《•Hanako-kun•》

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Este fue pedido de: Ali_chan24

Posdata: Aquí Laurine tiene la edad que ustedes tiene.

Laurine se había metido con un fantasma pervertido. Desde entonces tiene que limpiar los baños de las niñas del edificio abandonado, su vida era normal; o eso piensa ella; antes de conocer al pelinegro, pero no negaba que le gustaba su compañía, aveces, pues se pasaba de la raya molestando o siendo como siempre el pervertido o celoso por su amigo el rubio. A ella no le gustaba a nadie, no sentía ningún interés en tener a alguien, solo tenia amigos que la fastidiaban shipeandola con cualquier chico que se topaba. Hanako-kun por su parte se sentía celoso pues aveces pasaba tiempo con ellos y no con el, pero eso a ella no le importaba mucho pues solo era un capricho de este. El pelinegro de a poco sentía algo por ella a tal punto de estar exitado, los abrazos que le dava por atrás ya no los hacía a menudo pues sentía como su "amiguito" despertaba de a poco.

Al notar que ella era algo popular entre los chicos, o al menos eso escuchaba, lo ponía un tanto celoso, pues la encontraba a escondidas con un chico que se confesaba sus sentimientos, pero esta siempre rechazada con la unas simple palabras "me gusta alguien mas" esas palabras le dieron curiosidad de quien era ese chico que le gustaba, en cierto modo no pensaba que era el, pues al ver que aveces estaba un poco fastidiada por como ella notaba su presencia al instante o lo golpeaba repentinamente, algunas veces le dava un abrazo, pero no eran muy seguidos, o lo trataba con cariño y se preocupaba por el, pero en cierto modo noto que era así con todos.

Siempre quiso que la albina tuviera ojos para el o en cierto modo sintiera algo por el que no fuera amistad, de cierto modo simpre tuvo curiosidad de cómo sería tenerla como pareja, tal vez ella sería atento a él, o le daría uno que otro pequeño regalito; recordó que cuando era el día de amistad, por cariño, le dio unas cuantas donas deliciosas, obviamente caseras; También ella sería, cariñosa, muy pero muy cariñosa, incluso más que el, pues simpre la veia muy apegada a sus amigas siendo más cariñosas con ellas que con el.

Sus rasgos extranjeros; aún que ella misma dijo que no era extranjera, el solo lo dice porque la albina se había ido a vivir a latinoamerica por un tiempo; eran únicos en la escuela, su piel un poco quemada por cuasa del sol, siendo un poco más oscura que la de el y el estaba seguro de que ella se había teñido el cabello, pareciéndose a una pequeña muñeca de porcelana.

En ocasiones la viea llorar en un rincón, eso le preocupa a él, ella se quejaba de su vida y de cómo ella quisiera ya no existir en el mundo, pero el siempre le decía que se retracte al decir eso, pues estar muerto no es bueno después de todo, la abrazaba en forma de consuelo.

El pudo presenciar como su propia madre de ella le dava una cachetada, se quejo de que ella no participaba en el aula y de lo muy honesta que había sido en su autoevaluacio. Su madre no sabía que ella tenía un pánico, no le gustaba que todos la miren cuando ella hablada, hablada entre cortado como si eso fuera algo normal, pero no, en las exposiciones que ella tenía su corazón latía a toda, como si le fuera a dar un infarto, sobrepasaba mucho y lloraba en los baños de las niñas, teniendo al pelinegro como consuelo.

-¿Laurine estas bien? -pregunto el pelinegro al notar que su asistente dejó de limpiar y de la nada vio como lagrimas salian de sus ojos azueles-.

- Hanako-kun...-su garganta se contenía en no llorar delante de él, sentía un nudo en su garganta al aguantar su lloriqueo, pero no podía, había recordado las golpistas que sus madre le habían dado y también en como decía ella en ocasiones que la quería mucho y que solo tenía que esforzarse. El pelinegro se acerco a ella y le dio un abrazo, al cual ella acepto, pero no pudo mas y empezó a llorar, pudiendo no controlar sus lagrimas-.

One-shot [JSHK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora