《•Akane•》

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Nombre: Hana Nakamura

Descripción física:
Hana es una chica de 16 años con una estatura promedio y una figura esbelta. Tiene el cabello largo y lacio, de color castaño claro con reflejos dorados, que suele llevar suelto o en una trenza sencilla. Sus ojos son grandes y de un tono avellana brillante, siempre reflejando curiosidad y determinación. Su piel es clara con un ligero rubor natural en las mejillas. Suele vestir de manera casual y cómoda, prefiriendo tonos pastel y ropa suelta, como suéteres y faldas, que le dan un aire relajado pero elegante.

 Suele vestir de manera casual y cómoda, prefiriendo tonos pastel y ropa suelta, como suéteres y faldas, que le dan un aire relajado pero elegante

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Una suave brisa primaveral agitaba los cerezos en flor mientras un grupo de niños jugaba en el parque cercano. Entre ellos, una niña de cabello castaño claro y ojos avellana, Hana Nakamura, se balanceaba en un columpio, disfrutando del aire fresco que le acariciaba el rostro. Sus risas llenaban el ambiente, pero se detuvo en seco cuando notó a un niño de cabello oscuro y ojos serios, parado bajo un árbol, observando con curiosidad.

Intrigada, Hana dejó el columpio y se acercó al niño, que parecía unos años mayor que ella. Llevaba una chaqueta azul y una gorra que ocultaba parte de su rostro.

—Hola, soy Hana —dijo con una sonrisa radiante, inclinando ligeramente la cabeza para verlo mejor—. ¿Por qué estás solo? ¿No quieres jugar?

El niño la miró, sorprendido por su acercamiento. Tras unos segundos, respondió con voz tranquila:

—Soy Akane Aoi. No suelo jugar mucho con otros.

Hana frunció el ceño, notando la leve melancolía en su tono.

—¿Por qué no? Es divertido. Ven, te enseñaré a balancearte en el columpio.

Antes de que Akane pudiera protestar, Hana tomó su mano y lo llevó hacia el columpio. Él se dejó llevar, un poco confundido pero intrigado por la energía de la niña.

—Aquí, siéntate —le indicó Hana, empujando ligeramente el columpio para que Akane pudiera subirse.

Con una sonrisa tímida, Akane se sentó, y Hana comenzó a empujarlo suavemente.

—¿Ves? No es tan malo. ¡Hasta podrías disfrutarlo!

Por primera vez en mucho tiempo, Akane dejó escapar una risa suave, contagiado por la alegría de Hana.

—Creo que tienes razón —admitió, mirando a la niña que lo observaba con ojos brillantes.

—Creo que tienes razón —admitió, mirando a la niña que lo observaba con ojos brillantes

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One-shot [JSHK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora