Capítulo 4 - ¿Celoso?

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Hoy me tocaba grabar otra entrevista y un par de contenidos más para subir a mis redes. Por suerte para mi, el jugador con el que debía pasar la mayor parte del día de hoy era Pedri. Sinceramente eso hizo que fuera con más ganas de lo normal a trabajar, y es que mi mejor amigo era el tipo de persona que te alegra el día con una simple sonrisa.

Había acabado de vestirme un par de minutos atrás y, apurada como iba siempre, salí de casa casi corriendo para coger el coche y llegar a la Ciutat Esportiva. Al final llegué allí en veinte minutos y aún quedaba media hora para que acabaran el entreno, que ese día, cubria mi compañero. Guiada por la curiosidad decidi ir a ver que tal iba el equipo, entré por la puerta que me llevaba al campo y ahí me encontré con los jugadores que practicaban los tiros a puerta. Mi padre me vió y me dedicó una sonrisa que le devolví.

Mis ojos curiosearon al rededor del campo buscando algo, o mejor dicho, a alguien, y lo encontré. Mi mirada se posó en cierto portugués que estaba haciendo toques a un lado del campo. No se si sintió mis ojos fijados en él, pero João me devolvió la mirada y me guiñó el ojo, como si supiera que llevaba un buen rato evaluándolo. Obviamente, mis mejillas se sonrojaron mientras me moría de la vergüenza, ¿por que no puedo ser más discreta?

El entreno acabó y después de que Xavi les diera la típica charla de final de entreno, se dirigieron a los vestuarios. Vi como João se acercaba hacia mi, provocando que mi corazón se acelerara, hicimos contacto visual, pero fue rapidamente cortado por cierto canario que me abrazó tapándome la vista.

- ¡Rubia! - me saludó - Hoy me vas a tener que aguantar todo el día

Me reí con él y le dejé un beso en la mejilla mientras lo saludaba. Fue entonces que pude ver como João cambiaba su rumbo y se iba hacía los vestuarios con el resto de sus compañeros. Sentí un pinchazito en mi corazón, realmente quería hablar con él, pero ignoré esa pequeña tristeza para centrarme en mi canario favorito.

- Venga señorito, ves hacia el vestuario y dúchate, te espero en la sala de grabación - le ordené con una sonrisa

- A sus ordenes - me respondió dejándome un beso en la mejilla y yéndose corriendo al vestuario

Me metí dentro de la sala y empecé a organizarlo todo, coloque el trípode, los micros, etc. Eso normalmente lo hacía Max, el cámara, pero hoy se encontraba mal y me encargué yo. Mientras esperaba a Pedro, me puse a deslizar por tiktok, pero mi mente no salía de lo que había sucedido en el entrenamiento, a João siempre lo notaba como celoso de Pedro, pero no sabia si eran imaginaciones mías. Lo que me dolía de verdad era que el protugués no viniera a decirme ni hola simplemente porque estaba Pedro. Mientras estaba ensimismada en mis pensamientos llego el canario

- ¿Pensando en el portugués? - me preguntó con una sonrisa

- Canario, cuidado que te pego - le dije sin poder evitar mi sonrisa

Era inevitable con Pedro, sintieras lo que sintieras, estuvieras como estuvieras, siempre conseguía sacarte una sonrisa.

- Bueno, ¿cuál es el plan? - preguntó él

- A ver - empecé yo - primero hay que grabar la entrevista que son preguntas sobre el equipo o no se que rollo, y después, vamos a hacer la parte divertida que son los videos para tiktok - acabé con una sonrisa

- Miedo me das - se rió Pedro

Lo miré con cara de enfado y eso solo hizo que se riera aún más, a mi casi se me escapa también pero pude controlarlo.

- Pedro - dije seria

- Clara - me respondió

Nos miramos un par de segundos antes de estallar a carcajadas. Dios, grabar algo hoy con este chico iba a ser imposible, y efectivamente, tardamos dos horas en grabar un video que no duraba más de diez minutos, eso sí, nos lo pasamos bomba.

- Vale pues esto ya esta - dije revisando el vídeo por última vez

- Clara Hernández Cunillera - dijo de repente Pedro

- Pedro González López - le respondí

- Me vas a contar de una vez lo que pasa entre el portugués y tu? - me pregunto

Me congelé por un segundo. Pedro era mi mejor amigo, sabia que se lo podia contar, pero me daba algo de vergüenza.

- No se lo que me pasa con él, canario - deje ir en un suspiro mientras me sentaba a su lado

- Yo si lo sé rubia, estas loquita por el - me respondió con una sonrisa

Le di un golpecito en el hombro, pero sabia que lo que decía era completamente verdad, estaba absolutamente loca por el portugués.

- Joder Pedro es que no se nada, no se lo que quiero - dije mordiéndome el labio

- Mentira. Sabes lo que quieres rubia, y por la manera en que vuestros ojos se buscan, él también lo sabe

Lo miré y el me miró con la típica sonrisita de "sabes que tengo razón". Y mierda, claro que la tenia, yo sabía perfectamente lo que quería, ¿pero el? ¿el quería estar conmigo?

- Pero yo no se lo que él siente canario - dije sintiendo que por fin podía desahogarme

- Rubia, João esta igual de loco por ti que tu por el, solo hay que ver como me mira cuando estoy cerca de ti, parece que me quiere arrancar la cabeza

Los dos nos reímos y yo aproveché para acurrucarme en su pecho. Pedro me rodeó con los brazos antes de dejar un beso en mi frente. Me sentía muy segura a su lado, y me transmitía muchísima confianza, sabia que le podía contar todo y que siempre estaría para escucharme.

- Te quiero mucho Pedrito - le dije

- Y yo a ti rubia

Nos quedamos un par de minutos en silencio, sin ser incómodo ni nada, simplemente disfrutando de la compañía del otro. Yo tenia mi mirada fija en la ventana de la sala. Era toda de cristal y ocupaba la pared entera, de suelo a techo, mientras mi mente divagaba en como debían haber traído ese cristal hasta el segundo piso, mi mirada se clavó en el chico que pasaba por delante del cristal. Sus ojos conectaron con los míos y un escalofrío recorrió mi cuerpo. João, mierda. Pedro y yo seguíamos abrazados y por lo rápido que apartó su mirada y la velocidad con la que pasó de la sala tenia la sensación de que había pensado lo que no era. Tuve el impulso de apartarme de Pedro pero sabia que iba a ser inútil, joder, a ver que se habrá pensado este ahora

- Bueno rubia, oficialmente me van a arrancar la cabeza mañana - dijo Pedro refiriéndose a João

Me reí a pesar de que una parte de mi estaba preocupada. ¿Quería decir esto que la historia entre João y yo, que no había ni empezado, se iba a acabar ya?

- Cállate anda, que a saber que se piensa ahora - dije medio preocupada

- ¿Pues que se va a pensar? Que te acabo de meter la lengua hasta la campanilla

Mire a Pedro con incredulidad antes de empezar a reírme como pocas veces me había reído, por favor, este chico tiene que ser comediante.

- Pedro por dios - dije como pude mientras seguía riéndome

- Bueno al menos te hago reír - me respondió uniéndose a mi risa

Después de eso grabamos un par de cosas para mis redes que, como era de imaginar, tuvimos que regrabar quinientas veces. Finalmente terminamos, eran las cinco de la tarde y ya empezaba a oscurecer, me despedí de Pedro con un beso en la mejilla porque decidí quedarme un rato mas para editar el contenido y subirlo ese mismo día.

Llevaba una media hora y ya había casi acabado todo lo que planeaba publicar, que, no es por nada, pero me había quedado bastante bien. Estaba bastante entretenida con mi música y la edición hasta que oí como alguien picaba a la puerta. Paré lo que estaba haciendo y extrañada me dirigí a abrir, gire el pomo y me encontré un par de ojos castaños que me miraban curiosos. Mi corazón se paró por un segundo, hacia mas de tres horas que João debería haberse ido a su casa. ¿Se había quedado solo para hablar conmigo?

- Joder portugués, casi haces que me de un infarto

Retrocedí un par de pasos dejándole entrar, no dijo nada simplemente se acercó a mi dejándonos a centímetros y haciendo que yo perdiera totalmente el control sobre mi cuerpo, como siempre pasaba cuando hablaba con él.

- ¿De verdad estás con Pedri?

Is it worth it? - João FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora