I.
Erik esperaba en la fila su turno. Aún no sabía como la confusión con su amiga y compañera de trabajo, Emma, lo había llevado a participar en el intercambio Navideño de ese año. Era su primer año participando y es que a decir verdad, no era afecto a ese tipo de actividades. Nunca sabía bien que regalar y el simple hecho de pensar en la cena que se organizaba días antes a la Navidad y en donde se realizaba él intercambió, le estresaba.
Y ahí estaba ahora, esperando poder sacar un pequeño papel con el nombre de su amigo secreto de intercambio. No estaba seguro de porque le sudaban las manos, así que sin más decidió meterlas dentro de los bolsillos del pantalón para secar el sudor. Llegó frente a Emma y ella le sonrió plena cuando él metió la mano dentro de la bolsa de terciopelo rojo, sacó un pequeño papel y lo desdoblo frente a ella. Sus ojos se abrieron de modo enorme y regresó a verla como suplicando ayuda, ella volvió a sonreír y él se aventuró a hablar,
-¿Cuál debe ser el costo del regalo?, - ella sonrió de nuevo,
-Entre cincuenta y cien dólares, - él frunció el entrecejo y Emma sonrió de nuevo.
Erik volvió a leer el papel y dio media vuelta hacía su cubículo, tomó asiento en su silla y se cubrió con una mano la boca. El único Charles Xavier que conocía era su jefe, y no su jefe de área, sino el mismísimo dueño y presidente de la empresa. No podía creer su suerte. Ese hombre al cual apenas y había visto en dos ocasiones, aparte de ser uno de los hombres más influyentes de Nueva York, era uno de los más ricos, ¿Qué demonios podría regalarle a un hombre que lo tenía todo?.
Suspiró cansado y volvió a su trabajo frente al monitor. El pequeño papel a su lado derecho no le permitía olvidar que ese era el motivo principal por el cual no le gustaban los intercambios. En primera instancia, porque es difícil regalarle algo a alguien que apenas y conoces. En segunda, porque que el presupuesto impuesto para el regalo es limitado y en tercera, porque siempre piensas que el regalo que elegiste con todo esmeró, dedicación y cariño, es perfecto y termina por no cumplir con las expectativas del otro. Y eso claramente te lo dice su cara el abrir la sorpresa.
Se estaba devanando los secos en reflexionar y sin querer un rayito de luz lo iluminó. Raven Darkhölme, su amiga, era la secretaría directa del señor Xavier. Estaba completamente seguro de que ella podría ayudarlo con algunas pistas para elegir el mejor regalo. Así que a la hora de la comida la esperó en las mesas de la cafetería del corporativo para platicar con ella.
Raven caminaba con aire sofisticado entre las mesas, pero al ver que Erik le sonreía discretamente, casi corrió hacía él para saludarlo,
-Lehnsherr, - agito su mano y él volvió a sonreír, ellos se abrazaron y después tomaron asiento en la mesa más próxima, -¿Qué haces a esta hora aquí?,
-Esperándote, - ella sonrió,
-Tú dirás, ¿En qué puedo ayudarte?,
-Me gustaría hacerte un par de preguntas sobre tu jefe,
-¿El señor Xavier?, - dijo ella emocionada y Erik la miró insistente para qué bajará el tono de voz,
-Sí,
-¿Y puedo preguntar para qué?, - Erik asintió y le mostró el pequeño trozo de papel escondido en su mano, -¡Es tu amigo secreto de intercambio!, - Erik asintió de nuevo y ella sonrió efusiva, -Es el primer año en que el señor Xavier participa. Antes no lo hacía porque su exnovio era un pesado y antipático. Pero ahora que no están juntos, Xavier volvió a ser el mismo, - ella mantenía su sonrisa y Erik también sonrió,
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NAVIDADES CHERIK
FanfictieErik y Charles también celebran Navidad, así que lo harán cada año con diferentes historias. Todas en un universo alternativo y con algo nuevo que contar.