One-shot [JSHK]

《•Tsukasa•》

Nombre: Aiko Hayashi

Color de piel: Suave y ligeramente bronceada, con un tono cálido que resalta en comparación con su entorno.

Color de ojos: Un verde claro, casi como el de una esmeralda, que brilla cuando está emocionada o interesada en algo.

Color de cabello: Largo y oscuro, con un tono negro azabache que, a la luz, tiene reflejos azulados. Su cabello es ligeramente ondulado y lo lleva generalmente suelto o atado en una coleta alta.

Figura: Aiko tiene una figura delgada y atlética, con una postura erguida que refleja su confianza. No es demasiado alta, pero tiene una presencia que destaca en la multitud.

Era una tarde soleada de otoño, y Aiko caminaba por los pasillos de su escuela, ajena al bullicio que llenaba el resto de la institución. Siempre había sentido una extraña curiosidad por explorar las partes menos transitadas del colegio. Hoy no sería la excepción. En cuanto vio la puerta que llevaba a una sección olvidada de la escuela, no pudo resistir la tentación de abrirla.

Avanzó cautelosamente por el oscuro pasillo, iluminado solo por la tenue luz que se filtraba desde las ventanas rotas al final. La brisa fresca agitaba las cortinas viejas, y el aire parecía estar impregnado de algo extraño, como si este lugar estuviera esperando ser descubierto. Aiko no sabía por qué, pero sentía que este lugar tenía algo especial.

Cuando llegó a una antigua biblioteca que había estado cerrada por años, su curiosidad creció aún más. ¿Por qué nadie había mencionado nunca este lugar? Se acercó a una mesa polvorienta y observó los libros desordenados. Sin embargo, al dar un paso más, algo hizo ruido a lo lejos. Un sonido peculiar, como el de alguien riendo de manera descarada.

Frunció el ceño y dio un paso hacia la fuente del ruido. Allí, entre las sombras, vio una figura de cabello desordenado y ojos traviesos que la miraban con una sonrisa torcida.

-¿Qué tenemos aquí?. -dijo la figura, una voz juguetona y algo burlona llenó el aire.

Aiko dio un pequeño salto, sorprendida por la repentina aparición. Frente a ella, un chico de cabellera plateada y ojos inconfundibles la observaba, claramente entretenido con su sorpresa. No parecía preocuparse por su entorno, como si estuviera acostumbrado a causar caos.

-¿Quién eres?- preguntó Aiko, desafiando con su tono la picardía de la figura frente a ella.

El chico se inclinó hacia adelante, su mirada fulgurante.

-Soy Tsukasa. ¿Y tú? No me suena que seas parte de este lugar.

Aiko lo observó fijamente. Había algo extraño en él, algo que no encajaba con la imagen que tenía de un estudiante común de su escuela. Su presencia era inquietante, casi como si fuera una especie de fantasma, pero más... vivo.

-Soy Aiko -respondió ella, aún desconfiada pero decidida. -¿Qué haces aquí? Este lugar está cerrado.

Tsukasa se levantó con una sonrisa amplia, dando un par de pasos hacia ella.