El amor se vuelve peligroso cuando te enamoras de la persona que más te odia, porque tus sentimientos quedan expuestos a su completa manipulación. La línea que divide al amor y el odio es bastante estrecha, y nuestras protagonistas danzan sobre ella...
Seguiré con mi tradición de dedicar capítulos. Este es para lugrangertonks
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Lunes 5 de Noviembre, 2018 (madrugada)
- ¡No, no, no, no! -Se levantó de golpe de su cama, con sus ojos azules bien abiertos mirando su celular.- ¡Que tonta, que tonta! -Estaba entrando en pánico. Le había dado like sin querer a la publicación de la castaña. Miró la hora y era más de media noche.- Es tardísimo, sabrá que la estaba stalkeando y pensará que soy una acosadora.
Se lamentó mientras volvía a tirarse a su cama, ocultando el rostro en su almohada. Ese sentimiento era horrible, la angustia de no saber qué pensará esa persona de ti.
La habitación de la rubia era bastante espaciosa, lo suficiente como para poder hacer sus rutinas de entrenamiento en casa.
Sus paredes estaban llenas de medallas y diplomas, reconocimientos que se le han otorgado por su destacado desempeño en variados deportes, concursos escolares y actividades extracurriculares. Le gustaba participar en todo lo que pudiese, era una forma en que se presentaba su ansiosa energía incansable, una forma de desestresarse.
Además, en los últimos años había encontrado nuevas motivaciones. Por un lado estaba su postulación a la Escuela de Policías en la capital. Era su sueño desde hace años y estaba a poco tiempo de lograrlo. Para eso, necesitaba buenas calificaciones y participación en actividades extracurriculares para demostrar que es una persona multifacética.
Por otro lado estaba Catra Steel, la morena con ojos bicolores que la traía enamorada desde hace dos años. El sólo pensar en ella le hacía sonreír, pero rápidamente se dio cuenta que llamar su atención no era tarea fácil. Por eso siempre trató de destacar en lo que hacía, tal vez si le demostraba lo buena que era en todo, sólo tal vez, podría llamar su atención.
Adora abrazó su almohada con fuerza mientras pensaba en ella. Su mirada volvió a sus paredes, las cuales, al igual que el techo, tenían el resplandor de miles de estrellas, que se movían lentamente en círculo alrededor de toda la habitación. Encendía su pequeño proyector todas las noches.
Su mirada se distrajo de las estrellas, ahora veía esas tantas medallas, trofeos y reconocimientos, los cuales nunca parecían ser suficientes.
Sus madres estaban orgullosas de ella, porque también era inteligente y siempre hacía su mejor esfuerzo para ser la mejor. Adora sentía que era lo mínimo que podía hacer, después de todo, cuando la adoptaron a los 5 años y la sacaron de ese horrible lugar, se prometió a sí misma a tan corta edad que sería agradecida y la mejor hija que pudieran tener.
Se puso esta gran carga sobre sus hombros desde muy pequeña, y en realidad, era agobiante y agotador tratar de alcanzar la perfección. Pero, ¿Qué más podía hacer? La abandonaron en un orfanato y siempre pensó que se debió a que no era una buena hija, no fue una niña perfecta. Así que, para que no volviera a pasar, se presionó cada día de su vida hasta hoy.
