucho, yo no soy capaz de hacerle algo que la lastime.
— ya lo sé... pero no te queda otra opción que convivir con ellos, ¿o pensas quedarte toda tu vida en la pieza?— bromeó.
aunque no es mala idea.
—¿y si vuelvo a Argentina?— pregunté.
[...]
—¡a cenar!— gritó Agustina desde abajo.
me levanté de mi cómoda cama, me puse unas zapatillas y bajé.
ahí estaba lautaro, y mi hermana
—¿y nonna?— pregunté.
— duerme, no quizo comer.— mi hermana me pasó un plato con dos porciones de pizza.
—¿y vos?— miré a lautaro. — ¿pensas quedarte a vivir acá?
—ay Gabriela, no seas así con él ¿qué te hizo?— me regañó la rubia.
—mi casa está en remodelación.— contó él. — así que voy a estar un tiempo acá.
—¿la nonna sabe?— alcé mis cejas.
—obvio, y dijo que no tenía problema. — respondió el morocho.
— espero que te hagas cargo, entonces. — hice una pausa. — de la casa, obvio.
—si, por supuesto que voy a ayudar.— acotó y le dió un mordisco a su porción de pizza.
—más te vale...— imité su acción.
—bueno, basta.— intervino la rubia. — ¿algo para cambiar de tema?
— probablemente me vaya a Argentina. — respondí.
— ¿a vivir?— mi hermana me miró.
—tal vez, o quizá me quede un tiempo, un año puede ser. — me encogí de hombros.
—ay no, no vamos a ver al baby.— acotó ella.—...queremos ser los padrinos.
reí y lautaro se ahogó.
—no hablamos de eso, amor.— contestó como pudo.
— igual no es algo que tengan que hablar, yo soy la que decide.— agarré mi vaso.
— pensalo sis, ¿si?— asentí.
¿sería capaz de eso? ¿realmente lo sería? no sé.
⚽️⚽️⚽️
estoy haciendo todo lo posible para actualizar seguido, dea.
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❝child❞ lautaro martínez
Fanfic❝me dejaste sola y no para siempre porque tu sangre está en mi vientre.❞