Cruce de Destinos

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La mansión de Margot se llenó de tensiones cuando Dua, decidida a enfrentar la situación de frente, se presentó en la puerta principal.

Tom la observó con un ceño fruncido, sus ojos reflejaban una mezcla de enojo y dolor.
"¿Cómo puedes simplemente aparecer aquí? Estás poniendo nuestra vida de cabeza".

Dua, sin retroceder, respondió con determinación:
"Entiendo que esto es difícil, sin embargo, no puedo ignorar lo que siento por Margot.

El esposo de Margot, la miró con ojos cargados de emociones encontradas, mientras Margot, visiblemente angustiada, permanecía al margen, incapaz de articular una palabra.

La habitación se llenó de un silencio tenso antes de que Tom soltara un suspiro frustrado.

"¿Cómo esperas que maneje esto? ¿Cómo esperas que acepte que estás enamorada de mi esposa?"

Dua, con los ojos vidriosos pero resueltos, replicó:
"No espero que sea fácil, por eso mismo  te estoy hablando desde  la verdad.

Tom, perdiendo la paciencia, espetó: "Eso es traición. Estás destruyendo todo lo que construimos".

Las palabras se convirtieron en una tormenta de reproches, ambos lanzando acusaciones que cortaban como cuchillos afilados. Margot, en el rincón de la habitación, presenciaba el derrumbe de su vida mientras las lágrimas caían sin control.

"¿No piensas en Margot en todo esto? ¿O solo piensas en tí misma?", gritó Tom, la frustración emanando de cada palabra.

Dua, sintiendo el peso de la situación, respondió con voz temblorosa:
"Claro que pienso en Margot, Tom. Pero también tengo que pensar en mí y en lo que realmente quiero".

Tom, con los puños apretados, gritó: "¿Cómo puedes hacer esto, Dua? Eres como una sombra que ha oscurecido nuestra felicidad".

Dua, sintiendo el peso de la culpa pero firme en sus convicciones, respondió: "Tom, no estoy aquí para destruir tu felicidad, pero tampoco puedo ignorar lo que siento por Margot. No es justo para ninguno de nosotros vivir una mentira".

Las palabras de Dua resonaron en la habitación, y Tom, con una mezcla de rabia y tristeza, contraatacó:
"Esto no es justo para mí, para Margot, para ninguno. ¿No puedes ver que estás destrozando todo lo que construimos juntos?"

Dua, con lágrimas en los ojos, replicó: "Lo siento, Tom, no puedo seguir ocultando lo que siento. Margot y yo compartimos algo que va más allá de nuestra comprensión".

Tom, con la voz quebrada por la furia contenida, insistió:
"No puedes justificar esto. ¿Crees que Margot es un simple capricho para ti? ¡Somos una familia!"

Dua, intentando mantener la calma, pero sintiendo la presión de sus emociones, respondió:
"No es un capricho. Esta conexión con Margot va más allá de lo que puedo explicar. No puedo seguir viviendo una mentira, ser desleal con mis propios sentimientos".

Tom, frustrado, exclamó:
"¿Y qué hay de lo que siento yo? ¿Y de lo que siente Margot? ¿Te importa si arruinamos nuestras vidas por esta fantasía tuya?"

Dua, con lágrimas rodando por su rostro, susurró:
"Me duele, Tom, más de lo que puedes imaginar. Es que no puedo simplemente ignorar lo que siento por Margot".

Tom, en un intento de comprender, preguntó:
"¿Crees que esto es justo para Margot? ¿Cómo justificas que rompamos una familia por tus sentimientos?"

La tensión en la habitación alcanzó su punto álgido, pero antes de que la discusión pudiera continuar, Margot se levantó de la mesa, sus ojos llenos de lágrimas, y sin decir una palabra, se retiró de la habitación. El portazo de la puerta y su silueta desvanecida en la penumbra dejó un vacío que resonó en la conciencia de Dua y Tom.

_ _ _Continuará

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