Comienza el otoño. Maduran los últimos frutos y caen las primeras hojas.
La metamorfosis del mundo nos cambia también a nosotros. Con el paso de las estaciones no solamente cambia la naturaleza que nos rodea, también se transforma nuestra existencia, que sintoniza con nuevos ritmos de luz y oscuridad, de calor y frío, cambios en la humedad y en los vientos que renuevan el aire, cambios de actividad en los ciclos del agua, flora, fauna y cielos.
En otoño se puede apreciar y disfrutar de cielos nítidos, de día y de noche. Disfrutar la fresca brisa chocar contra nuestro rostro al caminar y cubrir de color carmesí las pequeñas narices. La luz del otoño es sabia y madura.
La savia de los árboles se retira de las hojas y ramas y vuelve hacia las raíces. Los animales disminuyen su actividad. Anochece cada vez más temprano y poco a poco vuelve el frío.
Las tardes habían cambiado, se respiraba ahora un profundo aire a melancolía, como si nos retiraramos del mundo exterior, física y psicológicamente, y nos volvemos hacia el interior.
Hay personas que prefieren pasar menos tiempo al aire libre y estar más en casa, dedicados a actividades menos energéticas que las del verano: leer, conversar, y poder volver a gozar del fuego del hogar. Mientras que otras disfrutan de salir a caminar por el parque, con las manos tibias en los bolsillos, con la nariz roja y helada, con la boca escondida en la bufanda mientras patean las montañas de hojas secas, uno de ellos era Jeong In, el cual su estación favorita del año era el otoño.
Las puestas de Sol son más largas que en verano, por lo que Yang decidió salir a apreciar el festival de tonos rojizos en el cielo, reflejo de los tonos cálidos que cubren primero las hojas de los árboles y luego el suelo, para convertirse en fértil humus del que volverá a brotar la vida.
Había llovido toda la mañana y con la lluvia emanaron de la tierra nuevos aromas y un olor a plenitud impregnó el parque por donde caminaba el adolescente.Su madre, la señora Ye Jin no se sentía bien últimamente, por lo que decidió quedarse después del trabajo para hacerse un chequeo general. Jeong In no la veía tan seguido, después de la escuela mayormente se dirigía a la casa de su nuevo amigo Félix. Ambos se habían unido bastante desde que se conocieron, varias veces pasaban las tardes en casa del otro estudiando, cocinando, viendo películas o simplemente conversando.
Con Hwang la relación había cambiado, éste pasaba más tiempo que antes en la compañía y raras veces se cruzaban por las noches en la casa. Se dirigían la palabra solamente cuando era necesario o cuando su madre estaba cerca.Le dolía demasiado pero creía que así estaba mejor, estar juntos nunca fue una alternativa, nunca Hyun Jin pensaría tener algo con él seriamente, jamás abandonaría a su madre y a su buena reputación por él, por un mocoso llorón. Estaba triste y enfadado consigo mismo, y no sabía qué hacer para sanar su interior, sentía que cada vez decaía un poco más.
Sumergido en sus pensamientos no se dió cuenta de cuánto había caminado, paró en seco, miró a su alrededor y ya no se encontraba en el parque... O tal vez sí pero se había adentrado demasiado en él ya que había muchos árboles que habían pasado de estar verdes a tonos rojizos y anaranjados, el suelo seguía mojado y en el pegadas las hojas sueltas.
Frente suyo había un pequeño, secreto y tenebroso sendero de madera, parecía muy viejo ya que tenía rastros de que nadie transitaba por allí. No había nadie a su alrededor más que árboles.
Su corazón empezó a latir fuerte y de pronto sintió calor por el miedo que crecía en su interior, ¿Hacia dónde debía caminar? ¿Qué dirección tenía que tomar para salir de allí? Y descubrió entonces que lo que sentía no era temor, sino libertad. Libertad para poder sacar todo lo que traía guardado en su ser mediante lágrimas.
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Pastelito Travieso || HyunIn
FanficJeong In siempre odió a su madre por olvidarse tan pronto de su padre y casarse con un extraño. Un extraño que resultó ser Hwang Hyun Jin, el arrogante y poderoso magnate del petróleo. Hyun Jin no tenía escrúpulos en aprovecharse de Jeong In, besánd...