Era el último día de la semana. El sol entraba por la ventana, bañando la habitación con su luz. Afuera, el bosque estaba lleno de vida, las mariposas volaban alrededor de la cascada, los pájaros cantaban en la laguna y las flores de loto se abrían en el agua. Era un lugar hermoso, pero también triste, porque les recordaba lo que habían perdido, lo que habían dejado atrás.
Chang Bin no había pegado ojo en toda la noche, hipnotizado por el amanecer mientras degustaba un café con vistas a la cascada. Había hallado unas viejas sillas de tela en la cabaña y pensó que aún tenían vida, así que las dispuso alrededor de lo que había sido la lumbre la noche anterior y preparó agua para el café. Inhalaba con serenidad, se sentía pleno después de mucho tiempo, le encantaba su soledad pero a veces le dolía y pensaba que ya era momento de encontrar pareja, aún era joven y tenía todo lo que había anhelado, sus padres seguían vivos pero en otra ciudad, se había sacrificado por ofrecerles una vida mejor a su familia, y ahora que lo había logrado, debía ocuparse de él.
Félix fue el segundo en abrir los ojos, acercándose a él y acomodándose a su lado, Chang Bin no le prestó atención, ni siquiera lo miró, solo sorbía su café de vez en cuando.
-¿Qué te parece el lugar? -preguntó el menor mirando al frente.
-Es tranquilo.
-Esta paz y tranquilidad no la tenemos en la ciudad, ¿Por qué? Allí es todo tan caótico, y aquí no hay nada, ni nadie. Se está bien, pero extraño la ciudad, no estoy hecho para esto y creo que nunca lo estaré. ¿Usted qué opina, señor Seo? -lo miró, con esperanza de que le respondiera.
-Bueno... yo creo que-
-¡Buenos días! -interrumpió Bang desde la puerta, mientras estiraba sus brazos y bostezaba.
Félix lo aborreció internamente, por fin Chang Bin le iba a responder sin reprenderlo, sin tratarlo como a un niño, por fin tendrían una conversación amistosa y Bang tenía que entrometerse. Félix estaba realmente furioso con su padre, ¿Por qué tenía que ser tan curioso? Bueno, no lo culpaba, no lo sabía, no sabía que su hijo quería hablar con Chang Bin a solas, como amigos, sin que Chang Bin fuera un hombre tan frío y distante, por fin empezaba a mostrarse un poco y todo estaba arruinado ahora.
Chang Bin se quedó callado, sin saber qué decir, se paró rápidamente e hizo una reverencia hacia su jefe. Se sentía incómodo con la presencia de Bang, no podía quedarse sentado como si nada, él seguía siendo la persona que trabajaba para la familia Bang, quien se acercó a ellos con una sonrisa.
-¿Qué tal la noche, chicos? ¿Durmieron bien? -preguntó Bang, cogiendo una taza de café y sentándose en otra silla.
-Sí, muy bien, gracias -mintió Félix, que había tenido pesadillas con su padre y madre.
-Yo tampoco dormí mucho -confesó Chang Bin, mirando a Félix con una expresión indescifrable.
-¿Ah, no? ¿Y eso? -preguntó Christopher, curioso.
-No sé, supongo que no estoy acostumbrado a este ambiente -respondió Chang Bin, encogiéndose de hombros.
-Bueno, es normal, al principio cuesta adaptarse. Pero ya verás como pronto te enamoras de este lugar, es mágico -dijo Bang, con entusiasmo.
-¿Mágico? -repitió Chang Bin, escéptico.
-Sí, mágico. Aquí pasan cosas increíbles, cosas que no te imaginas. Cosas que te cambian la vida -afirmó Bang, mirando a Félix con complicidad.
Félix se sonrojó, sin saber si su padre se refería a lo que él pensaba. ¿Acaso Bang sabía de sus sentimientos por Chang Bin? ¿O era solo una coincidencia? Félix no podía estar seguro, pero algo le decía que su padre sospechaba de algo, de ellos, de algo entre ellos.
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Pastelito Travieso || HyunIn
FanficJeong In siempre odió a su madre por olvidarse tan pronto de su padre y casarse con un extraño. Un extraño que resultó ser Hwang Hyun Jin, el arrogante y poderoso magnate del petróleo. Hyun Jin no tenía escrúpulos en aprovecharse de Jeong In, besánd...