El amor se vuelve peligroso cuando te enamoras de la persona que más te odia, porque tus sentimientos quedan expuestos a su completa manipulación. La línea que divide al amor y el odio es bastante estrecha, y nuestras protagonistas danzan sobre ella...
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Lunes 5 de Noviembre, 2018 (madrugada)
Era más de media noche y Catra estaba en su oscura habitación viendo sus redes sociales. Una notificación emergente, alguien le dio like a su última publicación en Instagram. Le pareció extraño por la hora, así que quiso revisar.
- Agh, es ella. -Exclamó con disgusto.-
Seleccionó el perfil de la chica y comenzó a revisarlo superficialmente. A diferencia de Catra, ella tiene muchísimas publicaciones, fotos de ella misma, con sus amigos y familia. Cada publicación de la chica tiene muchísimos likes, es bastante popular en la escuela.
Luego de unos minutos la castaña tuvo el impulso de lanzar su teléfono al otro lado de la habitación, pero no lo hizo, sabía que sería bastante estúpido. Todo lo que veía en sus redes sociales eran chicas demasiado buenas para ser verdad; con grandes logros, muchos amigos, sonrisas deslumbrantes, cuerpos perfectos, vidas perfectas. Nada comparado a Catra.
Frente a la multitud era fácil fingir que esas cosas no le importaban. Dios, cómo deseaba que eso fuera cierto. Catra sabía que la belleza de otros no significaba su propia carencia, pero en el fondo siempre estaba esa gran carga sobre sus hombros. Vivía en una sociedad con estereotipos muy marcados de lo que debería ser, pero sentía que no encajaba en ninguno y no podía simplemente dejar ir ese sentimiento. La comparación era sumamente frustrante y cada día la mataba un poco más, ya que sentía que era tan diferente y no podía hacer nada al respecto, aunque tal vez, sólo no quería intentarlo.
A consecuencia de su ansiedad, era normal en Catra sobrepensar las cosas y sentirse paranoica. A estas horas de la madrugada, su mente suele trastornarla con situaciones imaginarias que nunca han pasado y puede que jamás pasen. Sentía que cada persona con la que interactuaba durante el día la odiaba en secreto, que ahora mismo estarían hablando mal de ella en sus redes sociales, que cada sonrisa que recibía era falsa. Le dedicaba mucho tiempo a pensar en personas que ni siquiera la conocían realmente.
- Estoy tan harta de mí misma.
Susurró la castaña con su voz quebrada mientras, con frustración, llevaba sus manos a su rostro para ocultar las lágrimas; porque sí, aún cuando estaba sola y nadie estaba ahí para juzgarla, se sentía tan estúpida y débil cada vez que lloraba. Cómo no hacerlo, si eso le dijo su madre toda su vida.
Volvió a tomar su teléfono para ver la hora, pasaban de las 2 de la mañana y aún no podía dormir. Decidió seguir navegando por Instagram, porque cuando la tristeza se cansa, llama a su amiga la ira. Y ahí estaba Catra, viendo como todos los demás obtenían las cosas que ella quería. ¿Una persona normal debería sentirse feliz por ellos? Bueno, de todas formas a ella no le hacía feliz. Gente con su ropa genial y a la moda, luciendo sus fotos de sus increíbles vacaciones pasadas. Simplemente no los soportaba.
- Mierda. -Su voz era ronca por el reciente llanto.- Sueno tan loca y amargada como Sharon.
Catra sabía que la felicidad y las victorias de las personas no significaban su propia pérdida, pero al comparar su vida con la de los demás sí parecía un verdadero fracaso, y entonces los celos la consumen, amargando su alma. Deseaba ser cualquier otra persona del mundo menos ella misma. Su mente volvió a la chica del inicio y decidió volver a su perfil.
