Capítulo 1 - Mariposas

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Minuto 89 del partido, 3-3 contra el Real Madrid, Cancelo se la pasa a João Félix y gol. El Camp Nou retumba de alegría y yo salto de la emoción. El árbitro añade cinco minutos antes de pitar el final del partido que dictamina la victoria del Barça. Llena de emoción salgo de mi asiento y me dirijo hacia las escaleras que me guían hacia los vestuarios, con el objetivo de encontrar a mi padre y a mis amigos y felicitarlos por el gran partido que habían jugado. Consigo llegar al pasillo que da a los vestuarios y veo como un chico castaño sale ya cambiado, nada más y nada menos que João Félix, el autor de los dos goles. Cruzamos miradas y joder, que ojazos que tiene este chico, solo con mirarme ya hacía que me temblaran las piernas, aunque nunca había hablado con él, decidí acercarme a él para felicitarle por su gol de la victoria. Llegué a su altura y le dediqué una sonrisa que él me devolvió

- Hola

Y nada más decir esa palabra João y yo escuchamos una oleada de gritos provenientes de fans que venían de la entrada por la que yo había llegado a los vestuarios. Se estaban colando. Antes de poder decir nada, él me cogió de la mano, abrió la puerta de un armario de mantenimiento que estaba justo al lado nuestro y nos guio a los dos dentro. Era bastante pequeño por lo que João y yo estábamos pegados uno al otro, él consiguió encontrar un interruptor que encendió una pequeña luz y nos permitió vernos. Escuchábamos el murmullo de los fans fuera del armario, pero yo solo me podía centrar en el sentimiento de estar pegada a João, me estaba rodeando la cintura con sus brazos y pegándome a su cuerpo para evitar que me chocara con algo y los fans escucharan el ruido. Me atreví a levantar la mirada y me encontré con un par de ojos castaños que me miraban y una sonrisa traviesa que me hacía sentir mariposas en el estómago. De repente vi como él se movía y acercaba su boca a mi oreja

- Hola a ti también - me susurró

- ¿Esto sucede muy a menudo? - pregunté intentando controlar mi nerviosismo

- Solo cuando vienen chicas guapas a verme - bromeó guiñándome un ojo

El simple gesto hizo que me recorriera un escalofrío. ¿Guapa? ¿Yo? ¿De verdad lo creía o solo estaba bromeando?

- Uy, ese egocentrismo portugués, que sepas que no te venía a ver a ti, sino a mi padre y amigos - le respondí con una sonrisa tratando de disimular mi vergüenza

João se rio y, sinceramente, tenía una risa adictiva, la podría escuchar cada día, a todas horas. Basta ya Clara ¿Qué te pasa a ti ahora? Literalmente lo conoces de hace cinco minutos, cálmate por dios.

- ¿Camiseta sin número? - me preguntó refiriéndose a mi camiseta del Barça - Pensaba que te vería con el 8

- ¿Eh? - pregunté yo confundida

El 8, el número de Pedri, ¿Por qué llevaría yo una camiseta suya? A ver, sí que es verdad que llevamos siendo mejores amigos desde hace casi tres años, pero, yo no me pondría su camiseta a no ser que me lo pidiera, básicamente porque la gente pensaría que hay algo entre nosotros, y créeme, ese no es el caso.

- Bueno, con lo mucho que habla él sobre ti me parecería obvio que llevaras su camiseta - dijo como si fuera evidente

Intente contenerme la risa y mantenerme sería, pero me fue complicado. Me sorprendió que Pedro hablara tanto de mí, pero sabía que no lo hacía de ninguna manera que no fuera por aprecio a nuestra amistad, de igual manera, lo que más llamo mi atención fue que João supiera quién soy.

- Pues no portugués, aún estoy esperando a que llegue el número indicado para ponerme en el dorsal - bromeé

- Pues entonces espero verte con mi camiseta en el próximo partido

Joder, joder, joder, ¿Me acababa de pedir que llevara su camiseta al partido? Si las mariposas en mí estómago ya volaban rápido imagínate ahora

- Tendré que pensarlo - respondí yo sonriendo - el 8 también me parece un número muy bonito

Esto provocó que João me mirara seriamente y a mí se me escapara una risita, él me tapó rápidamente la boca con su mano y me acercó aún más a él al pensar que quizás nos habían escuchado. Intente que no me diera un paro cardíaco en ese instante, pero el sentimiento de sus manos en mi cintura me lo ponía muy complicado, era como si encajaran perfectamente. Nunca antes me había puesto tan nerviosa estando con un hombre, pero João era diferente, no sé, había algo en él que no había visto en ningún otro chico, y eso me confundía, mucho, demasiado. Me atreví a levantar la mirada y clavé mis ojos en los suyos y no puedo ni empezar a explicar que provocó eso en mí, sus ojos transmitían tantas cosas, y tenían un brillo tan especial que podrían iluminar una ciudad entera

- Tienes unos ojos preciosos, portugués - se me escapó sin querer, provocando su sonrisa

- Y tu una sonrisa adictiva princesa - me respondió

El apodo hizo que mis mejillas se sonrojaran y que las mariposas de mi estómago revolotearan con más vehemencia

- Creo que ya podemos salir - cambié de tema antes de que la vergüenza me consumiera

Ya habían pasado un par de minutos desde que dejamos de escuchar gritos, así que con cuidado abrí la puerta y eche un vistazo alrededor, efectivamente, no había rastro de los fans. Salimos los dos del armario y aproveché la luz del exterior para darle un buen repaso al portugués y madre mía, que guapo que es, noté que él también me había repasado de arriba a abajo y no se porque pero había algo en sus ojos que me indicaba que le gustaba lo que veía. Nuestras miradas conectaron otra vez y él me sonrió con ternura, juro que como me siga sonriendo así me desmayo aquí mismo.

- Ha sido un placer conocerte portugués - dije rompiendo el silencio

- Lo mismo digo española - me respondió acercándose a mí y dejando un beso en mi mejilla

João aprovechó para acercar su boca a mi oreja y susurrarme algo que hizo que mis piernas temblaran

- Espero verte pronto princesa

Y con esto se fue hacia la salida. Yo me quedé paralizada un par de segundos antes de volver a la realidad y dirigirme hacia los vestuarios. Nada más llegar di dos toquecitos a la puerta

- ¿Está todo el mundo decente? - pregunté

De repente se abrió la puerta y me encontré con una de mis sonrisas favoritas

- ¡Rubia! - gritó Pedro antes de cogerme de la cintura

Me agarré rápidamente a su cuello para evitar caerme mientras él daba vueltas sobre sí mismo, provocando mi risa. Cuando me bajó dejó un beso en mi frente y yo le revolotee el pelo.

- Pasa anda que te estábamos esperando - me dijo él

- Si perdona canario, pero es que el grupo de fans que ha intentado colarse aquí me ha retenido un poquito - le respondí sarcásticamente

- ¿Fans? - preguntó sorprendido

- De verdad no lo habéis escuchado - respondí incrédula - si eran como una manada de búfalos

La comparación provocó la risa de Pedro que se me contagió

- Ostia, pues no teníamos ni idea, ¿Y qué has hecho?

Mi cabeza se planteó si debía decirle la verdad a Pedro o evitar la parte que incluía a cierto portugués para evitar que me chinchara, pero, al fin y al cabo, era mi mejor amigo, así que no había otra respuesta correcta que decirle la verdad.

- Me he escondido con João en un armario - solté

Pedro se paralizó un segundo y se giró hacia mí con una sonrisa traviesa

- ¿Con qué el portugués, eh? - me preguntó bromeando

Yo le di un golpecito en el brazo y él sonrió antes de abrirme la puerta para que entrara al vestuario, pero antes de yo pasar me susurró en la oreja.

- Que sepas que me lo vas a contar absolutamente todo rubia

- Descuida canario - le dije con una sonrisa

Entré al vestuario y sentí los brazos de Pablo Gavi rodearme, solté un chillido de sorpresa antes de estallar a carcajadas. Gavi era una de mis personas favoritas, era tan adorable y se preocupaba tanto por mí que era imposible no quererlo.

- ¡Hemos ganado! - me dijo con tanta emoción que me provocó una sonrisa enorme

- Ya lo sé Pablito, has jugado muy bien cariño - le dije dándole un beso en la mejilla

Antes de poder decir nada más apareció Xavi, mi padre y entrenador del FCB, y fui directa a abrazarlo.

- ¡Papa! - le grité antes de saltar a sus brazos

Él me devolvió el abrazo mientras me dejaba un beso en la frente

- Mira cariño, justo te estaba buscando para comentarte una cosita - me dijo con una sonrisa

Yo lo miré confundida, ¿Qué podía querer mi padre de mí? Él me hizo señas para que lo siguiera y me guio hacia su despacho. Se sentó en su silla y me indicó que yo me sentara en la silla de enfrente. En este punto mi confusión y curiosidad estaban al máximo, mi padre nunca me había hecho entrar en su despacho, a no ser que yo le sorprendiera allí.

- Mira Clara quería hablar contigo para proponerte una oferta - empezó a hablar mi padre

En ese momento mi confusión ya era extrema por lo que le dejé seguir hablando

- Marcos, uno de los chicos encargados de dirigir las redes sociales del club, nos ha informado de que ha encontrado otro trabajo fuera de España y ha aceptado la oferta, dejándonos un puesto vacante en el equipo. Ayer me reuní con la jefa del departamento para proponerle que la que ocupara ese sitio fueras tu, ya que cuentas con una gran experiencia en este ámbito y además, tienes ya una base de seguidores bastante elevada que nos permitiría aumentar la presencia social del club en las redes. Es obvio que no tienes por qué aceptar el puesto, sé que quizá no te lo esperabas, por lo que si necesitas un tiempo para tomar una decisión, no tenemos problema en dártelo.

Pasé de un estado de confusión a uno de euforia total, madre mía, madre mía, madre mía. Esto era de lo mejor que me había pasado nunca, aceptando esta oferta no solo conseguía mi primer trabajo, sino que también podría pasarme el día rodeada de mis mejores amigos. Me estaba costando mucho contener mi felicidad, así que como era de esperar, acepté la oferta

- Claro que quiero hacerlo papa, no sabes la ilusión que me hace - le respondí con una sonrisa de lado a lado

- Excelente - me dijo con una sonrisa - en teoría tu trabajo solo consiste en grabar algunos contenidos y las entrevistas con los jugadores, pero yo, aparte, te quería pedir un favor personal

Volví a sentir la curiosidad de antes por lo que dejé que mi padre siguiera hablando

- Tienes muchos seguidores en las redes Clara, y por eso te quería pedir si los puedes utilizar para ayudar a darle a los fans una visión más personal de los jugadores.

Sinceramente, no entendí lo que me estaba pidiendo y creo que mi cara lo demostraba porque mis padres me lo volvió a explicar

- Te agradecería que usaras tus cuentas para mostrarle a tus seguidores la parte más personal de los jugadores del FCB - me aclaró

Eso no suponía un problema para mí en absoluto, de hecho, como normalmente tenía problemas para decidir qué subir a las redes, poder centrarme en publicar de vez en cuando cosas del equipo, me solucionaría muchos dolores de cabeza

- Sí, no hay ningún problema, estaré encantada de hacerlo - le dije a mi padre

- Perfecto - me respondió - pues si te parece mañana quedamos a las 8:30 en el despacho de la directora de redes sociales para comentar algunos puntos de tu contrato y que puedas empezar mañana mismo

- Genial, me muero de ganas





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