XIII. El pacto.

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XIII.


Fue una semana por demás caótica. Erik había llamado a Strange para decirle que Charles estaba mal anímicamente y este le pidió llamar a una ambulancia y llevarlo al hospital en caso de que observará algo fuera de lo normal. Erik se echó a llorar porque sentía que él era quien había provocado todo eso.

Los toques en la puerta del despacho hicieron que se limpiará el rostro de inmediato. Abrió la puerta y la señorita Monroe estaba también al punto de las lágrimas,

—El señor Charles, no responde. Traté de moverlo, pero él no reacciona, - Erik sintió un hueco en el estómago. Salió corriendo del despacho hacia su habitación, para verlo.

Charles en la cama estaba inconsciente y su labrador trataba de despertarlo frotando su cabeza contra su hombro y brazo. Erik lo llamó en repetidas ocasiones, después lo movió un poco más fuerte por los hombros y reaccionó, pero parecía desorientado,

—Charles, mi amor, - este intento hablar y no pudo formular una sola palabra. Erik lo observó con detenimiento y sabía que algo no estaba bien, —Mi amor, trata de sonreír para mí, - Charles elevó levemente la comisura de los labios, pero solo un lado de su cara se movió, Erik negó,

—Señorita Monroe, llamé a una ambulancia de inmediato, - lo recargo sobre las almohadas, —Charles, mi amor. Intenta elevar tus brazos, - Charles asintió y solamente pudo elevar un poco su brazo izquierdo, —Vas a estar bien, mi amor, - Charles intento hablar de nuevo, sus labios apenas y se movieron. Erik le tomó la mano y se la acarició, —Te amo y aquí voy a estar siempre, - Erik empezó a sollozar y se levantó de la cama para buscar el portafolios con los documentos médicos de Charles. Tomó su móvil, su cartera y se sentó de nuevo. Monroe se asomó,

—Ellos están cerca, señor,

—Gracias, - Charles estiró su mano izquierda y Erik supo que quería tocarlo,

—Tengo miedo, - dijo de forma atropellada, Erik tomó su mano y negó, sintió que se pondría a llorar ahí mismo,

—Vamos a ir al hospital y todo estará bien, - Charles volvió a sonreír y aun su rostro parecía un tanto paralizado.

Las luces de la ambulancia y la sirena inundaron el silencio, la señorita Monroe los hizo pasar y Charles fue acostado en la camilla. Erik les dio los pormenores antes de que ambos subiera a la ambulancia. El camino al hospital fue eterno para Erik, él quería que llegarán de inmediato para que lo atendieran y supieran qué estaba sucediendo con su esposo. Les mencionó a los paramédicos que era necesario llamar al neurólogo de Charles, el doctor Stephen Strange, ya que él estaba al tanto de su estado médico, por el hecho de que su esposo tenía un tumor cerebral y era preciso avisarle los pormenores de lo que estaba sucediendo en ese momento con él.

Erik se quedó en la habitación esperando. Nadie le decía nada e incluso Strange le pidió esperar, pero incluso él no aparecía para darle los pormenores de su esposo. Cuando lo vio entrar a la habitación se sintió aliviado,

—Hola de nuevo, Erik, - este se levantó de inmediato, pero Strange negó, —Toma asiento, por favor, - Erik lo hizo de modo automático,

—En la mayoría de los procedimientos médicos se necesita un responsable que firmé para autorizar, en este caso no pude salir de la habitación hasta poner a salvo la vida de Charles, - la cara de Erik palideció y tragó el nudo en su garganta,

—¿Mi esposo está vivo?, - Strange asintió y en su rostro se reflejaba la victoria de haber salvado su vida,

—Así es, Erik. Charles sufrió una apoplejía, - Erik pasó de la alegría, a la desazón,

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